A medida que se vaya incrementando el ritmo de fabricación en las plantas de Zuffenhausen y Leipzig, todos los empleados irán reanudando su trabajo paso a paso. Esta adaptación en los procesos productivos, logísticos y de compras ha sido acordada con el Comité de Empresa y con el departamento de Gestión de Salud. También se han tenido en cuenta los requisitos de las autoridades respectivas.
“El reinicio es una señal importante, tanto para nuestros empleados como para los clientes. Hemos monitorizado y analizado la situación con mucho cuidado desde el principio, y adaptado de forma flexible los procesos. Ahora es el momento de mirar hacia adelante con optimismo y de reanudar el trabajo, aunque con una precaución especial”, comenta Albrecht Reimold, miembro del Consejo de Dirección de Porsche AG como responsable de Producción y Logística.
Se ha decidido tomar una gran cantidad de medidas en las fábricas de Porsche en Zuffenhausen y Leipzig. Además de dar una importancia primordial para garantizar la protección de los empleados, dichas medidas se han diseñado para permitir un reinicio ordenado y eficiente de la producción de la forma más rápida posible. Por ejemplo, los empleados de esas áreas de producción deben guardar una distancia mínima de 1,5 metros entre ellos, siguiendo las normas básicas de conducta, y también trabajar con mascarilla en determinadas zonas.
Las instituciones y personal médico tienen absoluta prioridad para Porsche. Por eso, la empresa está aportando equipamiento, así como donando dinero a los hospitales y bancos de alimentos como parte de la iniciativa “Porsche ayuda”. El presupuesto para estas acciones se ha incrementado en cinco millones de euros.
“Se necesitará un gran esfuerzo para que el sistema económico y social vuelva a funcionar. Todos debemos contribuir a ello”, dice Oliver Blume, Presidente del Consejo de Dirección de Porsche AG. “Es importante tener una actitud positiva. Las crisis también ofrecen oportunidades y queremos aprovecharlas al máximo”. La compañía detuvo inicialmente la producción en sus dos plantas el 21 de marzo de 2020, por un período de dos semanas, y anunció que reevaluaría continuamente la situación. Debido a los cuellos de botella en las cadenas de suministro mundiales, las fábricas han permanecido cerradas durante un total de seis semanas, porque no era posible una producción ordenada.
Al mismo tiempo que se suspendía la producción, Porsche también decidió implantar otra serie de medidas estrictas. Estas seguirán vigentes hasta nuevo aviso, para evitar el exceso de gente en las instalaciones: eso significa que el gran aumento del teletrabajo continuará en las áreas indirectas y que las reuniones se llevarán a cabo por videoconferencia o por teléfono. También continúa aplicándose la prohibición para los viajes de negocio.