Sin embargo, a primera vista es difícil saber para qué sirven. Pues bien, se trata de las herramientas de los modelistas de Style Porsche, cuyo trabajo consiste en hacer maquetas de arcilla de futuros vehículos deportivos. Es uno de los primeros pasos en el camino de la idea a la realidad. El maletín es único porque cada uno de los cerca de cincuenta diseñadores compone su propio juego de herramientas. Para asegurarse de que encajan perfectamente con su forma personal de trabajar, incluso llegan a fabricar algunas de ellas haciendo uso de moldes específicos.

Una vez que el Vicepresidente de Style Porsche, Michael Mauer, y el Director de Diseño Exterior, Peter Varga, han hecho una preselección a partir de los bocetos de su equipo, se crean inicialmente hasta diez modelos a escala 1:3 que se someten a discusión. Este es el momento en el que los dibujos pasan del papel a la tridimensionalidad.

Aunque Porsche también utiliza simulaciones fotográficas realistas con ayuda de datos CAD y software de realidad virtual, los modelos de arcilla son indispensables para crear los deportivos. Por un lado, permiten representar de un modo real la interacción de formas cóncavas y convexas; por otra, un modelista es capaz de implementar más rápido los numerosos cambios habituales en el proceso de diseño. Sus manos son un complemento perfecto para los ojos del diseñador.

Creación del modelo en arcilla del Mission X, 2023, Porsche AG

Lo que comúnmente se llama “modelo de arcilla” está hecho en realidad de plastilina industrial. Esta pasta para modelar se almacena en grandes barras en el horno del estudio exactamente a 60 grados centígrados para que adquiera la consistencia blanda de la mantequilla. A temperatura ambiente, el material se endurece. Para una maqueta a escala 1:3 se aplican a mano 100 kilos sobre un armazón de madera y espuma dura. Para maquetas 1:1 se llega a los 1.200 kilos. El modelista emplea la espátula para retirar material, dar forma a los bordes y alisar las superficies. Con cintas y láminas se realzan las líneas importantes o se representan los faros y los parabrisas. Una vez finalizado el proceso de selección interna, se crean dos modelos a tamaño natural. Se modelan, se cubren con láminas especiales y se pintan. Las dos versiones no son idénticas, sino que suelen mostrar diferencias de diseño o equipamiento. Finalmente, de cara a la producción en serie los expertos registran las dimensiones mediante fotogrametría. Los datos 3D sirven de base para el posterior proceso de desarrollo digital.

Pueden pasar seis meses antes de que esté lista una maqueta 1:1, pero al final su realismo es máximo. A veces, apenas se distingue a simple vista si se está ante el vehículo real o ante una maqueta. El arte supremo de la arcilla.

Información

Artículo publicado en el número 409 de Christophorus, la revista para clientes de Porsche.

Texto: Alexandra Knaupp
Fotos: Stefan Bogner

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