El magnífico edificio de la Fundación Beyeler en Riehen, cerca de Basilea (Suiza), se integra en el paisaje como si estuviera pintado. Esta obra arquitectónica fue diseñada por Renzo Piano y es el museo de arte más visitado del país. Un lugar superlativo en el que descansan pinturas de Claude Monet, Vincent van Gogh, Pablo Picasso o Louise Bourgeois. Podría decirse que los maestros más grandes de la historia se dan cita entre las más de 400 obras de arte clásico, moderno y contemporáneo. Fundada en 1982, reúne la colección que atesoró el galerista suizo Ernst Beyeler junto a su esposa Hildy a lo largo de cinco décadas. Hoy la dirige Sam Keller y su camino hasta allí ha sido de todo menos convencional.
Keller tiene espíritu emprendedor y valiente. En el año 2000 fue nombrado Director de la feria de arte Art Basel por Ernst Beyeler, cofundador del evento. No era la primera vez que ambos cruzaban sus caminos, pero para Keller fue uno de los momentos más importantes de su vida. “Sin Ernst Beyeler no estaría donde estoy”, afirma. “Para mí fue una gran suerte conocerle”. Keller despegó con brío y pronto llevó Art Basel a Estados Unidos. Concretamente, a Miami Beach en el año 2001. Desde entonces, la edición norteamericana de aquel importante evento se convirtió en una atracción para multitudes. El mundo del arte la acogió con entusiasmo y la prensa especializada escribió impresionada sobre un “golpe de genio” alabando la audacia de Keller, que había convertido una “superferia europea” en un “doble acontecimiento mundial”. Art Basel Miami Beach, que este año se celebrará el primer fin de semana de diciembre, es actualmente la feria de arte contemporáneo más importante de EE. UU.
El éxito podría haberle abierto todas las puertas a Keller y hoy estaría trabajando para los museos más famosos del mundo, pero se mantuvo fiel a su mentor. En 2008 respondió de nuevo a la llamada de su mecenas y se convirtió en Director de la Fundación Beyeler.
En lo más alto de la escena artística internacional
Durante mucho tiempo no parecía que este hombre de 57 años fuera a llegar a lo más alto de la escena artística internacional. De hecho, el suizo tuvo sus vaivenes profesionales. En el mundillo, a uno se le considera rápidamente un fracasado si, como Keller, ha abandonado los estudios de arte. Por eso resulta aún más asombroso que alguien como él consiga lo que nadie había logrado en 60 años, es decir, traer a una exposición en Suiza las pocas y frágiles obras de arte de Paul Gauguin (1843-1903), uno de los artistas franceses más influyentes. Eso sucedió en 2015 y, en su momento, fue algo así como la obra maestra de Keller. Después llegaron la exposición Life de Ólafur Elíasson o una sobre Francisco de Goya (1746-1828), considerado el precursor del arte moderno.
A pesar de lo sencillo y poco pretencioso que pueda parecer, es complejo y profundo en su pensamiento, además de ágil en su trabajo. Ama lo que hace. Crea, y lo lleva a cabo con pasión. Solo un año después de traer a Gauguin a la Fundación Beyeler, empezó a planificar un nuevo edificio para el museo y encargó la ampliación al arquitecto Peter Zumthor. La primera piedra se colocó en 2022 y las obras siguen en marcha. Las nuevas instalaciones, situadas en el adyacente y hasta ahora privado parque Iselin-Weber del siglo XIX, ofrecerán otros 1.500 metros cuadrados de espacio de exposición. Se integrarán en la naturaleza tan armoniosamente como el edificio principal. Keller contribuye incansablemente a que el legado de su mentor, fallecido en 2010, sea cada vez más conocido en todo el mundo.
Pero ¿cómo llegó Keller al arte? Lo cierto es que el suizo procedía de un hogar ajeno a este mundo. Él mismo lo explica: “No aprendí el arte, sino que más bien lo viví. Lo abordé y lo descubrí”. Ese fue su caso. Llegó por casualidad a Art Basel y a Ernst Beyeler, porque también le interesaba la arquitectura. Uno de sus atributos más importantes es la curiosidad. “Engloba el valor de atreverse a hacer algo y el deseo de entablar relaciones”, afirma Keller. “Y supongo que tengo la capacidad de reconocer y estimular el talento de los demás”.
“Como sucede con el arte, las personas perciben los coches de forma diferente”
Su inclinación por lo intemporal y lo estético también se refleja en su 912 de color plateado con interior negro, que posee desde 2014. El deportivo, fabricado por Porsche entre 1965 y 1969, es un ejemplar bastante exclusivo y el único vehículo que posee Keller. “La mayor influencia a la hora de comprarlo fue la película Spy Game, del año 2001”, explica. En este thriller, el protagonista, Robert Redford, también conduce un 912.
Keller sigue disfrutando mucho hoy en día cuando se mueve por carretera con este Porsche que, por cierto, levanta mucha expectación. Hoy mismo le han preguntado dos veces por él, entre otras personas, el jardinero del museo. “Al igual que el arte, los coches se perciben de forma diferente”, afirma Keller. “La gente ve una obra de arte o un vehículo y se forma directamente un primer juicio estético, pero luego hay quien quiere saber más, gente que mira bajo el capó. Me fascina conocer a alguien que me cuenta algo que yo no sabía sobre mi 912”.
La complejidad y la tangibilidad a nivel estético, técnico y de contenido es lo que atrae a Keller. “Lo bonito de este trabajo es que te enamoras una y otra vez”, afirma entusiasmado. “Eso lo más importante del mundo”.
Fundación Beyeler
La Fundación Beyeler es uno de los museos más visitados de Suiza y ha recibido a más de ocho millones de personas desde su inauguración. El edificio del museo, diseñado por el galardonado arquitecto italiano Renzo Piano, se sitúa en plena naturaleza en un parque inglés con viejos árboles y una villa histórica. El estanque de nenúfares en la parte sur recuerda a las obras de Claude Monet y lleva a cabo una suave transición entre el interior y el exterior. Sam Keller es el Director de la Fundación Beyeler desde 2008.
Información
Artículo publicado en el número 409 de Christophorus, la revista para clientes de Porsche.
Texto: Jo Berlien
Fotos: Sabina Paries, Mark Niedermann
Copyright: las imágenes y el sonido aquí publicados tienen copyright de Dr. Ing. h.c. F. Porsche AG, Alemania, u otras personas. No se debe reproducir total o parcialmente sin autorización escrita de Dr. Ing. h.c. F. Porsche AG. Por favor, contacte con newsroom@porsche.com para más información.