Cuando Anatole Lapine se levantó y decidió ponerse unos pantalones de tartán, el Director de Diseño de Porsche y su equipo decidieron incluir ese patrón en el programa de interiores de la marca. Dorothea Müller-Goodwyn, que trabajó como estilista en Porsche de 1970 a 1975 y de nuevo de 1978 a 2003, recuerda: “Teníamos un colega escocés en nuestro equipo que me recomendó a dos fabricantes tradicionales de tartán de su tierra natal”. Entonces se puso en contacto con ambos.
“Por desgracia, no podían suministrarnos tejidos con las cualidades que exigíamos para el interior de los deportivos. Tenían que ser resistentes a la luz y a la abrasión”. Finalmente encontró un proveedor a 50 kilómetros de Weissach, en Dettingen unter Teck, lindando con los montes Suabos. Allí se encuentra la empresa Berger, capaz de fabricar tejidos para Style Porsche con la calidad propia de la producción en serie.
Antecedentes históricos: el tartán como seña de identidad
Los tartanes suelen tener un dibujo cruzado que se crea cuando se entretejen hilos de distintos colores. Los nativos tradicionales de Escocia, cuna del emblemático tejido, visten solo los de su clan, identificando así la ascendencia familiar a la que pertenecen. Sin embargo, según la ley escocesa de armas heráldicas, no está prohibido llevar los tartanes de otros clanes.
Tres motivos escoceses para la lista de opciones
Los pantalones de Lapine tenían un dibujo azul, verde y negro inspirado en los colores del tartán Black Watch. En el Salón Internacional del Automóvil de Fráncfort de 1973, Porsche presentó el prototipo del 911 RSR Turbo con las secciones centrales de los asientos y los refuerzos laterales en tartán Black Watch. Un año más tarde, Louise Piëch recibió el 911 Turbo “Nº 1”, con carrocería plateada e interior tapizado en piel de vacuno color rojo ladrillo, el centro de los asientos en tartán McLaughlin y el logotipo de Porsche sobre un fondo del mismo motivo de tartán. El nombre del clan con este tartán escocés rojo y azul también puede escribirse “MacLachlan”.
En 1974, Lapine y su equipo añadieron al trío de tartanes el Mackenzie, con los colores beige, rojo, azul, blanco y verde oliva. “Tras el éxito de los exclusivos diseños en el Turbo, en el modelo del año siguiente también los utilizamos en el 911”, explica Müller-Goodwyn.
A día de hoy, es una tradición en Porsche reinterpretar los elementos de diseño clásicos e implementarlos en deportivos tecnológicamente avanzados. Se trata de un trabajo conjunto de Porsche Exclusive Manufaktur y el departamento de diseño Style Porsche. Como parte de la estrategia Heritage Design, en el área Lifestyle se crean modelos especiales dotados de elementos iconográficos. Están basados en una estrategia de producto para conceptos altamente emotivos con una conexión histórica. Estos conceptos a menudo evocan épocas olvidadas y, al mismo tiempo, transmiten los valores de la marca al futuro.