Ann-Mari y Martin Sundvoll-Noreng comparten su amor por los clásicos refrigerados por aire. Pero su más reciente adquisición, que coincidió con la primera vez que compraron un auto nuevo, fue un capítulo desconocido para estos noruegos amantes de Porsche. En su casa ubicada en Ski, a 20 minutos en auto al sur de Oslo, el garaje de Sundvoll-Noreng guarda un 356 Coupé de 1959 con una extensa pátina junto a un reluciente Taycan 4S nuevo. Dos épocas muy diferentes pero igualmente esenciales de la larga y evolutiva historia de Porsche.
Como tantos otros aficionados, la entrada en el mundo Porsche del diseñador gráfico Martin llegó a través de los más humildes y asequibles Volkswagen de la época. "El primero que compré fue un Volkswagen Bus de 1966, seguido de un Beetle", dijo. "Y fue ese auto el que me hizo mirar tanto el 356 como los primeros 911. Al principio quería un 356, pero no podía permitírmelo, así que compré una réplica del Speedster basada en un chasis de VW. Sin embargo, los precios de los autos de verdad seguían subiendo y subiendo, así que el primer Porsche que compré fue un 911 T, que encontré en eBay en Estados Unidos. Necesitaba mucho trabajo, del que me encargué yo mismo, y ahora está en muy buenas condiciones".
El 911 se convirtió en un elemento permanente de la casa de Sundvoll-Noreng, pero Martin seguía añorando el 356 que había despertado su interés todos esos años. Y finalmente encontró uno en la vecina Suecia. El Coupé de 1959 estaba completo, pero sin restaurar, y Martin decidió preservar su pátina mientras mejoraba discretamente su conducción. El pasado invierno boreal montó una suspensión rebajada y un motor nuevo, aunque de serie, que le hacen ahora un vehículo fiable para el uso diario y ocasionalmente para competir.
Con el 356 Coupé en tramos de rally
"Lo conducimos mucho durante el verano y Ann-Mari lo utiliza para ir al trabajo", dijo Martin. "Recientemente fuimos juntos por un pequeño tramo de rally, como parte de un gran encuentro de VW y Porsche aquí en Noruega. E incluso corrimos una vez en un circuito local". "No hay mucha gente en Noruega que utilice sus autos de esta manera", añadió su mujer, Ann-Mari. "La mayoría suelen llevar este tipo de vehículos en remolques a las actividades, los descargan durante un tiempo y luego los vuelven a cargar. No utilizan realmente sus autos. Pero yo siento que hay que conducirlos. Es la forma de disfrutar un Porsche".
Es una gran filosofía, pero que presenta un problema cuando, como les ocurrió a los Sundvoll-Noreng, descubres que vas a tener un bebé. Aunque la pareja adora conducir su 356, ambos admiten que los asientos traseros de un auto de 60 años no son el lugar adecuado para un recién nacido. Afortunadamente, en un país en el que más de cincuenta por ciento de los autos que circulan por las carreteras son eléctricos, los Sundvoll-Noreng ya iban a ser propietarios de un Taycan.
El Taycan 4S se convirtió en el nuevo auto de diario
"Empezamos a pensar en comprar uno en cuanto vimos las primeras imágenes", dijo Martin. "Cuanto más veíamos y leíamos, más queríamos uno. Así que nos pusimos muy pronto en la lista de espera". Tras dos años, su Taycan 4S blanco Carrara metalizado estaba finalmente listo para la recogida en Porsche Center Oslo y se convirtió al instante en su nuevo vehículo de uso diario. "Al principio nos peleábamos por quién conducía para ir a las tiendas", dijo riendo Ann-Mari. "Pero ahora, siempre lo conduzco yo".
Pero Martin, que forma parte de la junta directiva del club de propietarios de 356 de Noruega, está feliz de ser el encargado de las llaves de su querido clásico. "Es muy especial tener en nuestro garaje el Porsche original y el último modelo, uno al lado del otro", dijo. "No pueden ser más diferentes: uno es muy sencillo y el otro es increíblemente avanzado. El contraste es enorme, pero aún así puedes sentir esa conexión entre los dos cuando los conduces. Ambos tienen ese espíritu Porsche".