La novela es literatura universal. “Emma Woodhouse, bella, inteligente y rica, con una familia acomodada y un buen carácter, parecía reunir en su persona los mejores dones de la existencia”. Con estas palabras presentó Jane Austen a su protagonista en 1816. El nombre de Emma, título de la famosa obra, es sinónimo de universalidad y magnitud. Cuando los Raducanu llamaron así a su hija, expresaron desde el inicio sus esperanzas en ella. Emma Raducanu nació el 13 de noviembre de 2002 en Toronto. Su padre es rumano de nacimiento, mientras que su madre Renee es china. Cuando Emma cumplió los dos años, la familia se asentó en Gran Bretaña. Su casa de Bromley está a casi una hora en auto al sudeste del centro de Londres, y sus padres trabajan en el sector financiero. Highbury, el hogar de la heroína de la novela casi de su misma edad, está prácticamente a idéntica distancia de la ‘City’ londinense. Sin embargo, naturalmente, entre las biografías de las dos poderosas Emmas hay todo un abismo: mientras que el personaje literario se echa a perder en brazos de una vida ociosa, la atleta del mundo real entrena desde niña para conseguir el éxito.

Codiciado trofeo: en 2021, Raducanu ganó el US Open con solo 18 años.

Resiliencia y lógica

“Sin duda, mi origen familiar y multicultural me ha marcado definitivamente”, dijo Emma Raducanu cuando nos encontramos para la sesión fotográfica. “De mi madre he heredado seguramente gran parte de la resiliencia y la capacidad de sacrificio que tanto me ayuda en la cancha. La habilidad para pensar con lógica y en procesos me viene más bien por parte de mi padre. Ambos tenían muchas expectativas depositadas en mí y siempre me inspiraron y me estimularon”. En paralelo a su carrera deportiva, culminó el A-Level —el bachillerato británico— con las máximas calificaciones en matemáticas y economía. Y le encanta el automovilismo. “El tenis por sí solo habría sido demasiado unidimensional”, dijo. Y salta a la vista que dice la verdad, puesto que la joven irradia curiosidad y ganas de vivir. Se imagina perfectamente estudiando la carrera de económicas o derecho. Pero primero el tenis.

Empezó a practicar cuando solo tenía cinco años. Entrenaba antes de ir al colegio y también por la tarde y seguía entrenando aunque se fundieran los bombillos de los postes de luz. “Mi padre siempre me decía: si eres capaz de hacerlo a oscuras, luego te será más fácil a la luz del día”. Desde niña tenía muy claro su objetivo: quería competir en el cercano Wimbledon y ganar Grand Slams. Además, a los seis años empezó a conducir karts. “Recuerdo que me encantaba y pasaba feliz. Cuanto más mejoraba, más disfrutaba la sensación de velocidad y dominio”. Emma, una persona llena de energía, tampoco rehúye las carreras de motocross. “¿A qué niño no le gusta jugar en el barro?”, preguntó entre risas. “En serio, fue ir un paso más allá respecto a los karts. El motocross requiere coordinación y equilibrio y te genera aún más adrenalina”. 

Bienvenida al equipo:

El sonido del 911 antes de ir al colegio

Esos atributos también son necesarios en el tenis. Cuando cumplió 13 años, Emma Raducanu pudo empezar a participar en torneos de la Federación Internacional de Tenis (ITF) para tenistas sub-18. Solo ocho días después, se convirtió en la jugadora más joven en ganar un torneo en la historia de la ITF al imponerse en el Nike Junior International de Liverpool, el primer logro superlativo en su corta carrera. Hacía mucho que tenía un entrenador fijo, y él tenía a su vez un deportivo. “Para mí era una motivación increíble siempre que escuchaba llegar su 911 a las siete de la mañana”, dijo. “Yo admiraba aquel auto y soñaba con tener algún día mi propio Porsche”. Suele ir a Brands Hatch para ver eventos automovilísticos como la Porsche Carrera Cup británica o la final del Campeonato de Turismos. También ha estado en un Gran Premio de Fórmula 1. “Sigo diversas categorías. La Fórmula E me gusta porque es una innovación ecológica y porque los motores eléctricos ofrecen una aceleración sensacional. Además hay un montón de adelantamientos, así que es muy emocionante. ¡Me llevé una gran alegría con la primera victoria de Porsche!”. Ya ha tenido ocasión de convencerse por sí misma de las prestaciones de un auto eléctrico, ya que condujo un Taycan GTS Sport Turismo. “Es el auto más potente que he conducido en carretera en toda mi vida”. Le gustaría volver a competir en carreras, pero lo primero es el tenis.

Dobles mixtos:

Acelerando a fondo en 2021

A principios del verano boreal de 2021, participó en Wimbledon por invitación como número 338 del ranking mundial de la WTA y consiguió llegar hasta octavos de final, con lo que se convirtió en la jugadora británica más joven de la historia en pasar a cuarta ronda en el torneo profesional. El siguiente logro mayúsculo.

Unas semanas después llegó el segundo Grand Slam de su carrera: el US Open. Para poder jugar en Nueva York tuvo que superar primero la ronda de clasificación. Se impuso sin problemas en los tres partidos. Al principio, la novata no llamó prácticamente la atención en Flushing Meadows. Sin embargo, superó las tres primeras rondas y se impuso en octavos de final contra Shelby Rogers. Ya en cuartos, eliminó a la campeona olímpica Belinda Bencic y en la semifinal a Maria Sakkari. En la final, se proclamó vencedora del torneo tras ganar por 6-4, 6-3 a Leylah Fernandez. Contando la clasificación, fue su décima victoria consecutiva sin perder un solo set. Ningún tenista (hombre o mujer) había ganado antes el torneo tras salir de la ronda de clasificación. El mundo del tenis se puso patas arriba. Los medios de comunicación difundieron su historia, y la triunfadora recibió una lluvia de felicitaciones. Hasta la casa real británica hizo públicas las felicitaciones de la Reina, y Martina Navratilova tuiteó: “¡Ha nacido una estrella!”. La BBC la eligió ‘Personalidad Deportiva del Año’ y la WTA la nombró ‘Novata del año’. A principios de 2022 se convirtió en la mujer más joven de la historia en ser nombrada Miembro de la Orden del Imperio Británico por los servicios prestados a su país. ¿Cómo procesar todo eso siendo prácticamente una adolescente?

Making of:

En la noria de la opinión pública

Emma Woodhouse, la heroína de Jane Austen, era adorada por todos y casi nadie la criticaba. Pero la vida no es una novela. Emma Raducanu se convirtió de golpe en un personaje público a base de magistrales raquetazos con bolas de hasta 160 km/h. Como en una noria, aduladores y críticos la acompañan en sus triunfos y sus derrotas. Su estímulo en ese sube y baja: “No pararse nunca, aprender, seguir mejorando, acumular experiencia”. Emma aún tiene muchos retos por delante. Primero el tenis. Luego ya se verá.

Información

Artículo publicado en la edición número 403 de Christophorus, la revista para clientes de Porsche.

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