Con más de 30 000 victorias individuales, Porsche es una de las marcas de automóviles de mayor éxito del automovilismo deportivo. Los vehículos de rally también han contribuido a aumentar este palmarés. Todo empezó en enero de 1965 cuando, solo cuatro meses después de su lanzamiento al mercado, el Porsche 911 participó en el Rally de Monte Carlo y consiguió el quinto puesto. Tres años después, con Vic Elford, el 911 logró su primera victoria en Mónaco con el inglés al volante de un 911 SC 2.0. En 1969 y 1970, el sueco Björn Waldegared consiguió repetir este éxito. Y a los tres años, otro 911 Rally terminó segundo en Monte Carlo.

El Campeonato Mundial de Rally (WRC), tal y como se conoce hoy, fue disputado por primera vez en 1973, y desde 1979 existe también un título mundial para el piloto más laureado. Porsche nunca participó en el Campeonato Mundial, pero se presentó a distintas carreras. Además, en la década de 1970, el fabricante de Stuttgart utilizó el 911 en varias ocasiones en el Rally Safari de África Oriental, que no pertenecía al mundial, y que recorre Kenia a lo largo de más de 5000 kilómetros. En 1971, un Porsche 911 obtuvo el quinto puesto, y en 1974 y 1978, un 911 quedó en segunda posición.

El grupo B allanó el camino

En 1981, Walter Röhrl, campeón mundial del año anterior, se unió a Porsche para correr con el 924 Carrera GTS una temporada del Campeonato de Alemania. Solo participó una vez en el Campeonato Mundial con el 911 SC en el Rally de San Remo.

Mientras tanto, Porsche unió fuerzas para un nuevo concepto: en 1982, la Federación Internacional del Automóvil (FIA), introdujo los vehículos del grupo B, los automóviles Gran-Turismo de alto rendimiento, que también podían ser utilizados en el Campeonato Mundial de Rally. En 1983, en el Salón Internacional del Automóvil (IAA) e Fráncfort, fue presentado en el stand de Porsche el primer prototipo del futuro superdeportivo 959. Llevaba consecuente el nombre de 'Grupo B'. El 959 debía convertirse en el primer Porsche de serie con tracción total, pero el desarrollo de este nuevo concepto de tracción comenzó a principios de la década de 1980 en el 911. En 1981, Porsche presentó en el IAA un prototipo que aunaba los aspectos destacados del Cabriolet, el turbo y la tracción total. Su nombre: Porsche 911 Turbo 3.3 4x4 Cabriolet.

Este prototipo fue sometido a extensas pruebas, entre otros, por Walter Röhrl. Y cuando el belga Jacky Ickx, cuatro veces ganador de las 24 Horas de Le Mans con Porsche, vio el prototipo experimental en Weissach, tuvo una idea: quiso competir en el París-Dakar con un 911 Rally con tracción total. Este rally extremo de 11 000 kilómetros de distancia, que no hace parte del Campeonato Mundial, iba ganando popularidad año tras año desde 1979 y, en 1983, Ickx ya lo había ganado con un Mercedes 280 GE.

Nombre interno del 911 Dakar: 953

La idea de Ickx supuso la oportunidad de emprender una exitosa empresa pionera para Porsche. El entonces presidente de Desarrollo, Helmuth Bott, estuvo de acuerdo, Jacky Ickx invitó a la marca de cigarrillos Rothmans a participar también como patrocinador del París-Dakar, y tres Porsche 911 Carrera 3.2 fueron equipados con tracción total y numerosos refuerzos típicos del rally. Denominación oficial del modelo: Porsche 911 Carrera 3.2 4x4 París-Dakar. Internamente, el vehículo se denominaba simplemente 953.

Como pilotos contó, además de Ickx y su copiloto Claude Brasseur, con el francés René Metge, ganador del Dakar en 1981 en un Range Rover, con su copiloto Dominique Lemoyne y el director de proyecto de Porsche, Roland Kussmaul, con Erich Lerner. Ickx y Metge debían conducir para obtener buenos resultados, preferiblemente la victoria, y el equipo de Kussmaul/Lerner estaba concebido como un laboratorio en carreras. Al mismo tiempo, un equipo de mecánicos se desplazó en la categoría de camiones para prestar apoyo a los tres 911.

Inicialmente, los competidores con sus vehículos todoterreno no se tomaron en serio la presencia de Porsche, pero pronto aprendieron. Aunque el 911 Carrera 4x4 de Jacky Ickx tuvo una avería el primer día de desierto con daños por impacto de piedras y tuvo que someterse a horas de reparaciones. René Metge hizo honor a su reputación de zorro del desierto, y a 150 km/h y más, voló sobre la arena y la grava. El 911 Rally era varios cientos de kilogramos más ligero que los grandes vehículos todoterreno, y además el motor bóxer ofrecía una potencia de 225 CV (165 kW), lo que beneficiaría directamente a Porsche. Al igual que en todos los rallys, la gran ventaja de tracción del motor trasero también se hizo notar en el París-Dakar. Y para atravesar grandes dunas de arena suave, los equipos podían accionar una palanca especial en la consola central para bloquear el diferencial entre el eje trasero y el delantero, lo que permitió al 911 Carrera 4x4 funcionar de forma muy brusca, pero con la máxima tracción.

Primer puesto también para todo el equipo de Porsche

Al final, Metge obtuvo la victoria general. Jacky Ickx luchó de forma infatigable hasta pasar del puesto 139 al sexto lugar, mientras que Roland Kussmaul quedó en un respetable puesto 26, lo que permitió obtener el primer lugar también en la clasificación por equipos.

Después de este abrumador éxito, Porsche volvió a participar en el París-Dakar un año después, esta vez con los primeros 959. Según el reglamento del Grupo B, debían ser vendidos al menos 200 vehículos de serie para su homologación, condición que Porsche había cumplido poco después del Salón Internacional del Automóvil de 1983 gracias a pedidos fijos. Y así, Porsche accedió por primera vez a un rally con un vehículo precursor del Grupo B. Lamentablemente, los motores biturbo de 400 CV no estaban listos. Por ello, en 1985 no fueron tres 911 con componentes del 959 los que llegaron a la parrilla de salida como en el año anterior, sino tres 959 con motores 911. Debido a los caprichos del París-Dakar, ninguno de ellos alcanzó el objetivo, por lo que Porsche volvió a intentarlo un año más tarde. Y ganó. Una vez más, fue el equipo de René Metge y Dominique Lemoyne el que aseguró el triunfo de Porsche. El dúo Ickx/Brasseur ocupó el segundo puesto esta vez, y Roland Kussmaul y su copiloto se convirtieron en los sextos clasificados.

Tras el nuevo triunfo, Porsche terminó su compromiso con el París-Dakar. El 959 tampoco hizo su aparición en el Campeonato Mundial de Rally, porque la FIA ya había prohibido el Grupo B para este uso a finales de 1986. Los autos de alto nivel habían demostrado ser demasiado peligrosos y solo podían circular en el Campeonato de Europa de Rallycross, en el que Porsche no tenía ningún interés.
 

Cinco años después del primer triunfo llegó el 911 Carrera 4

Así, el legado del París-Dakar es el 959 de uso urbano, que en su momento fue el modelo de serie de Porsche más potente de todos los tiempos. Con 450 CV (336 kW), a finales de la década de 1980, el 959 superó claramente tanto al 911 Turbo como al modelo 928 de ocho cilindros. Y lo que es más importante: aunque solo fueron producidas 292 unidades, el 959 fue el primer Porsche de serie con tracción total. El 911 de la serie G, en el que se basaba el 911 Carrera 4x4 para el París-Dakar, permaneció en el mercado hasta 1988 y ya no contaba con tracción total. Sin embargo, más tarde, con el lanzamiento de la tercera generación del 911, el 964, había llegado el momento. A finales de 1988, el Porsche 911 Carrera 4, año modelo 1989, llegó por primera vez a los concesionarios.

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