A comienzos de la década de 1970, el mayor de los cuatro hijos de Ferry Porsche fundó, junto con su hermano Hans-Peter, una agencia de diseño en Stuttgart que hoy tiene su sede en Zell am See (Austria). Su primer encargo llegó nada menos que de la propia empresa Porsche: un reloj de pulsera para los empleados que habían hecho méritos.

Para el desarrollo de este modelo bautizado "Chronograph I", F. A. (como se le sigue conociendo todavía hoy) se convirtió en la primera persona en trasladar a un reloj los principios de diseño del automóvil. En efecto, lo entendía más como un instrumento de precisión que como un mero accesorio ornamental. Le sirvió como inspiración el cuadro de instrumentos del 911, coche que él mismo había diseñado unos años atrás.

Ferdinand Alexander Porsche, responsable del diseño del Porsche 911 original, Porsche AG
Ferdinand Alexander Porsche.

La máxima prioridad era un imperativo heredado de los coches de carreras: el reloj tenía que resultar legible en todo momento, desde cualquier ángulo de visión e independientemente de la incidencia de la luz. Esto se consiguió gracias a un alto contraste para el que fue decisiva la base en negro mate. Otros elementos como la escala para medir la velocidad, las cifras de color blanco y el segundero rojo hicieron de este modelo todo un icono. En realidad, no se reservó solo a los empleados de Porsche, sino que muy pronto fue comercializado también a través de los concesionarios de la marca. El Chronograph I adquirió una enorme popularidad también entre los actores y las grandes figuras del automovilismo, con lo que se dio a conocer en todo el mundo y se convirtió en un codiciado objeto de colección.

Recientemente, su reedición con motivo de los 50 años de Porsche Design ha puesto de manifiesto lo funcional y atemporal que resulta su diseño. Tras una larga deliberación, los expertos llegaron a la conclusión de que es imposible mejorar nada desde el punto de vista del diseño. El tamaño de la caja, con casi 41 milímetros de diámetro, sigue siendo considerando óptimo hoy en día. En cuanto al material, el acero ha sido remplazado por titanio, el metal noble del que están hechos actualmente todos los relojes de Porsche Design y que destaca por ser más robusto, liviano y resistente a la corrosión. Y en su interior late un mecanismo de la casa, puesto que Porsche Design tiene desde 2014 su propia fábrica relojera en Solothurn (Suiza).

Información

Artículo publicado en el número 403 de Christophorus, la revista para clientes de Porsche.

Texto: Joern F. Kengelbach
Fotos: Carolina Porsche

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