“Le damos nuestra más cálida felicitación a Peter Falk y le agradecemos su incansable trabajo para la marca Porsche”, dice Michael Steiner, miembro del Consejo de Dirección de Porsche AG como responsable de Investigación y Desarrollo. “Desempeñó un papel clave en la creación de algunos coches de carreras legendarios, como el Porsche 917. En su época de Director de Competición fue responsable, también, del gran éxito del Porsche 956/962 de Grupo C, que acaba de celebrar su 40º aniversario”.
Peter Falk nació en Atenas, Grecia, el 27 de noviembre de 1932. Era hijo de un arqueólogo y, tras una etapa de aprendizaje como mecánico de coches, estudió ingeniería mecánica, especializándose en tecnología de la automoción. “Ya en mi infancia me interesaban mucho los vehículos de todo tipo, desde los triciclos hasta las bicicletas y los automóviles, por lo que no es de extrañar que terminara convirtiendo esa pasión en una profesión”, explica Falk. También le gustaba ponerse a los mandos de las máquinas. Cuando apenas tenía 18 años, quedó tercero en un concurso de conducción de precisión de motocicletas en el norte de la Selva Negra.
Seis años después, estuvo sentado junto al piloto Alfred Kling en un Porsche, en la que fue su primera participación en un rallye. Kling, que poseía un taller, introdujo a Falk en el mundo de la competición y ganaron juntos aquella prueba. Luego llegaron las victorias en el Rallye de Ginebra y el Rallye Internacional de Alemania en 1957, junto con el sexto puesto en la carrera Lieja-Brescia-Lieja.
Copiloto de Herbert Linge
En 1959 se incorporó a Porsche como ingeniero, pasando a ser uno de los diez empleados del departamento de Pruebas en Carretera. En 1964 empezó a trabajar en modelos preserie y también apoyando al departamento de Competición. En aquella época puso en la pista al 911, entre otros. En el Rallye de Montecarlo de 1965, fue copiloto de Herbert Linge en el 911 2.0. “Hablaba con Herbert a través de un tubo de plástico grueso que entraba directamente en su casco. Aquel sistema funcionaba perfectamente”, recuerda Falk al hablar del intercomunicador que él mismo había desarrollado.
Ya desde esa primera carrera con el 911, Porsche empezó a utilizar la competición para mejorar sus coches de producción en serie. El dúo terminó el rallye en el quinto lugar de la clasificación general.
Durante los años siguientes, varios Porsche de carreras, desde el 906 hasta el 917, se construyeron bajo la supervisión de Falk como Jefe del departamento de Competición y permitieron que el fabricante de deportivos se hiciera un nombre en la categoría superior del automovilismo internacional. De 1973 a 1981, ocupó el cargo de Jefe de Pruebas en el desarrollo de los modelos 911, 924 y 928. Falk fue responsable de las áreas de carrocería, caja de cambios, pruebas en carretera y pruebas de resistencia.
Un excelente profesional
Peter Falk es considerado un gran ingeniero, tanto en el campo teórico como en el práctico, que consiguió llevar a muchos Porsche de carreras a alcanzar el éxito. Por ejemplo, a él le deben los 956 y 962 de grupo C sus años de gloria. Con siete victorias absolutas en Le Mans y once títulos mundiales, este proyecto resultó ser uno de los más fructíferos en la historia de la compañía. Igualmente, las victorias en el Rallye París-Dakar de 1984 y 1986 fueron dos logros importantes de su carrera profesional.
“Era un gran aficionado a los rallyes. Para mí, siempre fue importante que un coche fuera capaz de ir bien tanto dentro como fuera del asfalto”, asegura. Junto con su equipo y el técnico Roland Kussmaul, Falk desarrolló el 911 Carrera 3.2 4x4 para el Rallye París-Dakar en menos de un año. Aquello fue un gran logro porque, por primera vez, un deportivo ganaba la carrera más dura del mundo. A partir de 1989, Peter Falk pasó a ser Jefe de Chasis y participó de manera activa en el desarrollo de las generaciones 993 y 996 del 911, así como en el del primer Boxster (986).
Parte de la leyenda de Porsche
“Soy un gran admirador de Peter Falk, especialmente de su calma y su prudencia”, dice Walter Röhrl, quien participó como piloto junto a él, en el rallye de clásicos Ennstal Classic en 1997. “No podía concebir que alguien pudiera prepararse para una prueba como esta con tanto detalle. Tenía su ordenador con él y, cada 100 metros, me decía si iba más o menos rápido de lo debido. Y así durante 500 kilómetros”, recuerda el dos veces campeón del mundo de rallyes. “Le deseo mucha salud y que conserve ese temperamento tranquilo. Es una de las personas sobre las que se construyó la leyenda de Porsche”.
El piloto Hans-Joachim Stuck, que se unió al equipo oficial de Porsche en 1985, también tiene palabras de elogio para su admirado compañero de viaje: “Peter Falk me enseñó mucho sobre el respeto y la disciplina. Sin él, mi vida en las carreras hubiera sido muy distinta. Es uno de los mejores Directores de Competición con los que he trabajado. Le deseo lo mejor”.
Peter Falk contrató a Norbert Singer como ingeniero en 1970. Falk fue su superior directo durante muchos años y mantienen una muy buena relación hasta el día de hoy. “Nos dio carta blanca a todo el equipo en el desarrollo del 956/962, nos permitió convertir nuestras ideas en realidad y siempre confió en nosotros. Asumió toda la responsabilidad de lo que hicimos. En aquel momento no fui consciente, pero después me di cuenta de lo especial que era”, dice Singer. “Le deseo la mejor salud y muchos años más para disfrutar de su vida”.
Falk se jubiló en 1993, pero desde entonces ha mantenido una estrecha relación con la compañía. Durante muchos años estuvo a disposición del Museo Porsche como testigo contemporáneo de la marca y también ha participado en la organización de algún que otro rallye de coches de época.