El kitesurfista Liam Whaley se sube a una ola. En la cresta, alcanza una velocidad de unos 50 km/h, se impulsa en el agua con su tabla de carbono de solo 2,5 kilogramos, dirige la cometa hacia el cielo y tira de la barra de dirección, que permanece unida mediante cuerdas de alta tecnología. Este impulso le catapulta a más de 20 metros a lo alto, el equivalente a un edificio de cinco plantas. En el punto cumbre del salto, Liam se dispone a hacer un bucle. Para ello, hace girar la cometa en torno a su propio eje, lo que acelera al atleta en horizontal y en vuelo libre hasta alcanzar los 100 km/h. Navega 120 metros, gira la cometa sobre sí misma en círculo hacia el cielo para volverla a recoger de forma controlada y aterriza suavemente sobre la superficie del agua.
Un grupo de personas observa con estupor las acrobacias desde la playa de Tarifa y se oye un murmullo de admiración: “increíble, espectacular, una locura…”. Rita Arnaus está al lado y sonríe al ver el megaloop: “Liam está en su salsa”. A sus 25 años, este profesional del kitesurf es una figura destacada en el panorama mundial. Y en Tarifa se siente como en casa. Su especialidad, aparte del freestyle, es el “Big Air”. En esta disciplina, los kitesurfistas intentan saltar lo más alto posible y volar por el aire el mayor tiempo que puedan para ejecutar auténticas obras de arte. Rita Arnaus, la compañera de equipo de Liam, es excelente en el freestyle, la disciplina en la que se ejecutan complejos trucos técnicos al estilo de la gimnasia artística. A sus 27 años, está entrenando unos días en Tarifa con Liam.
Este emplazamiento en la Costa de la Luz es, en Europa, lo que a nivel mundial se puede decir de la isla hawaiana de Maui: un lugar legendario para todos los apasionados de los deportes acuáticos de tabla. En pleno estrecho de Gibraltar, los vientos soplan más fuerte y más a menudo que en ninguna otra parte del continente. Un enclave mágico donde se reúnen Europa y África, y también donde se cruzan el Atlántico y el Mediterráneo. Tarifa es un centro de atracción para competiciones internacionales. En la década de 1990 fue un centro neurálgico del windsurf y ahora se ha convertido en el núcleo del kitesurf, tan de moda en la actualidad.
Un deporte extremo y fascinante que no solo encandila al espectador, sino que también hechiza a los que lo practican de manera activa, hasta el punto convertirse casi en una adicción. El deslizamiento sobre el agua es como un juego, y saltar y volar por el aire transmite una sensación de ligereza que es, a la vez, sobrecogedora. El kitesurf es espectacular y a menudo también muy arriesgado. Sin embargo, al mismo tiempo se trata del deporte acuático de tabla en el que más rápido se aprenden los fundamentos. Apenas se necesita una semana para sentar las bases. A partir de ahí se abren infinitas posibilidades.
En resumen, se podría decir que todos los estilos tienen cabida aquí. Es un deporte válido para los especialistas de las olas o los artistas de saltos; para los fanáticos de las maniobras complejas o simplemente para cualquiera que busca relajarse y disfrutar la sensación del viento fresco en la cara.
El viento como elemento de bienestar
El viento es capaz de ejercer un impacto positivo en el bienestar del cuerpo y la mente, como han demostrado recientes estudios psicológicos. En efecto, el kitesurf nos enseña a aceptar con serenidad que no siempre se pueden controlar totalmente algunos parámetros de la vida. Ciertamente, el viento y las olas no se pueden moldear a antojo de las personas. Liam vuelve a la playa tras su sesión de “Big Air” y lo confirma: “Cuando tengo un mal día voy al mar, que es mi zona de seguridad. Así no tengo que hablar con nadie y expreso mis sentimientos en el agua. Eso me permite cargarme de positividad”.
El viento de levante amaina un poco. Es momento de dejar la playa de El Balneario para ir a otro lugar más propicio para la disciplina de Rita. ¡Rumbo a Valdevaqueros! Liam mete su equipo en el Cayenne E-Hybrid Coupé. También Rita conduce este modelo en su ciudad, Barcelona.
Sin embargo, para su breve viaje a Tarifa se subió en el Aeropuerto de Málaga a un 718 Boxster 25º Aniversario. El viento se fue haciendo cada vez más fuerte durante el camino, y Rita lo disfrutó con la capota abierta. Pero ahora toca pasar del descapotable a la tabla. En la playa de Valdevaqueros, Rita saca el equipo del asiento del acompañante del Boxster, prepara su cometa, se pone el traje de neopreno y se mete rápidamente en el agua. Con movimientos ágiles, la española hace todo tipo de acrobacias: pasa la barra de su cometa de una mano a otra por detrás de la espalda, gira sobre sí misma en el aire, se pone boca abajo, hacia adelante, hacia atrás... siempre con el estilo de una bailarina. Rita no puede contener la risa cuando, ya de regreso en la playa, mencionamos esta comparación: “Cuando era más joven, en realidad mi sueño era ser bailarina. Así aprendí a controlar los movimientos de mi cuerpo”. Afirma que esa enseñanza inicial le sigue resultando muy útil hoy en día para hacer kitesurf. “Fue una decisión muy difícil dejar de lado mi formación como bailarina. Pero en cierto sentido he conseguido combinar ambas cosas: ahora bailo con el viento”.
Liam Whaley
Nacido en Ibiza, de madre holandesa y padre británico, Liam comenzó a practicar kitesurf cuando era un niño. Tras resultar vencedor en los campeonatos juveniles de freestyle de España y Europa, ganó el Freestyle World Tour a los 18 años. Participó por primera vez en la competición Red Bull King of the Air en 2018 y, en 2021, ganó los Cold Hawaii Games en Dinamarca. El joven de 25 años dirige su propia escuela de deportes acuáticos, Liam Whaley Pro Center, en la playa de Valdevaqueros de Tarifa, donde cuenta con material de la firma Duotone y con un exclusivo Porsche Lounge.
Rita Arnaus
Los padres de Rita fueron campeones de España de windsurf. Es por ello que la barcelonesa de 27 años se inició pronto en los deportes acuáticos. Concretamente, tuvo su primer contacto con el kitesurf a los 16 años. Pronto se convirtió en profesional y empezó a competir a los 19, coronándose varias veces campeona de España. En 2021 obtuvo el segundo lugar en el GKA Freestyle World Tour.
Compromiso con el kitesurf
Además del tenis y el golf, Porsche se compromete con el desarrollo del kitesurf. El fabricante de vehículos deportivos apoyó la competición Red Bull King of the Air por primera vez en noviembre de 2021 y colabora con la marca de kitesurf líder mundial Duotone. Asimismo, Porsche se ha asociado a dos kitesurfistas de primer nivel, Liam Whaley y Rita Arnaus.
Información
Artículo publicado en el número 403 de Christophorus, la revista para clientes de Porsche.
Texto: Bernd Zerelles
Fotos: Samuel Cárdenas