Recuerdos de Christian Geistdörfer

Un entretenido viaje a través del tiempo y por el Tirol italiano, con Christian Geistdörfer, bicampeón mundial de rallyes junto a Walter Röhrl, y acompañados de la belleza intemporal del Porsche 911 Carrera 3.2.

Derecha, 50 izquierda, atención, 300 recto, 100 derecha, 200 recto, derecha fondo. Si hoy Christian Geistdörfer tuviera su legendario 'libro de notas' en la mano y si se sentara en el asiento del pasajero para guiar al conductor los últimos metros hasta el castillo de San Michele, sonaría algo así.

Christian Geistdörfer, 911 Carrera 3.2, castillo de San Michele, San Lorenzo di Sebato, Italia, 2021, Porsche AG

Pero ahora conduce su propio Porsche 911 Carrera 3.2 de 1987, uno de los primeros modelos de la serie G con la suave transmisión G50. Es una de las únicas 238 unidades en verde granito metalizado. Su motor entrega 231 CV, tiene techo solar y no dispone de aire acondicionado. "Nunca busqué este color específico, pero la combinación con el interior en verde oliva me gustó", dice. "Este Porsche fue exportado a Roma dos meses después de la entrega en Alemania y lo matriculó un hotelero de allí", agrega este alemán de 67 años, refiriéndose a la matrícula que empieza por 'Roma'. "Una vez que un vehículo es matriculado en Italia, la placa puede permanecer en el auto. No solo queda bien, sino que también es genial para su historia".

Victorias con Walter Röhrl

Palabra clave: 'historia'. Entre 1980 y 1984, Walter Röhrl, leyenda de los rallyes de quien Geistdörfer fue copiloto, ganó el Rallye de Montecarlo en cuatro ocasiones, con cuatro autos diferentes, sobre nieve, tierra y asfalto. Ambos derrotaron una y otra vez a rivales más poderosos no solo por las inimitables trazadas de Röhrl, también gracias a su meticulosa preparación. Eran un equipo bien coordinado y se confiaron mutuamente sus vidas. La primera victoria en Montecarlo, en 1980, fue una de las mejores experiencias de sus carreras deportivas.

Más de 40 años después, Geistdörfer vive más tranquilamente. Bueno, al menos eso es lo que la gente podría pensar. En 2016 publicó su biografía 'Walter und ich' ('Walter y yo'). Hoy no tiene que demostrar nada a nadie. Nacido en Múnich, ahora parece más reflexivo. Ya no hay fiestas salvajes donde rompían platos y tiraban sillas. Ha conservado su sonrisa despreocupada, ya sea sentado al volante, escuchando el ruido del motor a más de 4000 rpm, o cuando saluda a su amigo Carlo Marcati.

Christian Geistdörfer, Carlo Marcati (i-d), castillo de San Michele, San Lorenzo di Sebato, Italia, 2021, Porsche AG
Christian Geistdörfer visita a su amigo Carlo Marcati en el castillo de San Michele, en San Lorenzo di Sebato. Construido a finales del siglo XI, es uno de los más antiguos de la histórica región del Tirol.

En los últimos metros hacia el castillo de San Michele, el sonido del serie G se suaviza un poco. Ritmo de paseo y demasiada tierra en el camino hacia este edificio histórico que se remonta al año 995. Todo el conjunto se terminó en 1091. Carlo, nacido y criado en Bruneck, durante mucho tiempo soñó con vivir en este castillo al oeste de Val Pusteria. En 1990 se mudó, lo compró en ruinas y lo hizo reconstruir durante 20 años de acuerdo con las estrictas normas de protección de monumentos. El administrador de la propiedad y antiguo mayorista de bebidas vive allí arriba, en 1800 metros cuadrados, con su gata Luna y una pareja de halcones.

911 Carrera 3.2, castillo de San Michele, San Lorenzo di Sebato, Italia, 2021, Porsche AG
La matrícula que Christian Geistdörfer pudo conservar cuando compró el Porsche 911: Roma. Para un enamorado de Italia como él, esta era la guinda del pastel, acorde con la historia del vehículo.
911 Carrera 3.2, castillo de San Michele, San Lorenzo di Sebato, Italia, 2021, Porsche AG
El serie G se funde con el entorno como un camaleón.

Christian Geistdörfer y Carlo Marcati se conocieron hace unos 44 años en la carrera de Hahnenkamm, en Kitzbühel. Durante siete años, Geistdörfer coordinó las actividades de patrocinio de la cervecera Warsteiner y, como resultado, la llevó a la Fórmula 1 hace años. Allí, y más tarde en el DTM, los dos trabajaron juntos varias veces. Todos los inviernos se reúnen en Kitzbühel. En 2018 Geistdörfer tuvo una fuerte caída mientras esquiaba, en la que se deslizó durante 150 metros por la ladera y terminó inconsciente, con la espalda magullada y la cara literalmente quemada por la nieve.

Christian Geistdörfer, castillo de San Michele, San Lorenzo di Sebato, Italia, 2021, Porsche AG

Externamente, solo una mancha del tamaño de un puño en su mejilla derecha nos recuerda que realmente tuvo suerte. "He tenido dos accidentes hasta ahora, en los que mi vida pasó ante mí en blanco y negro", dice. "Ambas veces vi recuerdos de la infancia que había olvidado hace tiempo. En el accidente de esquí tuve la suerte de estar inconsciente, así no tuve que presenciar una revisión de mi vida".

Una trayectoria en tres tramos

Geistdörfer divide su vida en tres tramos: el campeón del mundo de rallyes, el empresario y la persona, en ese orden. Como escribió en su biografía sobre el campeón del mundo de rallyes, su segunda etapa como empresario ya estaba bien planeada durante su época de copiloto, entre otras cosas con el establecimiento de una agencia de eventos.

Christian Geistdörfer es una persona reservada, que vive entre Malta y Múnich, pero que todavía acude a todo tipo de actividades automovilísticas. Si tuviera que retroceder a una década, inmediatamente pondría la máquina del tiempo en 1980. "Entonces todo era más lento", dice. "Hoy en día leemos los correos electrónicos cuando viajamos, están constantemente en nuestros smartphones, siempre disponibles. En los años 80, la música era genial, la vida era más lenta y de alguna manera valía más la pena vivir", resume sin caer en el tópico “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Tal vez por eso es exactamente por lo que le gusta tanto subir a su 911 en Múnich y conducir, para visitar a viejos amigos que viven en un castillo o a los que no viven en un castillo. Cerca o más allá de la frontera, despacio y rápido alternativamente, solo o en pareja, sin música, solo el sonido de Zuffenhausen de los 80. El camino hacia el futuro podría entonces leerse así en el libro de notas de Geistdörfer: todo recto, dar la vuelta de vez en cuando, recordar las cosas bellas y luego todo recto de nuevo, aquí y allá curvas hermosas.

Christian Geistdörfer, 911 Carrera 3.2, castillo de San Michele, San Lorenzo di Sebato, Italia, 2021, Porsche AG
Christian Geistdörfer recuerda con cariño los años 80. En aquellos días, sin teléfonos móviles, la vida era más lenta. Una gran época. Especialmente cuando estás sentado al volante de un 911 Carrera 3.2 mientras te deleitas en el pasado.

Información

Artículo publicado en el número especial '8 generations 911' de la revista 'Porsche Klassik'.

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