Se suele llamar a Tokio “la ciudad que nunca duerme”. Sin embargo, a las tres y cuarto de la madrugada, hasta la capital de Japón parece echarse una cabezadita. Las calles desiertas, casi fantasmagóricas, siguen sumergidas en luz artificial. A esta hora solo están activos taxistas o trabajadores de la construcción que cuentan los minutos que faltan para disfrutar de su merecido descanso. En ese momento, me pongo en marcha hacia Hiratsuka, aproximadamente a una hora al sur de la capital, para encontrarme con un pequeño grupo de entusiastas de Porsche cuyo objetivo es precisamente esta calma propia del amanecer.
Aún soñoliento, entro en el aparcamiento y los veo ya a lo lejos: once Porsche de varios colores y sus respectivos dueños se han propuesto empezar el día de una forma muy especial, ya que los Early Morning Hakone Runners tienen un hobby peculiar. Se reúnen periódicamente para explorar la región de Hakone al amanecer y disfrutar algunas de las rutas más maravillosas del país.
Se trata de una región en la prefectura de Kanagawa cuyo espectacular panorama se eleva ahora ante nosotros al pie del monte Fuji. Allí se ha cultivado una larga tradición espiritual. El lago Ashi con su famoso torii rojo —la puerta tradicional japonesa a orillas del lago— es desde hace más de mil años un lugar sagrado en la religión sintoísta. Sin embargo, esa paz se ve alterada hoy por el sonido inconfundible de un coro de motores.
Fascinación por Japón
Pero la historia no comienza esta madrugada. En 2021, hace tres años, vi a este grupo de porschistas por primera vez. Gracias a la suerte, a algún que otro mensaje en las redes sociales y a un amigo en común, hoy los voy a conocer en persona. Armado con mi equipo fotográfico, me uno a la caravana lleno de entusiasmo, aunque sea con un modesto Kei-Car de 600 cc, un pequeño utilitario japonés.
Este país insular del Pacífico me fascinaba ya antes de tener una cámara por primera vez en la mano o de subirme a un avión rumbo a Oriente. A mediados de la década de 1990, los juegos de carreras como Gran Turismo y Need for Speed despertaron mi pasión por la cultura automovilística japonesa. Cuando me hice mayor, aquella fascinación original se convirtió en una verdadera fijación. En japonés, la palabra otaku se utiliza para referirse a una persona joven que está tan obsesionada por alguna faceta de la cultura pop que se dedica a ella en cuerpo y alma. Después de todas mis visitas a Japón, me identifico perfectamente con ese concepto, que hace que hasta el fan más loco de los coches parezca al menos un poco normal.
Por cierto, en Japón hay muchos de esos entusiastas y el automóvil sigue marcando la pauta aquí. Con nueve millones de vehículos fabricados al año, no solo se trata del tercer mayor productor automovilístico del mundo, sino que su economía depende totalmente de ello. Los 5,5 millones de empleados del sector suponen prácticamente el 90 % de la industria manufacturera japonesa, y eso sin contar los innumerables talleres especiales, tuneadores y escuderías automovilísticas que hay en el país. En vista de esta alta estima por los vehículos motorizados en general, no es de extrañar que en Japón haya algunos de los entusiastas de Porsche más apasionados del mundo. En concreto, personas como Mauana Ishida, orgulloso propietario de un Porsche 930 Turbo con el sobrenombre “72 Outlaw” y el auténtico motivo por el que estoy aquí en el aparcamiento de Hiratsuka PA ante el imponente panorama de Hakone este sábado a las 3:45 h de la mañana.
Un encuentro marcado por el destino
En 2021, vi el 930 Turbo de Ishida por primera vez. En aquel momento, Japón seguía en pleno confinamiento por el coronavirus y se necesitaba un visado para entrar, algo que conseguí gracias a un trabajo en un evento en el Fuji Speedway. Un día, poco antes de amanecer, estaba recorriendo Hakone con la convicción de que era el único a lo largo y ancho de la región, hasta que un Porsche 930 Turbo en un llamativo amarillo brillante me adelantó con su sonido inconfundible. Detrás venía toda una caravana de distintos modelos de Porsche: 911 de las generaciones 964 y 991, un Boxster e incluso un 911 SC clásico (serie G).
Antes de que pudiera parar y echar mano a la cámara, ya habían desaparecido de mi vista. Solo unos meses después, me encontré de nuevo por casualidad con el 930, esta vez en la cuenta de Instagram de un amigo, en una foto de un evento en Yokohama. Sin embargo, para mí fue más el destino que una casualidad. ¿Qué posibilidades reales hay de cruzarse este coche de ensueño en plena noche en la remota región de Hakone y volver a encontrarlo a través de un amigo en común?
Entonces decidí que, en cuanto tuviera posibilidad de establecer contacto, tenía que conocer en persona al grupo y a sus vehículos. Pocas semanas después, me encuentro en esta espectacular naturaleza de Hakone rodeado de coches fascinantes y de personas que me acogen en su círculo con una amabilidad increíble.
El grupo de Ishida está compuesto por personas de distintas profesiones, entre ellas, ingenieros y directores de empresas, muchos de ellos con hijos. Todos han dejado ya bien atrás la despreocupada juventud, cuando uno dispone de todo el tiempo libre del mundo. Sin embargo, en lugar de renunciar a su amor por Porsche, se empeñaron en encontrar un hueco en sus apretadas agendas. Por el momento, vamos a dejar de lado la inevitable falta de sueño. En efecto, lo que comenzó como una idea contra el aburrimiento durante la pandemia se ha convertido ya en toda una tradición veraniega colectiva. “Cuando te vas haciendo mayor, las obligaciones cotidianas suelen complicar las cosas cuando quieres hacer algo con los amigos”, explica Ishida. “Sin embargo, si madrugas lo suficiente, haces una ruta con un amanecer maravilloso y estás de vuelta en casa por la mañana, hay muchos más que pueden participar”. Como padre de dos niños pequeños y apasionado de los coches, pero prácticamente sin tiempo para conducir, este concepto me parece más que cautivador.
En acción en el Nürburgring japonés
¿Por qué es tan especial la región de Hakone? Aparte de la tradición espiritual, este paisaje no solo ofrece vistas sobrecogedoras, sino también algunas de las carreteras sinuosas más bonitas del mundo. No hablamos solo de la típica sucesión de curva y contracurva. En cada ruta moldeada en las montañas, se alternan las pendientes ascendentes con las descendentes y las curvas amplias con otras muy cerradas. En pocos kilómetros, puedes conquistar como conductor varios recorridos muy exigentes, desde el famoso Hakone Turnpike —llamado a menudo “el Nürburgring japonés”— hasta las mil y una curvas de la ruta Hakone-Nanamagari, que se hizo famosa por la serie de manga Initial D. Es posible que las raíces de Hakone sean espirituales, pero actualmente el lugar atrae a personas de todo el mundo que quieren disfrutar de rutas increíbles con su coche.
“Para los aficionados a los coches en Japón, Hakone es como un paraíso”, afirma Ishida con entusiasmo. “En Europa están los Alpes, con un sinfín de puertos de montaña, y en América hay sitios como la autopista Angeles Crest Highway. Todas ellas son rutas de ensueño, pero mi patria es Japón”. Muchos principiantes acuden a Hakone para vivir experiencias en cuanto obtienen el permiso de conducir. “Yo mismo conduje aquí por primera vez hace casi 35 años. Esos recuerdos de juventud te acompañan toda la vida”.
Solo la pasión de Ishida por Porsche supera su amor por conducir. En los últimos 35 años, siempre ha poseído al menos un modelo de Stuttgart-Zuffenhausen. Y desde hace 27 años, tiene en su poder un 911. Esta afición llevó a Ishida a crear su propio evento Porsche ya en 2007, el Exciting Porsche Show. Naturalmente, todos los Early Morning Hakone Runners acuden puntuales a la cita cuando el encuentro de Porsche llega a la ciudad japonesa de Kobe el 30 de marzo de 2025. “Exciting Porsche reforzó nuestra amistad”, explica Ishida. “Al principio nos unió la pasión conjunta por la conducción, pero ahora también nos vemos a menudo al margen del evento”.
Cuando recorremos el famoso Hakone Turnpike, a las cinco de la mañana, el monte Fuji ofrece una estampa sobrecogedora junto con el sol naciente, una vista mágica con un significado especial. En el idioma local, “Japón” se dice Nihon o Nippon , es decir, “origen del sol”. Conocido también a menudo como “país del sol naciente”, aquí me siento muy cerca de ese origen mientras disfrutamos del paisaje bajo la cumbre sin nieve con nuestra caravana de once modelos Porsche. Conforme nos acercamos a Hakone, los conductores van pasando alternativamente a la cabeza con la maniobra de adelantamiento obligatoria. No hay tráfico, peatones o distracciones. Todos disfrutan de la sensación de una libertad sin límites que no conoce edades.
Nadie lo entiende mejor que Ryo Suda. Su Porsche 911 3.0 SC (serie G) es uno de esos vehículos que rebosan potencia. Parece especialmente creado para estas carreteras, ya que resulta ligero, ágil y con proporciones perfectas para tomar cada curva. Suda posee este modelo solo desde el año 2021. Esa compra supuso su regreso a la marca después de que tuviera que vender unos años atrás su 911, un Carrera 3.2 (serie G). “Después de desprenderme de mi 911 T (original) y más tarde de mi Carrera, tras un tiempo me di cuenta de que mi pasión por conducir se estaba anquilosando”, relata. “Entonces reflexioné sobre lo que me había hecho feliz en el pasado y recordé la sensación de conducir un Porsche refrigerado por aire”. Así que decidió volver a la marca de su corazón.
Desde que vio a Porsche por primera vez en carreras, el entusiasmo de Suda no conoce límites. “Cuando tienes un modelo propio, estás un poco más cerca del sueño de ser piloto, sobre todo si conduces un coche refrigerado por aire”, subraya. Añade que lo más bonito de Hakone es la forma en que cambia el paisaje según la época del año. “La atmósfera es siempre distinta y, cuando vamos de ruta, la combinación de distintos vehículos lo hace todo aún más apasionante”.
La sensación de una libertad sin límites
Durante la ruta, me pregunto qué modelo me gustaría conducir ahora. Para hacer cómodamente el recorrido en autopista desde Tokio, el 911 Turbo de Satoshi Higashi sería la opción perfecta. Sin embargo, el 911 (964) de Aoi Kodama es perfecto para el sinuoso Hakone Turnpike, con sus llantas 964 Cup, su tren de rodaje deportivo y otras mejoras. No obstante, mientras el sol baña Hakone en una luz cálida, me adelanta de repente un Boxster GTS en rojo Carmín que me llama la atención.
Lo conduce Yasuyo Terakawa. A diferencia de Mauana Ishida y Ryo Suda, su viaje como propietaria de Porsche acaba de comenzar, aunque su pasión le viene de muy atrás. “En Tokio veía a menudo distintas generaciones de Porsche y me preguntaba por qué tantas personas conducen vehículos de esta marca”, relata Terakawa. “Para conocer la respuesta, me compré yo misma un Boxster. La combinación entre funcionalidad y disfrute al volante cambió para siempre mi idea de la conducción”.
Desde entonces, Terakawa no pierde ocasión de disfrutar la sensación de una libertad sin límites con la capota abierta. Además, en el Exciting Porsche Show de Ishida conoció a muchas personas afines. “Un Porsche es capaz de superar cualquier situación, ya sea desplazamientos urbanos, puertos de montaña o largos recorridos”, explica. “En Hakone hace mucho frío en invierno y nieva, así que muchas carreteras están cerradas. No obstante, eso no quiere decir que mi GTS se quede en el garaje. Conducir con la capota abierta y escuchar el sonido del escape deportivo es una sensación increíble independientemente de la carretera por la que vayas”. Para ella, un Porsche es mucho más que un simple medio de transporte. “Es mi mejor compañero y me hace feliz con solo conducirlo”.
El sol ya se ha encaramado a lo alto del cielo. A lo lejos se oye el sonido de otros conductores que también han venido a disfrutar de las rutas de Hakone. Para nosotros, es la señal de que debemos dar media vuelta y regresar a Tokio. Para Ishida y sus amigos ha sido el inicio perfecto del fin de semana, el motivo por el que les gusta tanto Porsche y la conducción y la oportunidad de dejar atrás durante unas horas el estrés y la responsabilidad de una larga semana de trabajo. “Para mí no es casualidad que todos los amantes de Porsche disfruten también conduciendo en Hakone”, declara Ishida sonriendo. “Para nosotros, lo importante no es tener un deportivo porque sí. Lo que nos entusiasma es la pasión por la conducción y el amor a la marca. No importa el ajetreo del mundo que nos rodea: siempre vamos a encontrar tiempo para nuestra pasión”.
Información
Artículo publicado en el número 414 de Christophorus, la revista para clientes de Porsche.
Texto: Mark Riccioni
Fotos: Mark Riccioni
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