Según el Diccionario de lengua española, publicado por la Real Academia, una de las acepciones del término "elegancia" es ‟Una forma bella de expresar los pensamientos”. En la trigésimo cuarta edición del Gran Concurso Internacional de Elegancia, celebrado en la ciudad de Huixquilucan, México, esa expresión de belleza fue trasmitida por un Porsche 911 Carrera RS 2.7 de 1973 y un Porsche 356 C de 1965, que ganaron sus respectivas categorías en un evento que reunió cerca de 500 vehículos con más de cuarenta años de antigüedad.
El 911 Carrera RS 2.7 se hizo con el premio "Copa Vintage", mientras el 356 C obtuvo el reconocimiento "Pabellón de la Excelencia". Ambos modelos forman parte de la colección del Porsche Club México y son propiedad de los hermanos Guzmán Giraud.
El 911 de color blanco Grand Prix es un Carrera RS, siglas que en alemán significan Rennsport (coche de carreras deportivo). Su apariencia está marcada por el alerón trasero "cola de pato" y también por el emblema "Carrera" que figura en los laterales. Bajo el capó trasero se aloja su motor bóxer de 2.7 litros (2.687 centímetros cúbicos), que entrega 210 caballos de potencia (150 kW). También destaca por su zaga, con una vía y unos neumáticos claramente más anchos que en la parte delantera. En su época, se fabricaron 1.580 unidades del 911 Carrera RS y fue homologado como Grupo 4 por la Federacion Internacional de Automovilismo (FIA).
‟Casi pierdo este Porsche”, comenta Francisco Guzmán. ‟Lo tenía en proceso de restauración en un taller que fue cerrado por impagos y quedó confiscado durante cinco años. Después de muchas negociaciones con el dueño del local y, tras hacer frente a varios meses de renta atrasada, logré recuperarlo y llevarlo a otro especialista en donde estuvo dos años más en restauración".
Este 911 Carrera RS 2.7 cuenta con el certificado de autenticidad Porsche que garantiza que los números del chasis, el motor y la caja de cambios coinciden con los que tuvo el coche al salir de la fábrica (matching numbers). ‟Todo el esfuerzo por recuperarlo valió la pena", comentó "Pancho", uno de los fundadores del Porsche Club México.
Por su parte, el Porsche 356 C de color azul Bally que participó en la última edición del Gran Concurso Internacional de Elegancia pertenece a la última generación del legendario 356, el primer vehículo que llevó el nombre de Porsche. La producción del 356 alcanzó un total de 14.151 unidades en 1964, año en el que su sucesor, el Porsche 911, llegó al mercado tras haber sido presentado en el Salón del Automóvil de Fráncfort de 1963. La marca continuó vendiendo el 356 C en Norteamérica hasta 1965, ya que en aquellos primeros tiempos del nueveonce seguía habiendo una gran demanda de su antecesor.
"Este 356 estuvo tres años en proceso de restauración y el resultado es impecable”, comenta Juan Pablo Guzmán. ‟No solo fue ganador de su categoría sino que también estuvo nominado al premio "Best of the Show" y fue el coche que obtuvo las más altas calificaciones de los casi cincuenta que exhibieron los miembros del Porsche Club en Huixquilucan”.
El modelo de 1965 cumple con todas las especificaciones de un vehículo original, a excepción del motor. ‟¡Ese es su único pecado!”, cuenta Juan Pablo, actual Presidente del Porsche Club México. ‟Estuve muy cerca de conseguirlo en Estados Unidos, pero había una pequeña diferencia de numeración, así que no valía la pena hacer un gasto tan grande. Lástima".