La exposición dedicada a los 50 años de Porsche Turbo, celebrada en el Circuito Internacional de Zhejiang, en Shaoxing (China), reunió una gran variedad de impresionantes vehículos y motores, así como icónicos elementos turbo. Porsche China expuso el Porsche 911 Turbo (Tipo 930), el Porsche 959 París-Dakar y el 911 Turbo S 10 Years Porsche China Edition, así como tres motores turbo legendarios que han desempeñado un papel importante en la historia de la marca.
El principio Turbo establece el límite de lo posible en Porsche. Un Turbo de Zuffenhausen es la cumbre de cualquier gama de modelos. Combina experiencia y éxito, rendimiento e idoneidad para el uso diario. Turbo significa una historia que se remonta más de 50 años hasta sus raíces en el automovilismo. Pero no se trata solo de pura potencia, también de las sensaciones, de la satisfacción de llegar más allá de lo ordinario.
De la pista a la carretera
El 911 Turbo (930), primer modelo de Porsche que llevó esa denominación, fue uno de los coches más rápidos de su época y se reconoce al instante gracias a la mayor anchura de las aletas, los neumáticos y las vías, así como al icónico alerón trasero tipo “bandeja de té". El vanguardista Porsche 959 París-Dakar entró en los libros de historia cuando dominó el agotador Rally París-Dakar en 1986, recorriendo miles de kilómetros desde Francia hasta los desiertos y sabanas de África. Y el modelo de aniversario Porsche 911 Turbo S bronce dorado metalizado, limitado a solo 10 unidades en todo el mundo, se lanzó para conmemorar los 10 años de Porsche China, en 2011.
Entre los motores expuestos se encontraba el TAG V6 biturbo de 1.5 litros, diseñado por Porsche a petición de la escudería McLaren de Fórmula 1, que ganó con él cinco campeonatos entre 1984 y 1986. También se expuso el V4 turboalimentado de 2.0 litros del Porsche 919 Hybrid, triple ganador de Le Mans. En el corazón del coche de carreras híbrido, este motor funcionaba con un innovador turbogenerador que cargaba eficazmente la batería de iones de litio de 800V y proporcionaba un impulso continuo de potencia al motor eléctrico, maximizando la eficiencia y contribuyendo significativamente a su éxito en Le Mans. El sistema de 800V se convertiría en un elemento central de los modelos eléctricos de Porsche. Por último, un bóxer turboalimentado de 3.3 litros refrigerado por aire del Porsche 911 Turbo (930) también formó parte de la exposición.
Tartan y Turbonite
Junto con los icónicos coches y motores, el tejido tartán y el color Turbonite ocuparon un lugar destacado. El primero se vinculó estrechamente a los modelos Turbo de Porsche después de que el tejido "Black Watch" apareciera en las secciones centrales de los asientos y los paneles laterales del prototipo 911 RSR Turbo en 1973. En el 911 Turbo Nº 1, regalado a Louise Piëch en su 70 cumpleaños, el centro de los asientos tenía la combinación de beige, rojo, azul, blanco y verde oliva característica del tartán “Mackenzie”. Ambas tapicerías forman parte de la duradera relación de Porsche con el histórico patrón escocés.
Con la evolución de la cultura Turbo, Porsche ha desarrollado Turbonite, un intemporal y elegante tono de gris que hoy es exclusivo de las versiones Turbo. Los elementos dorados crean el llamativo efecto metálico de Turbonite, mientras que la capa superior tiene un acabado mate satinado en contraste. En los Porsche Turbo de todas las gamas, las letras de la parte trasera, el escudo de Porsche y los bordes de las ventanillas laterales están acabados en este color especial, mientras que los detalles del interior y el exterior enfatizan su estatus superior.
