El vehículo había formado parte de la exposición del Museo Porsche durante muchos años antes de que comenzaran los trabajos de restauración. Una pequeña placa de latón en el tablero indicaba que el coche de carreras se restauró por última vez en el taller de formación de Porsche en junio de 1975.

“Investigamos un poco y descubrimos que el Sascha llegó allí a finales de la década de 1950 y fue reparado con los medios de entonces”, comenta Kuno Werner, Supervisor del Museo Porsche y responsable del proyecto. En 2021, él y su equipo se propusieron el objetivo de restaurar el Sascha a tiempo para el centenario de la primera victoria en su categoría. “Nuestra aspiración era reconstruir la estrella de la Targa Florio para que fuera fiel al original y pudiera circular”, explica Werner. “Reconstruir el Sascha desde cero era una premisa indiscutible, ya que gran parte de él no era original”.

Restauración del Sascha, 2022, Porsche AG

Antes del inicio de la restauración, Werner tuvo la oportunidad de visitar otro coche gemelo del Sascha en Hamburgo, que se encuentra casi en su estado original y pintado de rojo. El modelo de la exposición también fue rojo hasta 1975, momento en el que el personal del taller lo pintó de blanco.

De vuelta al Museo Porsche, Werner estudió detenidamente viejas notas en el archivo de la empresa. Aquí se guardan documentos importantes que son útiles como referencia histórica para cuando se trabaja en vehículos antiguos. Por ejemplo, Werner se enteró de que el coche estuvo en una granja durante años después de todas las carreras, y se buscaba para usar sus piezas como recambio.

Tras una prueba inicial de unos pocos metros, se vio que el motor tenía una fuga. “Según avanzábamos en el desmontaje, más evidente se hacía que necesitábamos una base adecuada. No se puede construir una casa sobre arena”, dice Werner, explicando la decisión de que el motor fuera revisado por un experto en la construcción de motores de antes de la guerra. La clave aquí era entender qué modificaciones se habían hecho en décadas pasadas. “Revisar los cilindros y colocarlos en el bloque original fue una fase particularmente emocionante para todos”, continúa Werner.

Restauración del modelo más antiguo del Museo Porsche

En ese momento, el responsable del proyecto encargó la restauración del vehículo más antiguo del Museo Porsche a su empleado más joven. Durante los siguientes seis meses, Jan Heidak, un técnico del museo, se puso manos a la obra con el fabricante del motor. “Me gusta preservar el patrimonio”, comenta este joven de 28 años. Buscó a antiguos especialistas, ahora jubilados, que estaban familiarizados con las prácticas de ingeniería de antaño y se mostraban felices de compartir sus conocimientos.

Jan Heidak trabajando en el Sascha, 2022, Porsche AG

En su empeño por mantener viva la tecnología histórica, el Museo Porsche entiende como un deber el garantizar la transferencia de conocimiento a la próxima generación. Durante medio año, el equipo dedicó su atención a la suspensión de eje rígido, los frenos y el motor. Pronto se definió el carácter de ese cuatro cilindros, con un diámetro de 68,3 mm y una carrera de 75,0 mm: tenía que ser ágil y deportivo. El Austro-Daimler ADS R, después de todo, contenía muchos de los genes que luego se convertirían en la base de Porsche. En primer lugar, la construcción ligera.

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