Sus fotos son el instrumento que utiliza para componer una historia. Su serie de libros en siete tomos ‘A Flat 6 Love Affair’ (Historia de amor de un bóxer de seis cilindros) tiene una melodía especial, que alterna tonos altos y bajos. Después de siete volúmenes y años, en los lomos de los libros se lee ‘Porsche’ cuando se colocan en fila. A Bart Kuykens le mueve la pasión por la fotografía analógica y se inspira en la música y el diseño de los años 70. Este belga prefiere trabajar solo, porque así puede hacer las cosas a su manera. Cuando quiere relajarse, a este padre de dos niños le gusta salir con su Porsche 911 T de 1970 para disfrutar de la sensación de fundirse con la carretera. El fotógrafo de 46 años cuenta por qué ve las fronteras como líneas imaginarias, por qué no se preocupa de que las cosas estén bien enfocadas y por qué el arte de la fotografía es para él como un regalo.
¿Cómo llegó a la fotografía?
Bart Kuykens: Para mí, la fotografía es mucho más que un oficio: es un talento y un gran don. Estoy convencido de que todo el que esté interesado puede aprender la teoría de la fotografía, pero eso no significa automáticamente que sea un buen fotógrafo. A mí me dieron el talento para hacer fotos y lo acepté con gratitud. Aprecio la confianza que mis protagonistas depositan en mí y me encanta oprimir el botón del obturador cuando tengo la oportunidad de capturar el momento perfecto.
¿Cuál es su cámara preferida cuando trabaja en exteriores?
Kuykens: Actualmente utilizo la cámara de formato medio Hasselblad H1 y la Leica R7 para mis fotos de 35 mm. Ambas marcas encajan perfectamente con mi personalidad. Algunas personas creen que se pueden hacer mejores fotos con una cámara cara. Quizá se sientan más seguros con ella. Pero al final, lo que importa es el resultado.
Hace fotos analógicas y normalmente en blanco y negro, ¿es esa su forma habitual de contar historias?
Kuykens: Para mí es la única manera de hacer una foto especialmente buena. A veces trabajo también con una cámara digital, pero entonces pierdo rápidamente el factor especial ‘wow’. La fotografía digital es perfecta para muchas situaciones: es rápida, es nítida, tiene muchos megapíxeles, pero solo en forma analógica puedo capturar la verdadera belleza de un momento.
¿Cómo describiría su estilo?
Kuykens: Mi estilo característico es oscuro y angular. Nunca me preocupa el enfoque, me gustan las imperfecciones de la película. Solo trabajo con la luz del día, si es posible. Siempre intento captar el estado de ánimo.
¿Cuándo tuvo la idea de su serie de libros ‘A Flat 6 Love Affair’?
Kuykens: En 2015 empecé a fotografiar a algunos amigos con sus Porsche; por ejemplo, el 912 de un compañero en Holanda. Después de revelar las fotos quedé absolutamente encantado y decidí fotografiar otro Porsche con su propietario. Y luego otro más. No pude parar hasta tener suficientes fotos para un libro. Entonces me decidí por siete volúmenes, uno por cada letra de la marca, un libro por año, siete años de historias de amor Porsche.
¿Nos cuenta su propia historia de amor con Porsche?
Kuykens: No soy el típico fan de Porsche. Me encantan los autos, me encanta la comunidad, me encantan los viajes y las carreteras, pero sobre todo me encanta porque detrás de cada Porsche hay una persona con una historia interesante. A los 20 años compré mi primer clásico, un VW Karmann-Ghia, y lo vendí dos años después. Había subestimado los costos de mantenimiento. Diez años después, mi vecino me enseñó su Porsche 911 de 1971. Me fascinó y esa sensación nunca me abandonó. Me compré un Carrera 3.2 de 1985 y algunos otros modelos. Vendí y cambié muchos autos durante mi búsqueda del Porsche perfecto. Hasta que en algún momento me di cuenta de que estaba persiguiendo una ilusión. No existe el Porsche perfecto. Cada uno tiene su propia historia. Actualmente conduzco un 911 T en plata GT de 1970 y estoy contento con él.
¿Qué le fascina de los autos antiguos?
Kuykens: La forma. La historia que cuenta el auto. Y la pátina.
¿Por qué Porsche?
Kuykens: Porque un Porsche es fiable y tiene un diseño atemporal. No hay mejor auto para salir de viaje con los amigos y divertirse mucho. Asocio la libertad, la facilidad de uso diario y la deportividad con la marca Porsche. Con un 911, siempre viajarás con estilo.
Si se daña algo en su 911, ¿lo repara usted mismo?
Kuykens: Bajo ninguna circunstancia. Siempre dejaría que un profesional se encargara de ello. No tengo paciencia para las reparaciones, así que lo estropearía todo. Yo solo pondría una calcomanía en una pequeña abolladura.
¿Qué significa ‘hogar’ para usted? ¿Es Bélgica la personificación del hogar para usted?
Kuykens: No. Bélgica es un país como cualquier otro. Simplemente lo llamo mi hogar porque he crecido aquí. Hablo el idioma y mis hijos van al colegio aquí. Pero este país no me ha convertido en lo que soy hoy. Me hago mi propio mundo, mi propio tipo de hogar, con la gente que me gusta y quiero. Las fronteras físicas no son más que líneas imaginarias para mí.
¿Quién o qué le inspira?
Kuykens: La música, el diseño, la arquitectura y la gente. Me encanta el diseño de interiores de los años 70. Y en cuanto a personalidades, lo que más me inspira es la gente con una ética de trabajo particular. Aquella que comparte mi lema: ¡levántate temprano y logra mucho! En cuanto a la fotografía, me inspira Anton Corbijn.
¿Hay algo en lo que crea?
Kuykens: Creo firmemente en mí mismo. Los milagros no ocurren, así que trabajo duro. Nada viene de la nada.
¿Con qué sueña actualmente?
Kuykens: En este momento sueño con almorzar en una terraza soleada de Los Ángeles. Cuando no se trata de mi pasión y mi trabajo soy soñador, pero a nivel profesional nunca. Cuando hay algo que hacer, lo emprendo y no sueño.
¿De qué se arrepiente?
Kuykens: Hay varias cosas, pero de alguna manera son demasiado triviales para mencionarlas aquí. Prefiero citar a Frank Sinatra con ‘My Way’ porque eso es exactamente lo que me caracteriza, la forma en que hago las cosas a mi manera.
¿A quién le gustaría fotografiar algún día?
Kuykens: Definitivamente a Al Pacino y a Keith Richards.
¿Quién sería su pasajero favorito para un viaje largo?
Kuykens: Eso es difícil y depende de la duración del viaje. Pero para ser sincero, me encanta estar solo en el auto. Al cabo de unas horas alcanzo un estado maravilloso en mi cabeza en el que mis pensamientos se liberan y me siento uno con la carretera. Es una gran sensación.
Información
Artículo publicado en la edición número 19 de Porsche Klassik Magazine.
Texto: Christina Rahmes
Fotos: Bart Kuykens
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