Con el lanzamiento de la octava generación del Porsche 911, es momento no solo de mirar hacia la historia de esta máquina atemporal, sino también de celebrar su presente y su futuro. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que reuniendo a todas las generaciones en un viaje por carretera bajo el lema ‘El alma de Porsche’?
Mientras en muchos lugares los Porsche 911 clásicos y de colección son considerados meras piezas de museo, en Tailandia la cosa es bien distinta. Son varios los propietarios que utilizan sus autos para explorar las exigentes y variadas rutas que esconde su geografía. Esto convierte al país en la localización perfecta para juntar a todas las generaciones del mítico deportivo, por primera vez en carretera abierta. Y debido a la propia naturaleza histórica del evento, la documentación gráfica ha quedado en manos de fotógrafos pertenecientes a diferentes generaciones, eso sí, con un denominador común: sus cámaras Leica.
Stefan Bogner es diseñador de profesión y un gran entusiasta de Porsche. Además, edita la revista Curves Magazine, que aúna todas sus pasiones: la conducción, los modelos de Porsche y el diseño. Hace cinco años, Stefan decidió ponerse tras los objetivos al comprobar que los fotógrafos que contrataba eran demasiado lentos para el tipo de reportajes que él demandaba. No hizo falta mucho tiempo para que su estilo único fuera reconocido internacionalmente. Curves Magazine es publicada hoy en dos idiomas y es tan popular en Seattle como en Stuttgart.
En el extremo opuesto aparece Yik Keat, un joven singapurense dedicado a la fotografía urbana con cerca de 300.000 seguidores en Instagram. Su sueño siempre fue poseer un Porsche, así que ha saboreado como nadie este viaje de 280 kilómetros en el que ha tenido ocasión de capturar la evolución de la silueta del 911. Son muchos los modelos que han pasado por delante de sus ojos estos días, gracias al sorprendentemente elevado número de modelos Porsche que han ido llegando a Tailandia con el paso de los años.
En esta caravana, el nuevo 911 Carrera S (992) se antoja como una mezcla totalmente ecléctica de sus predecesores. Entre ellos, figuran un 912, un 911 Clubsport y un 964 Speedster −trío perteneciente al coleccionista Isarin Chaliysilpa−, un 996 GT3 RS con apenas 800 kilómetros en su odómetro, un impecable 997 Turbo y un 993 RS.
Maetup T-Suwan, cuyo padre ha sido propietario de varios 911 a lo largo de los años, acude a la cita al volante de su 991 GT3, auto que utiliza en sus desplazamientos diarios. Por su parte, el primer 992 del país llega de la mano AAS Auto Service, el único importador y distribuidor autorizado de Porsche en Tailandia.
El viaje da comienzo en la ciudad sureña de Surratthani, en el golfo de Siam, y continúa por el istmo de Kra, a través de Krabi y Phuket en la costa de Andaman. Desde la bulliciosa Surratthani, los caminos van dibujando un trazado que discurre por vastas plantaciones, una densa jungla tropical, montañas de piedra caliza y densos bosques de árboles que no dejan pasar los rayos de luz al mediodía, antes de llegar a las espectaculares vistas de la bahía de Phang Nga, escenario conocido por la película de James Bond ‘El hombre de la pistola de oro’.
La afinidad entre los conductores se hace palpable en las sobremesas de los restaurantes de comida picante del sur de Tailandia. Conversaciones animadas y muchas risas; una verdadera familia 911 unida por la pasión intergeneracional.
Maetup T-Suwan se hizo con su GT3 a finales del año pasado. Su padre, que bien sabe lo que representa un 911, le había dicho: “créeme, hijo, Porsche es la mejor marca de automóviles del mundo”. “Al principio no estaba seguro, pero ahora creo que tiene razón”, dijo Maetup en un sorprendente acuerdo generacional, algo que llama especialmente la atención en el mundo de hoy.
Isarin Chaliysilpa podría haber elegido cualquiera de sus tres monturas, pero la opción preferida en esta ruta ha sido el 912, un automóvil que le fascina por su equilibrio y su capacidad para rodar rápido y sin esfuerzo. No dejan de maravillarle las cualidades de este automóvil que tiene la misma edad que él.
Como era de esperar, Vutthikorn Inthraphuvasak, recién llegado de una victoria en competición a bordo de su Panther/AAS Motorsport GT3 en el Campeonato Blancpain GT World Challenge Asia, optó por la opción más moderna. “Soy un hombre de competición, me gusta la tecnología de los 911 más recientes. Cuando conduces el GT2 RS, los niveles de adrenalina se disparan. ¡Es más rápido que mi auto de carreras!” También elogia la facilidad de uso del actual 911, igual que lo hace el resto del grupo allí presente.
Mientras todos los participantes aprecian de forma clara las bondades de los modelos más nuevos, son precisamente los miembros más jóvenes los que caen rendidos ante la oferta tecnológica de la última hornada de 911. Nathapon Sahawat, de 21 años y acompañado por su padre en esta aventura, se deshace en halagos ante el 992 tras haberlo conducido. “Me encanta el interior”, dijo entusiasmado, “pero me gusta mucho también el diseño exterior, es increíble. Mi generación prefiere la carrocería ancha de los modelos más recientes”.
Sin embargo, tras dedicarse a sí mismo un momento para asentar todas las emociones vividas al volante del 992, llega a la conclusión de que el mayor punto a favor de este 911 es su facilidad de uso. “A mí me interesa un auto para usar a diario. Uno que sea deportivo, pero no especialmente duro de conducir”. Y esto es algo que caracteriza a todas las generaciones del 911.
En realidad, tanto si se trata del nuevo 992 Carrera S, como del Speedster, el Club Sport, el RS o el GT3, el alma del 911 brilla con intensidad en todos y cada uno de ellos. Cada generación mejora a la anterior, de eso no hay duda, pero en las ocho está impreso el ADN del 911, que combina deportividad y facilidad en el uso cotidiano. Una conclusión que, incluso en la exótica costa del sur de Tailandia, es francamente ineludible.