Luvina Quemain
Nuestra protagonista dejó la abogacía para conquistar la panadería. Entre leyes, recetas y fermentación lenta, encontró su pasión y creó LPan, un proyecto mexicano que une disciplina, sabor y creatividad.
Abogada de formación y atleta de alto rendimiento, Luvina Quemain sabe lo que significa exigirse al límite. Durante una década representó a México en el equipo nacional de nado sincronizado, experiencia que moldeó su carácter competitivo y su resiliencia. Después de años en un despacho de propiedad intelectual, se permitió un giro inesperado: cambió el traje por el delantal y la alberca por el horno, construyendo LPan como un espacio donde la disciplina y la creatividad conviven en cada pieza que sale del horno.
Secreto del éxito:
Paciencia y amor por el pan definen cada hogaza.¿Por qué cambiaste la carrera de abogada a panadera?
Estudié Derecho en la UNAM y trabajé en el despacho Jalife Caballero y Asociados, encargándome de temas relacionados con la propiedad industrial, las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas. Viajé en numerosas ocasiones a Europa para entender mejor la legislación al respecto. Estábamos tratando de conseguir una indicación geográfica para el queso Cotija y, como referencia para entender la legislación y comprender mejor esa figura, me dediqué a estudiar a fondo la panadería, un producto que en Europa cuenta con varias indicaciones geográficas. Acabé en Andorra para aprender más. Observé la dinámica profesional: coordinación, precisión, exigencia y ritmo. Fue mi confirmación de que quería dedicarme a la cocina.
¿Cómo empezaste a producir pan en México y a quiénes llegaba tu pan?
Compré un horno KitchenAid y empecé a vender pan en la escuela de mis hijos. Una de las madres era amiga de Eduardo Plasencia, un investigador gastronómico, quien probó mi pan y me dijo que era sensacional.
Me pidió 15 hogazas para una cena en Limosneros, donde estaban chefs como Carlos Gaitán, Atzin Santos o Josefina López, entre otros. Me recibieron con ternura y me adoptaron en la cocina, algo que nunca olvidaré.
¿Cómo fue tu crecimiento en el mundo profesional de la cocina?
Desde el primer día fui bien acogida, aunque el trabajo era pesado. Solo con dos señoras ayudantes en la casa de mi mamá producíamos grissinis y panes durante horas. Tras seis meses, compré un horno industrial y empecé a surtir a chefs que empezaban con sus restaurantes. Colaboré en menús donde yo hacía todos los panes y ellos la comida, incluso durante la pandemia abrimos un local en la Roma, donde consolidamos la experiencia.
¿Cómo surgió la idea de la panadería independiente y la expansión?
Tras dos años con el restaurante, nos dimos cuenta de que el negocio real era la panadería. Mi socio se enfocó en la cocina de autor y yo en la panadería. Creamos procesos, estandarizamos recetas y desarrollamos un sistema digital para recibir pedidos de más de 30 restaurantes. Después de un año y medio, encontramos a Mike, ahora mi socio, para manejar operaciones y logística mientras yo me enfocaba en la administración y desarrollo de productos. Así nació LPan.
Expansión constante:
Nuevas sucursales consolidan LPan como proyecto mexicano.¿De qué manera te beneficias de tu historia anterior en esta nueva etapa?
El Derecho me dio disciplina, capacidad de planificación y orden. Aprender a leer, analizar y estructurar proyectos me ha permitido adelantarme a problemas y mantener la calidad de mi pan, asegurando que cada paso de la producción esté bien fundamentado.
Cuéntame de tu relación con el deporte.
Desde niña estuve en natación sincronizada y fui deportista de alto rendimiento. La disciplina y resistencia que desarrollé me ayudaron a adaptarme a la exigencia de la cocina y a mantener un ritmo constante en mis proyectos.
Claramente encontraste tu sueño en el camino. ¿Qué consejo les das a otras profesionales a las que les falta algo en su vida profesional?
Recomiendo explorar, probar y atreverse a cambiar de rumbo. Muchas veces nos conformamos con la estabilidad, pero es probando y arriesgando como se encuentra la verdadera pasión. Incluso enfrentar miedos o lo desconocido puede revelar oportunidades inesperadas y satisfactorias.
En tu opinión, en tu experiencia, ¿cómo ha cambiado el papel de las mujeres en México?
Creo que ha evolucionado positivamente. Tenemos más libertad y empoderamiento, pero también más responsabilidades: negocios, familia, vida personal. Ser mujer implica ser resiliente, multifacética y capaz de liderar sin descuidar las responsabilidades familiares.
¿Qué haces cuando no estás trabajando?
Practico yoga y doy cursos de panadería. Me divierte y me relaja enseñar a otros a hacer pan y al mismo tiempo es un espacio donde puedo desconectarme y disfrutar de mi pasión fuera de la producción diaria.
Cuando piensas en un Porsche, ¿qué imagen te viene a la mente?
Pienso en lujo, comodidad y buen manejo. Igual que un buen pan, un Porsche combina técnica, calidad y experiencia sensorial. Un producto bien hecho refleja dedicación, excelencia y pasión, los mismos valores que definen LPan.
Ficha Técnica
Nacida en: Ciudad de México
Año modelo: 1988
Partes: 100 % mexicana
Dónde comienza tu carrera profesional: despacho de abogados de propiedad intelectual
Dónde te gustaría terminar tu carrera profesional: restaurante en Italia, una pequeña panadería
Un lugar para vivir: México o Italia
Un país para trabajar: México
Un país para vacacionar: Estados Unidos (Nueva York)
Cocina favorita: Italia
Bebida favorita: cubalibre
Un libro: una biografía de Joseph Fouché
Una peli: Comer, rezar y amar con Julia Roberts
Autos eléctricos, ¿moda o necesidad?: para mí son una necesidad
Secreto del éxito: paciencia y amor por el pan definen cada hogaza.