Un encuentro histórico entre Ferry Porsche y Max Hoffman llevó a la decisión de que la joven marca alemana, de origen humilde, empezara a exportar sus autos deportivos a Estados Unidos. Era el otoño boreal de 1950. El resultado fue la creación de un vínculo más fuerte de lo que nadie podría haber imaginado. Este año, Porsche celebra el aniversario número 70 de su llegada al mercado americano.
Los primeros años
El primer deportivo Porsche recibió la homologación para uso en carreteras alemanas el 8 de junio de 1948. Es decir, la historia de Porsche en los Estados Unidos se remonta casi al principio de la marca. La joven compañía de autos deportivos llamó la atención de un visionario vendedor en Nueva York.
El 21 de junio de 1941, llegó a esa ciudad el expatriado austriaco Max Hoffman. En 1947 abrió su concesionario en Park Avenue, que posteriormente rediseñó Frank Lloyd Wright. La Hoffman Motor Car Company comenzó a importar y vender marcas europeas ya establecidas con tal grado de éxito, que le permitió arriesgarse con firmas menos conocidas.
La relación entre Max Hoffman y Ferry Porsche se remonta a cuando Hoffman todavía trabajaba como abogado en Viena, pero el contacto decisivo lo estableció años más tarde Max Troesch.
“Estoy seguro de que este auto será famoso” Max Troesch
Periodista de profesión, Troesch había conducido un Porsche 356 y proclamó: “Estoy seguro de que este auto será famoso”. Cuando viajó a Estados Unidos, le mostró a Hoffman fotos del auto y le animó a contactar a Porsche.
En el otoño de 1950, le entregaron a Hoffman los dos primeros coupés 356 de 1.1 litros. Ese mismo año, se reunió con Ferry Porsche en el Salón del Automóvil de París.
En las primeras conversaciones, Ferry Porsche dijo que estaría encantado de vender cinco autos al año en Estados Unidos, a lo que Hoffman respondió con la célebre frase: “Si no puedo vender cinco a la semana, no me interesa”. Finalmente, acordaron un contrato de importación en Estados Unidos de 15 autos al año.
Estrechando lazos
La tarea a la que se había comprometido Max Hoffman no era fácil. Si solo se usaban las cifras para compararlo con sus rivales, el 356 era considerablemente más caro y tenía un motor más pequeño. Pero Hoffman sabía que cualquiera que condujera un auto de Zuffenhausen se daría cuenta que ofrecía una combinación única en el panorama automovilístico: fiabilidad, agilidad en las pistas y facilidad de uso diario.
Porsche no tenía presupuesto para una gran campaña publicitaria, así que le tocó a Hoffman implantar esta marca desconocida para los clientes estadounidenses. Su material de marketing describía al 356 como “Uno de los autos más fascinantes del mundo” y “Una nueva concepción en estabilidad, agarre en carretera, suspensión y seguridad nunca antes conocida”. La estrategia cobró fuerza. En 1954, eran vendidos 11 autos por semana a través de Hoffman, lo que equivalía a 30 por ciento de la producción anual de Porsche. En 1965, el último año del modelo 356, la proporción del mercado de Estados Unidos sobre el total de ventas de Porsche había aumentado hasta el 74,6 por ciento.
Una parte sustancial del creciente éxito fue gracias a otro austriaco de nacimiento. En 1948, John von Neumann había abierto su concesionario de autos Competition Motors en el norte de Hollywood. Después de probar el 356 una sola vez, mientras visitaba a Hoffman en Nueva York en 1951, se compró uno y lo llevó a California. Como apasionado piloto, Neumann jugó un papel importante en la introducción de la marca Porsche en la cada vez más relevante escena automovilística californiana.
Con un precio más bajo, el nuevo y ágil modelo Speedster sería muy popular: desde solo 2995 dólares. El Speedster se inspiró en el 356 America Roadster, que a su vez era un ejemplo de la influencia de Hoffman en la compañía, ya que había pedido específicamente a Ferry Porsche un auto ligero de nivel básico. Neumann también estaba bien relacionado con Hollywood. Su lista de clientes famosos, que incluía al actor James Dean, ayudó a fortalecer la imagen de la marca. Los autos eran utilizados tanto para las carreras de fin de semana como para los desplazamientos entre semana.
Con Porsche cada vez más consolidada en los concesionarios, en la competición y en la cultura pop, durante las décadas siguientes se sucederían varios cambios en la presencia de la marca en Estados Unidos Desde una perspectiva organizativa, esto comenzó en 1955, con la creación de una red de distribución independiente: The Porsche of America Corporation. A partir de 1969, esa compañía formó parte de la división Porsche Audi de Volkswagen of America, Inc. Finalmente, el primero de septiembre de 1984, se fundó Porsche Cars Norteamérica (PCNA) en Reno (Nevada).
Al acercarse el nuevo milenio, Porsche experimentó reveses y éxitos, tanto deportivos como empresariales. La década de 1990 resultó difícil, pero la incorporación del popular Boxster atrajo a un nuevo público a Porsche y contribuyó a que las ventas volvieran a encarrilarse. El Boxster fue recibido muy positivamente, primero como prototipo en el Salón del Automóvil de Detroit de 1993, después en las primeras pruebas tras su presentación. En 1998, PCNA trasladó sus operaciones a Atlanta, Georgia. El atractivo de la marca creció una vez más con la introducción del Cayenne, en 2003. El auto deportivo en el segmento de los SUV premium se convirtió rápidamente en el modelo más vendido en Estados Unidos durante muchos años.
Una década de crecimiento
Como ocurrió en otros sectores industriales, la década de 2010 tuvo un comienzo difícil para Porsche. La crisis financiera mundial hizo que las ventas en los Estados Unidos cayeran por debajo de 20.000 unidades en 2009, algo que no ocurría desde la década de 1990. Pero, a partir de ese momento, el fabricante de autos deportivos de Stuttgart dio la vuelta a la situación. Comenzaron a aumentar las ventas y también la continua fascinación de los estadounidenses por la marca, apoyados por nuevas gamas de modelos: el Panamera y, más tarde, el Macan.
El 12 de mayo de 2011, PCNA hizo el importante anuncio de que construiría una nueva sede en Atlanta. Estas instalaciones de Porsche en Estados Unidos no solo servirían como un lugar centralizado para las operaciones, también serían una embajada para que los visitantes pudieran sentir la emoción de todo lo que la marca era capaz de ofrecer. El Porsche Experience Center (PEC) de Atlanta abrió sus puertas en mayo de 2015, con una pista para escuela de conducción, un restaurante de alta cocina, una galería con parte del patrimonio de la marca y mucho más.
El primer evento en el nuevo entorno fue la presentación del 911 GTS Club Coupe, un modelo hecho específicamente para Estados Unidos y limitado a 60 unidades, que conmemoraba el aniversario número 60 del Porsche Club of America, el club más grande del mundo de una sola marca automotriz. En noviembre de 2016, se abrió un segundo Porsche Experience Center en Los Ángeles, lo cual convirtió a Estados Unidos en el primer mercado con dos PEC y dando a Porsche una presencia aún más fuerte en California, un Estado que representa alrededor de un cuarto de todas las ventas del país.
Combinados, los dos PEC representan una inversión de 160 millones de dólares, la mayor que Porsche ha realizado fuera de Alemania hasta la fecha. Los dos PEC han recibido más de 450 000 visitantes, hasta el día de hoy.
Combined, the two PECs represent an investment of $160 million – the largest Porsche has ever undertaken outside of Germany to date – and they have welcomed more than 450,000 visitors so far.
Alongside the expansion of the physical footprint, Porsche also started breaking new ground in the digital space, especially with the launch of the Porsche Drive subscription service in 2017. The same year would see the company reach a very special milestone with the production of the millionth example of the iconic 911, and true to history, the unique car travelled the New York streets that Max Hoffman had driven in 1950.
Además de la expansión física, Porsche también ha abierto nuevos caminos en el espacio digital, especialmente con el lanzamiento del servicio de suscripción Porsche Drive, en 2017. Ese mismo año la compañía alcanzaría un hito muy especial, con la producción de la unidad un millón del icónico 911. Fiel a la historia, el singular auto recorrió las calles de Nueva York por las que condujo Max Hoffman en 1950.
Para fortalecer el vínculo especial entre Estados Unido y Porsche, más de 81 000 personas se reunieron en el WeatherTech Raceway de Laguna Seca, en California, en septiembre de 2018, donde fue llevada a cabo la Rennsport Reunion VI. Fueron cuatro días de carreras y entusiasmo automovilístico, con estrenos de vehículos y la presencia de legendarios pilotos de Porsche. Este festival, fundado por el ex jefe de relaciones públicas de PCNA, Bob Carlson, comenzó en 2001 como una forma atractiva de honrar el legado automovilístico de Porsche.
Avanzando hacia el presente, 2019 fue un año pionero para Porsche en Estados Unidos en más de un sentido. Las ventas se dispararon a un récord de 61.568 vehículos y, lo que es más importante, marcó el comienzo de una nueva era. Tras el estreno mundial del deportivo eléctrico Taycan, en septiembre de 2019, las primeras entregas en el mundo fueron a clientes estadounidenses, en diciembre del mismo año. Setenta años después de que Max Hoffman introdujera los autos deportivos de Zuffenhausen en Estados Unidos, se está escribiendo un nuevo capítulo. Para Porsche, quedan muchos kilómetros por recorrer y muchos recuerdos que forjar en Estados Unidos.