Simbiosis de pasiones
El profesor Fred Poordad es médico por pasión. El estadounidense es una eminencia mundial en el ámbito de la investigación del hígado, pero también es igual de ambicioso y exitoso en su faceta de piloto de carreras.
Cuando era niño, Fred Poordad siempre dibujaba coches de una marca. Lo que despertaba su entusiasmo era la silueta del 911, pero en su adolescencia no podía ni siquiera imaginarse que llegaría a tener uno o incluso a competir con él en carreras. «Lo que sí quería desde muy pronto era ser un buen médico», afirma el doctor de 59 años, oriundo de Texas.
En 1990 necesitaba un coche para sus prácticas de medicina y, junto al concesionario de coches usados en Akron Ohio, descubrió una exposición de Porsche. «¿Ha conducido alguna vez uno de nuestros deportivos?», le abordó el vendedor. «¡Ni siquiera he estado nunca dentro de ninguno!», respondió Poordad. Después de probarlo, comprendió que tenía que conseguir como fuera aquel Porsche 944 Turbo con tres años, en color Midnight Blue Metallic. «Me costó más de lo que ganaba en un año. Para poder pagarlo, tuve que pedir prestado el dinero a mi padre y a mi novia y buscarme algún trabajo extra para devolverlo».
Los Ángeles es la siguiente parada en su estelar carrera médica. Con un 911 Turbo (996) del año 2002, Poordad también llevó a otro nivel su pasión por Porsche. Para mejorar sus prestaciones, le encargó a un especialista que modificara el vehículo con elementos como una jaula antivuelco, turbocompresores más grandes y un chasis GT3. Al recogerlo, le dieron un buen consejo: para conducir aquel deportivo excepcional debía formarse practicando en el karting, y eso hizo durante un año. Más adelante, entró en el Porsche Owners Club (POC) y compitió en la Boxster Cup organizada por el propio club. «Gestionar las reacciones y el comportamiento en curva del Boxster fue genial, ya que tenía un equilibrio increíblemente bueno».
En 2009, Poordad fue elegido «Rookie of the Year» por el POC. Pronto se marcó un nuevo objetivo, participar en la Porsche Carrera Cup norteamericana, para lo que adquirió un 911 GT3 Cup (997). Eso despertó inquietud en su esposa Judy, pero ella entiende en qué medida el automovilismo no solo inspira a su marido, sino que también caracteriza su personalidad. Tampoco el nacimiento de su hija Riley, en 2010, y el de su hermano Austin tres años más tarde supusieron ningún cambio en la pasión de Fred Poordad por las carreras de coches.
Como jefe de los departamentos de hepatología del Centro Médico Cedars-Sinai de Los Ángeles y del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio, su trabajo le resultaba muy exigente en aquella época. Junto con su equipo, consiguió avances decisivos en el tratamiento de la hepatitis vírica y participó en el desarrollo de fármacos contra la hepatitis C. Poordad publicó cientos de estudios y viajó por todo el mundo como experto en enfermedades hepáticas y trasplantes de hígado. Las horas que pasaba en el coche de carreras le servían de contrapunto.
Para las 24 Horas de Daytona de 2012 intensificó su entrenamiento y cambió su alimentación: perdió 15 kilos, mejoró su masa muscular y su forma física, sudó en la sauna y practicó en su propio simulador.
«Para mí, el automovilismo no tiene mucho que ver con la adrenalina», afirma Poordad. «Es más bien un entorno controlado: primero piensas en lo que puede pasar y luego tienes que reaccionar rápido». El hecho de darlo todo bajo presión también le ayuda en su trabajo cotidiano. «El automovilismo te hace más resistente al estrés».
Pero también puede ser un deporte peligroso, y Poordad lo sufrió en sus carnes. Tras ganar el título en el campeonato Pirelli Cup Challenge de 2015 con un 911 GT3 Cup (991), en 2017 participó en las 12 Horas de Bathurst en Australia con un coche de otro fabricante. Allí sufrió su accidente más grave, con vértebras y costillas rotas y un colapso pulmonar. «Me di cuenta de hasta qué punto un Porsche es mucho más seguro en comparación con vehículos de otras marcas, más preciso en la conducción y con mayor protección en caso de accidente», comenta recordando su convalecencia de un año.
Posteriormente, regresó a los circuitos a través de la Porsche Racing Experience (PRE). En 2020 se impuso en la general de la GTWC America Am Class y en 2021 hizo lo propio en la GTWC America Pro Am. En el Campeonato del Mundo de Resistencia FIA (WEC) pilotó el Porsche 911 RSR en la categoría GTE-Am. Por último, en 2023 se impuso en la categoría LMP2 en las 24 Horas de Daytona.
Su colección privada atestigua que su amor por Porsche no se limita a las carreras. Ha conservado su primer 911, el Turbo modificado. Actualmente, su garaje incluye un 718 Spyder, un 911 GT3 y un GT3 RS (ambos 992), además de un GT2 RS (991). «Cada uno de los 911 me transmite esa sensación característica especial, pero con pequeñas diferencias entre ellos», explica. También tiene dos 918 Spyder. «¡Es un coche fabuloso!». Además, se entusiasma al describir el carácter del Carrera GT, también de edición limitada, del que posee hasta cinco ejemplares. «Para mí, es el superdeportivo analógico definitivo».
En el currículum de Fred Poordad, la medicina y el automovilismo forman una simbiosis. Este es su diagnóstico inspirador: «En las dos disciplinas hay que trabajar a conciencia y con precisión, prepararse a fondo, aprender continuamente y evolucionar.»
Datos de consumo
911 GT3
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13.0 – 12.9 l/100 km
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294 – 293 g/km
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G Class
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G Class
911 GT3 RS
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13,2 l/100 km
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299 g/km
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G Class
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G Class