Weissach es donde Porsche desarrolla los deportivos del mañana. Pero en la pequeña localidad al noroeste de Stuttgart también se mantiene la tradición. Allí está la sede de Freunde Luftgekühlter Boxermotoren (Amigos del Bóxer Refrigerado por Aire, FLB para abreviar), donde un grupo de empleados Porsche, actuales y anteriores, comparten su pasión por los deportivos clásicos de Zuffenhausen. Fundado en 2010 como un club para realizar placenteras rutas, desde entonces el FLB se ha convertido en una institución dentro del cosmos Porsche. Las concentraciones y rutas reúnen a nuevos aficionados, leyendas de la competición, directivos y empleados jubilados. Y no hay diferencias entre ellos en esos días especiales.

Bernd Stadler, Director de Desarrollo de Porsche Exclusive Manufaktur, disfruta de los momentos anteriores a la gran presentación del 911, exclusiva para los miembros. Recuerda: “Hay clubes deportivos para todo: ajedrez, yoga, voleibol. Lo único que no existía, extrañamente, era un grupo dedicado a los deportivos y a la historia de Porsche”. Por esa razón Oliver Berg, responsable de proyectos de competición para GT de carretera, creó el club deportivo FLB. En 2011, junto con Stadler, fundó una asociación de aficionados con el mismo nombre. “De un día para otro ya teníamos cien miembros. Hoy somos casi seiscientos”. La instalaciones del taller y la sala del club a las afueras de Weissach fueron decoradas por Herbert Linge, antiguo piloto de fábrica y director de la planta, que este año celebra su nonagésimo cumpleaños.

911 (922), 2018, Porche AG
Los nuevos faros se asoman audazmente bajo la tela que cubre el coche


El lugar se va llenando a medida que cae la tarde. Han acudido más de dos docenas de miembros del FLB, la mayoría en un 911 clásico. Llega el gran momento. Stadler llama a todos y los conduce hacia la sala. Allí, entre otros deportivos, hay uno bajo un manto negro. Ceños fruncidos ¿algún miembro ha tenido un percance aparcando y ahora se intenta ocultar la evidencia? Stadler sonríe mientras él y Berg retiran juntos la tela. El nuevo 911. Miradas de asombro, aplausos espontáneos, los entusiastas de Porsche se arremolinan en torno al inesperado invitado.

“Estoy viendo el nuevo 911 hoy por primera vez”, dice un visiblemente emocionado Herbert Linge. Retrocede uno o dos pasos para estimar las proporciones del vehículo. “El talento de los diseñadores se ve en que cada nuevo 911 es completamente diferente, aunque reconocible inmediatamente como un Porsche 911. Es extraordinario cómo lo han conseguido una y otra vez. Tengo ganas de ver cómo se desenvuelve en carretera”. Linge, que comenzó su carrera en Porsche como aprendiz, en 1943, posee un 911 Targa de los años 70 y todavía disfruta participando en las rutas del club. El FLB incluye otros testigos de tiempos pasados que dieron forma a los modelos clásicos de antaño. “Tenemos un montón de personas geniales que, por ejemplo, estuvieron en las carreras de Le Mans”, añade Peter Bäuerle, que fue responsable de construcción ligera en el departamento de chasis y ahora organiza las reuniones como anfitrión en la mesa de los habituales del club. “Cuando vienen, traen sus álbumes de fotos y cuentan sus historias de aquellos días, todo el mundo -desde los becarios hasta los responsables de proyectos- están pendientes de sus palabras”. Hans-Joachim Stuck y Walter Röhrl han hecho apariciones estelares en Weissach, así como el director de competición Peter Falk. El aficionado de Porsche afincado en California Magnus Walker se ha sentado en el sofá del club más de una vez.

Instalaciones del club  “Amigos del Bóxer Refrigerado por Aire”, 2018, Porsche AG
El contacto visual directo en la parte anterior del club


“Me gusta el nuevo 911 sin reservas”,  dice Rolf Sprenger, que llegó a Porsche como ingeniero de motores en 1967 y posteriormente dirigió el centro de clientes, fundó el departamento de encargos especiales Porsche Exclusive y, finalmente en su retiro, ha restaurado su Porsche 911 Carrera RS 2.7 blanco. “La batalla más larga es definitivamente un beneficio para la estabilidad. Y la nueva parte trasera también es un triunfo. Le deseo un gran éxito”. Gabriele Mahler-Kurzenberger considera que  es “extraordinario cómo los diseñadores han mantenido su clásica silueta”. Esta empleada del Museo Porsche y su marido poseen dos Porsche 911 Carrera RS 2.7 que una vez participaron en el East African Safari Rally. Se aproxima al deportivo y lo mira a través de la ventanilla; le gustan especialmente los nuevos faros del 911 y las costuras del interior.

El calor de los otros Porsche que lo rodean refuerza el aroma de caucho y aceite en el aire. Los miembros del FLB se agachan, trazan las líneas de la carrocería, examinan el interior, comparan detalles y tocan los componentes aligerados. Solo para Mathias Fröschle el nuevo 911 es un viejo conocido. Lo ha visto hasta en su “ropa interior”, como él y sus compañeros de trabajo llaman a todo lo que hay bajo la afinada carrocería. Como Director del Departamento de Predesarrollo de Estructuras, ha dedicado tiempo a este nuevo modelo desde hace años. “Es realmente curioso haber trabajado en la planificación del nuevo 911 desde hace años y ahora ver a otros miembros del club encontrarse con él por primera vez y ver cómo reaccionan. Los antiguos empleados que trabajaron en generaciones anteriores del 911 suelen ser particularmente críticos. Por eso es interesante ver a qué prestan atención y en qué se fijan primero. En particular el nuevo interior, que se ha rediseñado sustancialmente pero también enlaza con la tradición, ha sido bien recibido hoy”. Para desconectar de su trabajo de desarrollo en los Porsche del futuro, Fröschle disfruta de su 911 Targa, del año modelo 1971, que trajo desde New York en su estado original y se lleva regularmente de vacaciones.

Los presidentes Oliver Berg y Bernd Stadler, 2018, Porsche AG
Los presidentes Oliver Berg y Bernd Stadler


Pasado y futuro, tradición y cambio. Para los miembros del club FLB esto no es una contradicción sino partes de un todo. Porque entienden a Porsche. Los presidentes del club Stadler y Berg están visiblemente complacidos por haber sorprendido a los miembros con el nuevo 911, que ha encontrado aquí la compañía ideal entre sus predecesores. “Cuando ves esta galería de antepasados -señala Stadler- y cómo el Porsche 911 se ha ido desarrollando continuamente a través de los años, siempre piensas que no podrá ser mejor y, sin embargo, nuestros ingenieros se las arreglan para conseguirlo otra vez. Si miras alrededor y comparas todos los 911 de diferentes épocas, el 911 original, el modelo G, el 964 y el 993, es un único lenguaje de diseño que se ha desarrollado con gran cuidado a través del tiempo”. Para la emoción que genera esta evolución, el Director de Desarrollo, que conduce un Porsche 911 modelo G y un 914 en su vida privada, aprecia esta evolución y las reminiscencias de la historia: “muchos elementos de estilo del nuevo Porsche 911 están inspirados en los antiguos 911: el corte del capó delantero, la palanca y los paneles de las puertas en el interior, los pilotos conectados por una banda recuerdan a los deportivos de los 80 y 90. Es realmente impresionante cómo los diseñadores consiguen una y otra vez reinterpretar y continuar la historia de Porsche.”

Los numerosos elogios y el fervor por los Porsche refrigerados por aire desarrollados en el pasado han dado nombre de este club deportivo. ¿Es ahora el nuevo 911 uno de ellos? Stadler no ve por qué no. “El motor bóxer refrigerado por aire definió a la marca Porsche durante décadas desde 1948. Pero el tiempo no se detiene. Muchos de nuestros miembros también conducen normalmente modelos modernos de Porsche, desde el 968 o el Boxster 986 hasta el Cayenne. Y como un verdadero 911, la última generación es -por supuesto- más que bienvenida a unirse a sus antepasados en la próxima ruta”.

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