Icon: Escala 1:5

Las maquetas de coches adornan muchas vitrinas como vehículos de ensueño en miniatura.

   

Sin embargo, una colección muy especial del archivo de la empresa Porsche AG documenta objetos de investigación a diferentes escalas. Es el caso del estudio de un modelo de túnel de viento a escala 1:5 del Porsche 935/78, conocido como «Moby Dick».

Los expertos del departamento de competición usaban ya a finales de la década de 1960 carrocerías de tamaño reducido para obtener información importante en una fase temprana del desarrollo del vehículo e incorporarla más tarde al proceso. Eso suponía un ahorro de costes y de tiempo. En cuanto se fijaban puntos básicos como la posición del conductor, del depósito de combustible y del motor y se dibujaba la carrocería, en solo unas semanas hacían una maqueta para el túnel de viento. En el caso del 935/78, se trataba de un estudio realizado en fibra de vidrio. Pesa unos 6 kg y tiene 96 cm de largo, 38 de ancho y 24 de alto.

Puesto que en aquel momento Porsche carecía de túnel de viento propio, el ingeniero de competición y experto en aerodinámica Norbert Singer probó con su equipo el molde de carrocería del 935/78 en el túnel de viento para maquetas de la Universidad de Stuttgart. En aquella época, esta era la única forma de medir proyectos secretos. ¿Por qué 1:5? Esta escala estaba predeterminada por el tamaño del túnel de viento. En general, cuanto mayor es la escala, más exactas son las mediciones. No obstante, para eso se requiere una instalación de prueba con el tamaño correspondiente para dejar espacio suficiente en torno a la maqueta, de modo que el aire que fluye a su alrededor no se vea influido por los bordes del túnel de viento. Esto es más claramente visible en un deportivo que recorre el circuito bajo la lluvia y va dejando un espray de agua a su paso.

En la práctica, esto es lo que se hizo: en el túnel de viento, el estudio del Moby Dick a escala se sometió al flujo de un potente ventilador con viento a una velocidad de entre 180 y 200 km/h y se probó en una mesa de medición con una balanza especial para túneles de viento debajo. Unos pivotes bajo las ruedas establecían la conexión con dicha balanza, que es un instrumento muy sensible que puede medir las fuerzas horizontales y verticales. Así se calculó el coeficiente de resistencia aerodinámica (valor cX) y el coeficiente de carga aerodinámica (valor cZ). También se prestó atención a la distribución de la carga aerodinámica entre los ejes delantero y trasero.

En el caso del «Moby Dick», el coche de carreras real estuvo listo poco después de la maqueta. Alcanzó una impresionante velocidad máxima de 366 km/h en la recta de Hunaudières en la carrera de 24 horas de Le Mans gracias a su baja resistencia al aire. El modelo siguió utilizándose. Se utilizó cuando se estaba considerando un mayor desarrollo para 1979. La atención se centró en una sección trasera rediseñada.

A partir de mediados de los 80, Porsche empezó a hacer pruebas en su propio túnel de viento en Weissach para maquetas a escala 1:4. También se construyó una instalación a tamaño real con escala 1:1. En 2015 llegó una versión aún más precisa con el nuevo túnel de viento aeroacústico. Los prototipos se sitúan actualmente sobre una cinta rodante y se aceleran con ella a velocidades de hasta 300 km/h. Así se obtienen datos aún más precisos, ya que se puede simular de forma realista el flujo de aire bajo el vehículo. En la actualidad se siguen fabricando deportivos y coches de carreras en miniatura para ensayos de flujo de aire. La herramienta adicional son las simulaciones del flujo por ordenador.

Bianca Leppert
Bianca Leppert