El Porsche 956 dominó desde su estreno, en 1982. Sin embargo, para cumplir los reglamentos de las diversas competiciones de aquellos años, a partir de 1984 se empezaron a desarrollar los 962 y 962 C. Los tres modelos son sinónimo de triunfos insuperables y, todavía hoy, se consideran los Porsche de carreras más exitosos de la historia.
Hans-Joachim Stuck formó parte de esa época. La primera vez que despuntó fue justo al inicio de su etapa en el Grupo C. En la calificación de las 24 Horas de Le Mans, el 12 de junio de 1985, Stuck se lanzó a por un récord al volante de su 962 C.
“¡Algo así no se olvida nunca!”. Décadas después, el recuerdo se mantiene vivo en la memoria del espigado expiloto. “Llegamos a Le Mans con una preparación excelente. Yo estaba en boxes y nuestro ingeniero Walter Näher estudiaba lo que sucedía en la pista. Cuando me dieron la señal, salí a rodar para lograr el mejor puesto posible de cara a la carrera. Ahí estaba yo solo, al volante, con gasolina para tres vueltas y una clara misión por delante. Me dirigí a la salida, pisé el acelerador y todo salió a las mil maravillas. Casi no cometí errores, los puntos de frenada eran siempre perfectos. Me encontraba a los mandos de aquel 962 C de 620 CV, con un paso por curva muy rápido dado que soportaba unas aceleraciones laterales elevadas y tenía “efecto suelo”. Notaba que el coche iba bien, sentía mucha confianza. Pero tenía que volver a boxes sin daños y, al mismo tiempo, conducir al límite. Un ejercicio de equilibrio cargado de adrenalina”.
Al finalizar la sesión, Stuck se encontró a su equipo en pleno estallido de júbilo. A sus 34 años, había conseguido un gran récord: vuelta rápida en 3:14,8 minutos, con una velocidad media de 251,815 km/h. En los 62 años de historia de la clásica prueba de resistencia, nadie había rodado tan rápido en aquel circuito de 13,624 kilómetros. Stuck y su compañero Derek Bell finalizaron la carrera en tercera posición y, al término de aquella vertiginosa temporada, el dúo se impuso en el mundial de pilotos.
“Le Mans. Récord. Podio. Una auténtica locura” Hans-Joachim Stuck
En 1990, cuando se instalaron en la recta de Mulsanne dos chicanes por motivos de seguridad, parecía que ya nunca se podría superar el tiempo de Stuck. “Pero allí estaba yo en 2017 pegado al televisor”, recuerda el antiguo ganador de Le Mans, “viendo a Kamui Kobayashi”. El japonés batió por muy poco la vuelta rápida de Stuck y estableció el récord en 3:14,791 minutos. Se lo toma con filosofía: “Duró nada menos que 32 años. Cuando pienso en que alguien lo ha hecho aún más rápido en un coche moderno a pesar de las nuevas chicanes, me digo: ¡es increíble!”.
Información
Artículo publicado en el número 407 de Christophorus, la revista para clientes de Porsche.
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