La nueva Roof Tent Experience de Porsche, que se estrena en las regiones de la Selva Negra y el Rin-Hesse, en el suroeste de Alemania, aúna el amor por la aventura con la curiosidad y la pasión por Porsche. Son viajes por carretera cuidadosamente seleccionados, que animan a participar en nuevas y emocionantes actividades para acabar el día durmiendo en una tienda de campaña, bajo las estrellas y sobre un Porsche.
Se trata de una experiencia en grupos de ocho personas como máximo, con dos en cada coche y en cada tienda. Porsche proporciona a los participantes un Taycan Turbo S Cross Turismo debidamente equipado. En ambos casos, Selva Negra y el Rin-Hesse, la salida se realiza desde Stuttgart y la duración es de tres días. Las tres comidas y las dos cenas están incluidas, así como todo lo necesario para pasar la noche y realizar las actividades diarias.
En la ruta por la Selva Negra, además de conducir en la naturaleza por sus serpenteantes carreteras, el programa incluye una tirolina en Hirschgrund, una excursión al amanecer con desayuno incluido en Feldberg y, por supuesto, tiempo libre para actividades individuales de ocio, como senderismo, paseos con bicicleta eléctrica o paddle surf.
La ruta Rin-Hesse se centra en la célebre industria vitivinícola de la región, con un viaje guiado por la Ruta del Vino de Alemania. Hay degustación de espumosos y cena gourmet con la propietaria del Sekthaus, Marie-Luise Raumland, y el chef con estrella Michelin Philipp Stein, además de cata de vinos en la bodega JUWEL con vistas a los viñedos, excursión enológica con pícnic por las terrazas vinícolas del Rin-Hesse y por los senderos de Alsheim y una espectacular barbacoa sobre la nieve. Para acabar el día, se duerme en la tienda de campaña en medio de las viñas de Sekthaus Raumland.
En ambos casos se pueden consultar las fechas programadas y realizar las reservas en la página de Porsche Roof Tent Experience.
Los cronistas de viajes Marisa Hampe y Frederic Siebold han probado la ruta de la Selva Negra. Su viaje comenzó en el Museo Porsche de Stuttgart, desde donde la caravana de coches equipados con tiendas de campaña partió hacia la primera etapa: Freudenstadt. "Empezamos a conocernos enseguida durante el almuerzo en un estupendo restaurante local, comiendo muy bien y compartiendo las historias de cómo habíamos llegado hasta aquí", comenta Siebold.
El grupo no tardó en añadir nuevos capítulos a esas historias, lanzándose en tirolina por encima del suelo del bosque antes de acampar en los remotos alrededores de Titisee. Aquí aprendieron a hacer Flammkuchen, una alternativa tradicional alsaciana a la pizza, antes de disfrutar de los frutos de su trabajo junto a una fogata.
Esa noche llegó la lluvia, que amenazó el programa de la gira, pero no mermó el ánimo de sus participantes. "El tiempo no jugaba a nuestro favor", admite Siebold, "pero la tienda estaba seca y dormimos muy bien. Y cuando nos despertamos, rodeados de pinos y de una espesa niebla, ¡todo parecía increíble!". "En realidad, prefiero pasar el tiempo en la naturaleza", relata Hampe.
Siebold añade: “Era la primera vez que me ponía al volante de un Porsche y fue fantástico sentir la potencia y las prestaciones, pero también disfrutar simplemente del proceso de hacer ese viaje en un coche como este. El confort, el diseño, el aspecto del vehículo... todo es realmente especial y, además, dentro de un paisaje ideal para conducir".
Montar en bicicleta eléctrica por los senderos del bosque
Al día siguiente, Hampe y Siebold desafiaron a la lluvia para montar en bicicleta eléctrica por los senderos del bosque, mientras que otros miembros del grupo disfrutaron de una caminata matutina por el Feldberg, la montaña más alta de la región, y de un paseo en bote a remo por el cercano lago Titisee. Excepcionalmente, ya que no forma parte de las actividades programadas que se realizan con un Taycan, Marisa y Frederic tuvieron la ocasión de realizar parte de la ruta en un 911, también equipado con una tienda de techo.
Hampe y Siebold son viajeros empedernidos para los que la gente que conocen es tan importante como los lugares a los que van. Por eso valoran de esta experiencia la convivencia con otros que les ha proporcionado. "Llegas a conocer a todo el mundo y fortaleces tus relaciones con esas personas", dice Siebold. "Esto es algo que me gustó mucho de toda la experiencia. Conducir un Porsche fue el punto culminante, por supuesto, pero estar entre un grupo de desconocidos que se convirtieron en amigos lo hizo aún mejor. Ponerse al volante de un coche increíble mientras se conoce a gente nueva, compartiendo experiencias y emociones, fue perfecto. Era una verdadera comunidad Porsche".