El 11 de diciembre de 1935 nació Ferdinand Alexander Porsche, el hombre que no solo fue responsable del diseño del legendario Porsche 911, sino que también desarrolló una filosofía de estilo que sigue constituyendo un referente hasta hoy. "Un buen diseño debe ser honesto", era su lema. Para él, eso significaba sin decoración superflua por el simple hecho de adornar. La forma se deriva de la función.
De la infancia al icono
Las raíces de esta actitud se remontan a su infancia. "En aquella época no se podían comprar juguetes. Así que nosotros mismos ideábamos, diseñábamos y construíamos los nuestros", recordaba más tarde F. A. Porsche.
Esta creatividad pragmática le acompañó en su vida profesional. En 1957 entró a formar parte de la empresa Porsche y, en 1961, se hizo cargo del recién constituido Departamento de Diseño, donde creó uno de los mayores iconos de la historia del automóvil: el 911 original. Las líneas claras que lo caracterizan hasta hoy son expresión de su exigencia: atemporal, funcional, inconfundible.
Pero F. A. Porsche fue más que el padre del 911. Bajo su dirección se crearon otros hitos: el Porsche 904 Carrera GTS, por ejemplo, un coche de competición sin concesiones. Tenía una carrocería de plástico reforzado con fibra de vidrio que combinaba ligereza y elegancia. Este concepto se convirtió en modelo a seguir para todos los futuros modelos GTS y sigue marcando hasta hoy el ADN de esas versiones especiales de Porsche.
El nacimiento de Porsche Design
En 1972, F. A. Porsche fundó Porsche Design Studio en Stuttgart, junto con su hermano Hans-Peter. La sede se trasladó a Zell am See desde 1974. Este paso marcó el comienzo de una nueva era: alejarse del diseño exclusivo de automóviles para dedicarse a productos para el día a día, pero con la misma precisión y capacidad de innovación. "El diseño no es un fin en sí mismo, sino que debe explicarse desde un punto de vista funcional", subrayó. Sus creaciones debían ser "honestas y sin concesiones, innovadoras y conceptuales, lujosas y puristas, intemporales y de alta calidad".
El primer producto del estudio se convirtió inmediatamente en un clásico: el Chronograph I (1972). Fue el primer reloj de pulsera completamente negro del mundo y se inspiró en el habitáculo del 911. La superficie mate, los índices blancos y el segundero rojo garantizaban una legibilidad perfecta, un principio tomado del automovilismo. "El reloj debe ser legible en todo momento, desde cualquier ángulo y con cualquier incidencia de luz", era su premisa. El Chronograph I revolucionó el mundo de la relojería y sigue marcando tendencia hasta hoy.
Igualmente vanguardistas fueron las gafas de sol P’8478 (1978), las primeras con sistema de lentes intercambiables. Inicialmente se esperaba vender 40.000 unidades, pero al final se produjeron millones. Se convirtieron en un símbolo de funcionalidad y elegancia. Más tarde les siguieron las Sport Shield (P'8479), mundialmente famosas gracias a Yoko Ono y que siguen gozando de un estatus de culto hasta hoy.
Su pasión por los materiales innovadores se reflejó en productos como el cronógrafo de titanio (1980), que por aquel entonces solo se utilizaba en la competición automovilística y la industria aeroespacial, o el bolígrafo TecFlex, cuya malla de acero inoxidable combina funcionalidad y estética.
Filosofía y legado
F. A. Porsche era un hombre de palabras y formas claras. "Si se reflexiona sobre la función de un objeto, la forma a veces surge por sí sola", decía. Esta actitud le convirtió en uno de los diseñadores más influyentes de su época. Hasta hoy, cada producto de Porsche Design lleva su ADN: la combinación de perfección técnica, materiales innovadores y elegancia imperecedera.
Su amor por la montaña le marcó tanto como su inclinación por la elegancia clásica; a menudo se le veía con chaquetas a cuadros. Y aunque era conocido por sus formas puristas, sentía una predilección especial por los Porsche verdes, que resaltaban su individualidad. En su vida privada era un hombre de familia: F. A. Porsche tuvo tres hijos que siguieron sus pasos.
Su obra abarca desde relojes, gafas y artículos de escritura hasta muebles y productos electrónicos. Pero, ya se trate de coches deportivos o tostadoras, la exigencia sigue siendo la misma. "Nuestras creaciones deben ser compañeras para toda la vida y no estar sujetas a tendencias efímeras", afirmó en una ocasión.
En el día en que Ferdinand Alexander Porsche habría cumplido 90 años, recordamos a un visionario cuyos diseños no envejecen porque nunca estuvieron de moda, sino que siempre fueron los adecuados.