Los primeros rayos de sol empiezan a filtrarse a través del parabrisas. Ante nosotros se extiende el recorrido de la Targa Florio, una legendaria lengua de asfalto que se abre paso entre las escarpadas montañas de Madonia. Por detrás, el viento sopla a través del mar Tirreno y azota las olas contra la orilla. Esta mañana, dos Cayenne GTS, uno rojo Carmín y otro de color blanco Carrara Metalizado, se sitúan ante un telón de fondo histórico. En la tribuna de Floriopoli reina el silencio. El paso del tiempo se hace patente en sus viejas paredes. El yeso se desmorona y las letras publicitarias están cada vez más descoloridas. Para algunos, este lugar cercano a Cerdá, con su larga recta, es el corazón de la Targa Florio. Un sitio en el que aún puede sentirse la atmósfera de antaño si se cierran los ojos.
Pero estamos en el presente y, en este idílico entorno, hacemos uso de ayudas digitales para no perdernos. La aplicación de planificación de rutas ROADS by Porsche también incluye, entre muchos otros recorridos de ensueño, el de la Targa Florio. La app muestra un breve resumen histórico y permite transferir la ruta a la pantalla de 12,3 pulgadas del sistema Porsche Communication Management (PCM) mediante los servicios de Apple CarPlay o Android Auto.
Así comienza un viaje a través de pueblos pintorescos, pasos estrechos e innumerables curvas. Una sucesión de densos bosques y áridos pastos de ovejas pasan a izquierda y derecha, con olivos y cipreses bordeando el camino. El paisaje es salvaje y en su mayor parte indómito. Este panorama cautivó a conductores y aficionados desde 1906 hasta 1977, que fue el largo periodo en el que se celebró la Targa Florio, si bien en sus últimas ediciones ya no formaba parte del Campeonato del Mundo de Resistencia. Cada kilómetro cuenta historias de esfuerzo, perfección y búsqueda incansable de la velocidad. Y, en el caso de Porsche, también narra una leyenda de éxito y fama.
La victoria de Porsche hace 60 años: 7:10:53,3 horas
Siete horas, diez minutos, cincuenta y tres segundos y dos pestañeos. Este fue el tiempo logrado por el favorito local Antonio Pucci y su compañero Colin Davis, el día que ganaron la Targa Florio hace 60 años. El 26 de abril de 1964 cruzaron la línea de meta con un Porsche 904 Carrera GTS Coupé plateado con más de 13 minutos de ventaja sobre sus compañeros de equipo, segundos clasificados, Gianni Balzarini y Herbert Linge, que también competían con un modelo de cuatro cilindros. Aquel domingo, el coche número 86 de la escudería oficial italo-británica había completado diez vueltas y una distancia total de 720 kilómetros. Durante la prueba recorrió unas 8.000 curvas a una velocidad media de 100 km/h. Al volante de un 904 Carrera GTS con motor bóxer de ocho cilindros y 240 CV, Edgar Barth y Umberto Maglioli ganaron también la categoría de prototipos aquel mismo año, lo que supuso un gran éxito para Porsche.
Una década después, la prueba que discurría en sentido antihorario a través de Madonia fue eliminada del campeonato mundial por razones de seguridad. Pero desde entonces y hasta hoy, la Targa Florio sigue celebrándose como un rallye de regularidad basado, en gran medida, en el trazado original. La interpretación moderna del evento mantiene viva la tradición y el espíritu de la antigua carrera.
Prueba de velocidad, resistencia y habilidad
A bordo de nuestros dos Cayenne GTS imaginamos cómo sería dominar las 800 curvas por vuelta luchando contra el crono, y cómo las empinadas subidas y los abruptos descensos llevarían al límite tanto a los coches como a los conductores. Desde que fuera fundada por el Conte Vincenzo Florio en 1906, la Targa Florio no solo ha sido considerada una prueba de velocidad, sino también de resistencia y habilidad. Hace seis décadas, aquel Porsche coupé biplaza con motor central y carrocería de plástico reforzado con fibra de vidrio hizo historia al lograr la victoria absoluta. También fue el origen del concepto “Gran Turismo Sport”.
Si en un principio las siglas “GTS” hacían referencia a un aumento del confort en un coche de carreras, con el tiempo pasó a significar una mayor deportividad en un coche de serie. En los años 80 y 90, los modelos 924 y 928 tuvieron sus versiones “GTS”, antes de que Porsche dejara de lado durante un tiempo esta denominación. La inspiración para los modelos GTS actuales de Porsche proviene del primer SUV del fabricante de automóviles deportivos: el primer Cayenne GTS se presentó en el Salón de Fráncfort en 2007. Tenía un motor V8 con admisión modificada y 405 CV (298 kW), así como una transmisión manual de seis velocidades. El chasis optimizado mejoró significativamente la dinámica longitudinal y transversal. Por su parte, el llamativo exterior y el espectacular sonido le otorgaban una personalidad única. El éxito del Cayenne GTS motivó a Porsche a llevar el concepto a otros modelos. Hoy en día, cada vehículo de la gama tiene al menos una variante GTS, incluido el Taycan.
Curvas, cultura y adoquines
Mientras conducimos el nuevo Cayenne GTS por las curvas de la isla más grande del Mediterráneo, sin presión de tiempo y sin espectadores aclamando al borde de la carretera, la suspensión neumática de serie y el chasis diez milímetros más bajo forman la combinación perfecta para ofrecer elevadas dosis de confort unidas a un alto dinamismo. Los amortiguadores adaptativos del Porsche Active Suspensión Management (PASM) y su innovadora tecnología de dos válvulas aíslan eficazmente a los pasajeros de los innumerables baches del asfalto. Al mismo tiempo, el SUV con capacidad todoterreno demuestra que también es un deportivo dinámico en cada curva entre Cerda y Caltavuturo. Una contribución importante la hacen las manguetas de dirección del eje delantero, que aumentan la caída negativa de las ruedas en 0,58 grados en comparación con el resto de las versiones de la gama Cayenne. El resultado es un comportamiento en curva sorprendentemente directo y una dinámica transversal excepcional, que se puede experimentar a través del volante deportivo GT tapizado con tejido Racetex. El Porsche Torque Vectoring Plus (PTV Plus) de serie proporciona una estabilidad adicional.
Durante el recorrido por la carretera de la Targa Florio el visitante no debe dejar de acudir a Via Polizzi 2. Aquí, en Collesano, a 70 kilómetros de Palermo, se encuentra una de las curvas más llamativas del trazado. Es un viraje cerrado en torno a un edificio antiguo, rodeado de pendientes pronunciadas desde donde los espectadores animaban a los corredores. Poco menos de 4.000 habitantes viven en el pueblo, conocido por sus coloridos azulejos. En muchos lugares, estas obras de arte recuerdan las victorias más importantes de la Targa Florio. El Ayuntamiento está situado en Corso Vittorio Emanuele, una pintoresca calle adoquinada, a la derecha de la cual se encuentra la entrada al Museo Targa Florio. Esta pequeña pero exclusiva sala de exposición alberga una impresionante colección de fotografías, documentos y recuerdos sobre la carrera de resistencia.
El recorrido de la Targa Florio ha cambiado varias veces a lo largo de su historia y hoy se divide en tres distancias: el circuito de 72 kilómetros, conocido como el “Piccolo Circuito delle Madonie”, es el más corto pero el más conocido; también vale la pena descubrir el “Circuito Medio”, de 108 kilómetros; y por último está el “Circuito Grande”, de 148 kilómetros. Este último pasa por la pequeña ciudad de Petralia Sottana, situada sobre un promontorio rocoso, lugar de nacimiento del barón Pucci, ganador de la edición de 1964.
Simbiosis del pasado y el presente
Conducir por la ruta histórica de la Targa Florio con el nuevo Cayenne GTS es como combinar el pasado automovilístico con las posibilidades técnicas del presente. El impresionante paisaje de Sicilia se une a la moderna ingeniería de Porsche. El Cayenne GTS permite aprovechar al máximo sus puntos fuertes durante el camino. Además del chasis especialmente deportivo, otra característica importante es su motor biturbo de ocho cilindros y cuatro litros de cilindrada. Tras una profunda actualización, ahora entrega 500 CV (368 kW) y es aún más eficiente. Acelerar a la salida de las innumerables curvas cerradas es un verdadero placer. Los cortos tiempos de reacción del cambio Tiptronic S de ocho velocidades, los 660 Nm de par y la melodía que emite el V8 a través del sistema de escape deportivo crean un sensación puramente GTS.
Para que la transmisión del Cayenne se mantenga siempre en su temperatura óptima, tanto en las sinuosas carreteras de montaña de Sicilia como en los circuitos, incluso con un estilo de conducción deportivo, la caja de transferencia de la tracción total dispone de su propio circuito de refrigeración por agua.
Las escarpadas rocas de la cordillera Madonia proporcionan un telón de fondo espectacular y en constante cambio. De repente, el paisaje se abre y ofrece una vista del mar resplandeciente a lo lejos. Antes de regresar a la tribuna de Floriopoli, la primera recta se abre fuera de Campofelice di Roccella. No obstante, los coches de antaño alcanzaban su máxima velocidad en la recta Buonfornello, que transcurre a lo largo de la costa durante seis kilómetros. A pesar de que el Cayenne GTS alcanza una punta de 275 km/h, nos ceñimos al límite de 70 km/h de la carretera de dos carriles por la que transitamos, mientras disfrutamos relajadamente del trayecto.
Al final, el viaje no es solo un homenaje al glorioso pasado de la Targa Florio, sino también una celebración del presente. Con cada kilómetro que recorremos, sentimos una conexión con los conductores que han hecho historia y al mismo tiempo reflexionamos sobre las innovaciones técnicas que nos permiten afrontar las curvas históricas con dinamismo y precisión, pero también con un confort excepcional. El Cayenne GTS es la pura definición de Gran Turismo Sport.
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