Velocidad superlativa

Para responder a esta pregunta, visitamos una pista con una recta de aproximadamente ocho kilómetros, curvas peraltadas de alta velocidad y una longitud total de 21 km.

La primera aparición es el Porsche 911 Turbo S, un deportivo que domina el equilibrio entre el uso cotidiano y una aceleración impresionante. Su motor bóxer trasero turboalimentado de 3.8 litros genera 580 CV (consumo medio 9,1 l/100 km; emisiones medias de CO₂: 212 g/km). Velocidades superiores a 300 km/h no son problema para este atleta de altas prestaciones.

El 911 fue seguidamente superado por nada menos que el Carrera GT. Con su motor V10 de 612 CV, acelera de 0 a 100 km/h en solo 3,9 segundos, enfatizando los genes de competición de este legendario deportivo. Es también el primer modelo de producción estándar cuyo chasis y subchasis están fabricados enteramente con polímero reforzado con fibra de carbono (CFRP).

Para el próximo candidato damos un nuevo paso atrás en la historia: el Porsche 959 S. A mediados de los años 80, el Porsche 959 fue el primer modelo apodado “súper coche mundial”. La razón: un motor bóxer de seis cilindros de 2.8 litros que hacía al 959 el coche más rápido del mundo. El 959 S llegó a otro nivel. Las 29 unidades producidas generaban aún más potencia, hasta 515 CV.

El siguiente nominado lleva de nuevo a los espectadores hasta el presente: el Porsche 911 GT2 RS. Este modelo, con dos récords en el Nürburgring Nordschleife, es un coche de competición puro que se pude usar en carretera y también demuestra sus puntos fuertes en la larga recta. Los 700 CV (consumo medio 11,8 l/100 km; emisiones medias de CO₂ 269 g/km) que aguardan en su motor bóxer de 3.2 litros catapultan al conductor de 0 a 100 km/h en solo 2,8 segundos.

En cabeza, sin embargo, está otro poseedor de récords. El 918 Spyder muestra lo que puede lograr su potencia híbrida combinada de 887 CV. Con una aceleración de 0 a 100 km/h de solo 2,6 segundos, no es sorprendente que el 918 Spyder sea el vencedor en esta clasificación Top 5.