Un salto mortal hacia atrás

Campeona mundial de motos acuáticas, especialista en acrobacias, empresaria... A Christy Swaid le encanta la velocidad, la precisión y la vida. Tras un golpe del destino, empezó un nuevo capítulo, y lo hizo con un récord mundial.

   

Christy Swaid se sube a su moto acuática. La rodilla derecha sobre la plataforma, la pierna izquierda colgando en el agua, las manos bien sujetas a las empuñaduras, las rodillas ligeramente flexionadas y todos los músculos tensos. Acelera, se pone de pie y levanta el manillar. Con el rugido del motor, sale disparada hacia el lago Martin, cerca de Birmingham (Alabama), y conduce la moto en zigzag a través de la espuma que se acumula. Amortigua cada ola con un breve movimiento de compensación de su cuerpo. Cambia de dirección, da vueltas, levanta una mano en señal de triunfo y regresa a la orilla deslizándose en los últimos metros. «Para mí, montar en moto de agua es pura felicidad», explica con una amplia sonrisa mientras se aparta de la cara el pelo rubio mojado. «Me encanta el agua, el olor a gasolina y el rugido de los motores. Necesito velocidad y retos físicos». 

De la moto acuática al circuito

La pasión llevó a Christy Swaid a la cima de este extraordinario deporte: tiene en su haber seis títulos mundiales de moto acuática y muchos premios más. Swaid, de 55 años, los ganó antes de casarse, cuando aún se llamaba Christy Carlson, y siente la misma pasión por sus coches deportivos. Conduce su Macan S blanco cuando transporta motos de agua en el remolque o cuando se va de viaje con sus dos hijos. En cambio, para ir al trabajo, a hacer la compra o a dar una vuelta por las sinuosas carreteras que rodean su casa en Birmingham (Alabama), recurre al miembro más joven de la familia, un 718 Boxster S gris ártico, apodado «Grace». 

Swaid compró el roadster en California cuando estaba visitando a su hijo mayor, Christian, que estudia medicina deportiva en la Universidad Pepperdine. Con el Cayenne suelen hacer viajes por carretera a lo largo de la costa, a través de las montañas o al desierto. Mientras estaba haciendo el mantenimiento del SUV en la primavera de 2025, Swaid se quedó prendada de un 718 Boxster S que vio en el concesionario. Durante la prueba de conducción, le entusiasmó sentir el motor justo detrás de ella y controlarlo con la caja de cambios manual de seis velocidades. Se decidió a comprarlo por un impulso espontáneo. Pocos meses después, conduce ahora el biplaza descapotable por las colinas de Alabama. Los inevitables límites de tráfico frenan su pasión por la velocidad. 

Sin embargo, para darle rienda suelta, lleva a Grace hasta la cercana Porsche Track Experience (PTX), en el Barber Motorsports Park, una escuela oficial de conducción deportiva de Porsche. En el circuito, de casi cuatro kilómetros de longitud y con curvas muy exigentes, aprovecha al máximo el potencial del Boxster, busca la trazada ideal y disfruta de la precisión del vehículo y del control que ejerce sobre él. A toda velocidad, recorre la recta de meta, baja el ritmo un instante y acelera para afrontar la siguiente vuelta. A Swaid le va pisar a fondo el acelerador, ya sea en tierra o en el agua.

El camino hacia la cima

Soñaba con tener un Porsche ya desde su juventud, y ese sueño casi se hizo realidad cuando, con solo 19 años, ganó su primer campeonato mundial de motos acuáticas. Un patrocinador le ofreció un modelo usado en lugar del premio en metálico.

Ella estaba encantada, pero su padre rechazó la oferta. «Se decidió por el dinero», cuenta la campeona del mundo. «En aquel momento no me gustó nada la idea, pero hoy en día esa cantidad sigue en mi cuenta corriente personal». En efecto, heredó de su padre el sentido por los negocios. 

Richard Carlson fue un pionero del alquiler de motos acuáticas en la década de 1970. En aquella época, Christy vivía con su madre y sus dos hermanos mayores en Chicago, puesto que sus padres se habían divorciado cuando ella tenía cinco años. En verano, los hijos echaban una mano en la tienda del padre en Florida y aprovechaban cada minuto libre para pasárselo en grande surcando las aguas con las motos acuáticas. Así, Christy aprendió rápido a seguir el ritmo de sus hermanos. A los 13 años disputó su primera carrera y dos años más tarde consiguió su primera victoria. Entonces, los patrocinadores se fijaron en ella. En su último año de instituto, compaginó los estudios en Chicago con los entrenamientos de fin de semana en California. Por fin, el 28 de mayo de 1989 disputó su primera prueba profesional y la ganó. «Asombré al mundo... y a mí misma», recuerda hoy. 

A partir de entonces, Christy Carlson dominó la competición y se ganó el sobrenombre de «The Blonde Bombshell» («La rubia explosiva»). Las carreras de motos de agua se hicieron cada vez más populares y la cadena deportiva ESPN empezó a retransmitirlas en directo. Sus seis títulos mundiales la hicieron famosa, consiguió contratos publicitarios y trabajos como presentadora y se convirtió en doble de acción para la serie «Los vigilantes de la playa» y otras películas. «Las motos acuáticas eran mi vocación», afirma. «Todos los demás caminos me resultaban muy arduos, pero veía esa puerta abierta de par en par».

El salto a una nueva vida

Para la campeona del mundo, nada en la vida es casualidad. Su madre, Carol Jean Yunker, le enseñó durante la infancia versículos de la Biblia que la han acompañado hasta hoy. La fe cristiana y el amor por la precisión también son un nexo de unión con su marido, el neurocirujano Dr. Swaid N. Swaid. A los 30 años, Christy dejó el mundo de las motos acuáticas y su carrera como doble de acción para vivir con él. Se casaron y se mudaron a Alabama. Incluso antes de que nacieran sus hijos Christian y Cason, Christy Swaid fundó la organización sin ánimo de lucro HEAL United, acrónimo de Healthy Eating, Active Living («alimentación saludable, vida activa»), con la idea central de promover una vida saludable entre los niños. Esta idea, que surgió en la mesa de su salón, se convirtió en una organización patrocinada por el estado de Alabama, cuyos programas de fitness y planes de nutrición se aplican a unos 45 000 alumnos de más de 220 escuelas públicas.

Septiembre de 2025:

Christy Swaid durante la sesión de fotos en el lago Martin. Cuando sale con sus motos acuáticas, también aprecia los momentos de tranquilidad.

Boxster love:

Christy Swaid no se pudo resistir a su nuevo 718.

Pero entonces llegó 2020, la pandemia y, con ella, uno de los años más difíciles de su vida: la madre de Swaid, con la que hablaba a diario, falleció inesperadamente, poco después su antiguo entrenador y, a continuación, su padre. Sus hijos estaban a punto de ir a la universidad, así que no había tiempo para el duelo. Entonces, Swaid cayó en una profunda depresión. La luz al final del túnel llegó en 2024, gracias a un encuentro inesperado con un maestro del salto mortal en moto acuática. Él la motivó a atreverse con la ambiciosa acrobacia, y Swaid no se lo pensó dos veces. «En aquel momento solo estaba rodeada de miedo, me sentía como en una celda», recuerda, «así que tenía que ser valiente para escapar de aquello». La arriesgada voltereta hacia atrás requería habilidades muy diferentes de las que ella había aprendido, es decir, navegar lo más rápido posible sobre olas, ríos y lagos. La acrobacia exigía un control preciso de dos palancas para elevarse verticalmente y luego dar una vuelta hacia atrás. La noticia corrió como la pólvora entre los aficionados a los deportes acuáticos en Estados Unidos: ¡Swaid estaba dispuesta a atreverse! El 13 de junio de 2024, cuando llegó al lago Mitchell, al sur de Birmingham, ya se habían congregado allí numerosos curiosos.

Los tres primeros intentos fueron directamente un fracaso. En el cuarto, una pieza del acelerador se le clavó en la pierna izquierda, y en los siguientes intentos llegarían más lesiones. Sin embargo, su equipo la animó a no rendirse, y entonces llegó el décimo intento: la moto acuática despegó, se elevó en vertical por encima de la estela de la lancha auxiliar y giró hacia atrás hasta que Swaid salió volando boca abajo por el aire y aterrizó de nuevo en el agua en la posición correcta. Los espectadores estallaron de júbilo. Swaid estaba agotada y llena de heridas y moratones, pero feliz. «Estoy muy contenta de no haberme rendido. Ha merecido la pena». Como colofón, consiguió entrar en el Libro Guinness de los Récords: a sus 53 años, es la persona de más edad que ha conseguido dar una voltereta hacia atrás en una moto acuática.

«Las motos acuáticas eran mi vocación». 

Christy Swaid

Junio 2024:

tras diez intentos, Swaid logró la hazaña de su vida: un salto mortal hacia atrás en moto acuática. La recompensa fue entrar en el Libro Guinness de los Récords.

La acrobacia fue el pistoletazo de salida para una nueva etapa en su vida, y Swaid fundó una nueva organización: Checkered Flag Living. Ya no es solo cuestión de forma física, sino también de salud mental. Afirma que es más fácil curar diez huesos rotos que un alma rota. El Boxster es para ella el símbolo de una mayor despreocupación en su vida cotidiana. De hecho, su nuevo lema es: «Vive como si la próxima ronda fuera a ser la mejor». 

Porsche Track Experience

El circuito del Barber Motorsports Park tiene una longitud de 3,83 kilómetros y ofrece 16 curvas muy exigentes en una topografía accidentada. La Porsche Track Experience ofrece allí actividades formativas para mejorar el control del vehículo, desde cursos para principiantes hasta programas de varios días que cualifican a los participantes para solicitar una licencia de competición. En el Barber Motorsports Park se celebran numerosas carreras, entre ellas la Grand-Am Sports Car Series, el MotoAmerica Championship y la IndyCar Series. La Porsche Track Experience también incluye una visita al Barber Vintage Motorsports Museum, que cuenta con una amplia colección de motocicletas y coches de competición.

Kerstin Zilm
Kerstin Zilm

Datos de consumo

718 Boxster S