Un Porsche 718 Cayman T puede ser muchas cosas, pero ciertamente no el sucesor del Porsche 914/4. Incluso sus siluetas son bastante diferentes, coupé y targa.
Puede parecer una comparación imposible. Sin embargo, hay quien ve relación en sus características esenciales. Por ejemplo, Olaf Johannes Häner, que atesora más de 30 años de amor por los clásicos. Este ingeniero es una persona emocional, a pesar de la tendencia a la racionalidad que conlleva su trabajo. En su taller de Horstmar, en el distrito de Steinfurt, se ha construido un pequeño oasis: una gasolinera de los años sesenta donde guarda su pequeña colección de coches de época. Primero fueron Volkswagen, pero su corazón pertenece a Porsche.
El 914/4 de Porsche y Volkswagen
Uno de sus favoritos, obviamente, es su Porsche 914/4 de color verde. El elemento que une ambos mundos: diseñado en Porsche, con financiación de Volkswagen y motores de cuatro cilindros fabricados en Wolfsburgo. Lo montaba Karmann en Osnabrück, no lejos de la actual casa de este caballero de Paderborn, donde vive con su mujer y sus dos hijos, que comparten la afición de su padre.
Hoy le traemos un invitado: el Porsche 718 Cayman T. Tentación azul sobre el hormigón gris, 300 CV (220 kW) en lugar de los 100 del 914/4 2.0. "Si hoy me comprara un Porsche nuevo, sería exactamente este. Es puro, con cambio manual y motor central, todo lo que me cautiva. En lo que a mí respecta, la forma es un verdadero acierto. Todo es perfecto, cada línea es ideal".
Se pone al volante. Es como si el coche estuviera hecho para él, aunque no hay mucho en el interior hecho para los más puristas. De acuerdo, en las puertas hay lazos en vez de los habituales tiradores, pero eso es todo. Tiene asientos deportivos eléctricos y los sistemas de infoentretenimiento y navegación no son tan sencillos como Häner esperaba. Ahí no se parece en nada a su 914. Eso sí, el 718 T se suministra de serie con un gran compartimento en la consola central en lugar del módulo Porsche Communication Management, que es una opción.
La "T" significa tradicionalmente "Touring" en Porsche y es sinónimo de placer de conducción verdaderamente puro. El 718 T viene equipado con una suspensión deportiva rebajada en 20 milímetros, que incluye amortiguadores adaptativos, el paquete SportChrono, con modos Sport y Sport Plus, y soportes activos de la transmisión. El sistema Torque Vectoring con bloqueo mecánico del diferencial trasero, que distribuye la potencia de forma óptima entre las dos ruedas motrices, también forma parte de los elementos de serie del T. Y no hay que olvidar la dirección extremadamente sensible, que permite a este atleta de motor central tomar las curvas con precisión por muy animado que sea el ritmo.
Elementos del chasis para el placer de conducir
Condiciones ideales, por tanto, para convertir las prestaciones del motor bóxer en dinámica lateral. Los 300 CV de potencia del turbo de dos litros y cuatro cilindros (con filtro de partículas), pueden hacer frente sin problemas a los 15 kilogramos de peso extra que tiene en comparación con el Cayman básico, debido al equipamiento adicional del chasis implementado en la versión T por los ingenieros de desarrollo. El 718 T, con sus 1.380 kilogramos, puede acelerar desde parado hasta 100 km/h en 5,1 segundos, gracias a su relación peso/potencia de 4,5 kilogramos por caballo. No hay realmente ningún retraso en la entrega de potencia. Los 380 Newton metro de par motor están disponibles casi instantáneamente por la respuesta del turbocompresor.
De serie, transmite la potencia una precisa caja cambios manual de seis velocidades. La palanca acortada se adapta perfectamente a la mano. Por supuesto, el 718 T se reconoce al instante gracias a su correspondiente anagrama. Esta versión del 718 Cayman también cuenta con llantas de aleación de 20 pulgadas Carrera S en gris titanio de alto brillo, retrovisores exteriores en gris ágata y un sistema de escape deportivo con salidas dobles cromadas en negro de alto brillo, situadas en el centro.
Pero si esto suena bien sobre el papel, espere a conducirlo realmente. ¿Llevar un Cayman desde el Cabo Norte hasta Gibraltar? Fácilmente y con placer. Por supuesto, este coche puede hacer todo mejor que el Porsche 914/4, sería vergonzoso que no se hubiera hecho ningún progreso en más de 50 años. Pero incluso si Olaf se deja tentar por el nuevo 718 ("Bueno, puedes dejarlo aquí si quieres. Todavía queda un poco de espacio en el taller"), no sería suficiente para deshacerse de su "Volks-Porsche".
Lo de "VoPo" apareció en la prensa desde el lanzamiento del coche. Por aquel entonces, Huschke von Hanstein rogó a los periodistas que no lo escribieran. El coche no tenía nada que ver con la odiada Policía Popular de Alemania Oriental (la Volkspolizei). Pero, a pesar de sus peticiones, esa horrible palabra acabó saliendo a la luz. Este pequeño y divertido coche, surgido de un apretón de manos entre Heinrich Nordhoff y Ferry Porsche, se desarrolló con fondos de Volkswagen y se convirtió en la manzana de la discordia. El zar de VW, Nordhoff, murió. Su sucesor, Kurt Lotz, no quería saber nada de tratos dudosos como ese. El planteamiento de este antiguo oficial de la Wehrmacht era que, si lo pagaba Volkswagen, se debía vender como un Volkswagen.
El 914 como un auténtico Porsche
Tras un largo periodo de idas y venidas, se fundó la Volkswagen-Porsche-Vertriebsgesellschaft. En Alemania, el 914 debía venderse como VW-Porsche. Sólo el 914/6 y el 916 recibieron el logotipo de Porsche. Sin embargo, para Porsche fue un buen negocio, ya que de repente pudo beneficiarse de los numerosos nuevos concesionarios de Audi creados por Volkswagen-Audi-NSU en Estados Unidos. Así que, a partir de ese momento, el 914 se situó al lado de los Audi recién lanzados, ¡y era un Porsche! La "deficiencia" de VW se eliminó. Muchos aficionados en Alemania desconfiaban del 914/4, pero la propia Porsche reconoció el 914 como un auténtico deportivo de los suyos.
Olaf Häner nunca pudo entender este debate. Siempre tuvo claro que, tarde o temprano, tendría un Porsche 914 y adquirió este en California, Estados Unidos. Combinó unas vacaciones familiares con la búsqueda de uno de estos coches. El primer propietario quería desprenderse de su 914, que solo había sido repintado una vez. Sus hijas habían aprendido a conducir en él, pero ahora este pequeño coche verde estaba parado. Eso fue en 2009. Desde entonces, el 914 forma parte de la flota de Olaf. Los parachoques eran originalmente negros. Olaf, aficionado a Porsche, los hizo cromar pero, por desgracia, uno de los parachoques se destruyó en el proceso. Así que compró uno nuevo por un precio elevado y ahora está contento con su pequeño Targa.
Los 100 caballos son suficientes para el 914, que se fabricó en 1974 y pesa 970 kilogramos. Alcanza los 100 km/h desde parado en unos 10,5 segundos y puede llegar casi los 200 km/h ("bueno, un poco más en realidad"). Y a Olaf no le importa que el motor se haya utilizado también en el menos popular "Nasenbär", el VW 411/412 y la furgoneta VW. Le encanta su conducción abierta, la dirección precisa, la baja altura de la carrocería y el enorme maletero. Así que lo tiene claro: "¿Cambiarlo? De ninguna manera. Pero tampoco me importaría un 718 T. Estaría bien".
Información
Artículo publicado en el número 15 de la revista Porsche Klassik.
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