Karma Carrera

Existe un fuerte vínculo natural entre John Oates y Porsche: el músico nació en abril de 1948, el mismo año que el primer deportivo de la marca, el 356 «Nr. 1» Roadster. 75 años de automóviles deportivos Porsche, 75 años de John Oates. Encaja. A partir de los años 70, el estadounidense alcanzó fama mundial como parte del dúo de pop Hall & Oates y dejó huella en el mundo de la música. Y aún hoy sigue dando conciertos. Es su pasión, su arte. El sueño que le impulsa. Se reinventa constantemente, como Porsche.

El actual miembro del Rock and Roll Hall of Fame, vio por primera vez un Porsche 356 cuando tenía cinco años, el principio de una relación para toda la vida. Más tarde, cuando le llegó el éxito musical, siguió su pasión. «Acababa de ganar mi primer dinero en el negocio de la música y pasé por delante del concesionario Porsche de Beverly Hills. Allí vi un 911 Turbo», recuerda, «rojo con llantas BBS doradas. Acabé recorriendo todo el país con él dos veces».

Se fueron abriendo más puertas. El dúo Hall & Oates que fundó junto a Daryl Hall se convirtió en uno de los más exitosos de todos los tiempos. Crearon hits mundialmente conocidos como Maneater o Out of Touch y vendieron unos 40 millones de álbumes en cinco décadas. En una gira por Alemania a principios de los 80, la fascinación de Oates por Porsche alcanzó su punto álgido al conocer al piloto Richard Lloyd. «A él le encantaba la música, a mí las carreras», afirma Oates. Lloyd le organizó una visita a la fábrica de Stuttgart-Zuffenhausen y Oates conoció allí a un miembro del departamento de pedidos especiales. Aprovechó la oportunidad para amoldar a sus deseos un flamante 911 Carrera 3.2 y lo encargó con una pintura personalizada en blanco perla, llantas Fuchs negras e interior de cuero en gris paloma.

Oates disfrutaba mucho al volante de su 911 y lo llevó a su primera cita con la que hoy es su esposa, Aimee. En torno al coche se acumularon un sinfín de recuerdos. Sin embargo, años más tarde decidió reducir su colección y se deshizo del Carrera. Al poco tiempo se arrepintió. Intentó buscarlo, pero no encontró ni rastro del 911. Pasaron los años y Oates continuó su búsqueda en solitario. Nunca pudo olvidar el Carrera perdido.

Con su esposa Aimee, ahora conduce otros modelos Porsche. La colección de Oates incluye un 911 S del año 1967 y un 911 Turbo (964). Aimee se compró hace poco un Macan GTS en verde pitón. «Soy diseñadora floral», explica, «me gusta el color». A veces también lleva en el Macan plantas para «el jardín mágico inspirado en el zodiaco» —como lo llama su marido— que rodea su casa a las afueras de Nashville, Tennessee.

Por su 25.º aniversario decidieron que el mejor regalo no sería para ellos mismos, así que donaron al The Amelia Concourse d’Elegance un Tiga SC84 Sports 2000, un coche de carreras de los años 80. «Y cuando regalas cosas», comenta John Oates, «a veces las cosas vuelven».

Poco después, la pareja descubrió en un sitio de subastas un Porsche 911 Carrera fabricado en 1984. Según el anuncio, «supuestamente un coche hecho a medida para John Oates». Sin duda, era su antiguo 911. Oates entró en la subasta, y la puja anónima fue una experiencia angustiosa para él. Pero el destino fue benévolo y consiguieron comprar de nuevo aquel 911 al que estaban tan unidos. «Lo genial es que el coche estaba prácticamente intacto y sin haberse conducido. Como de una máquina del tiempo», recuerda Oates. Para conservar el coche, encargó una pequeña revisión mecánica a Porsche Classic. Bautizaron su nuevo-viejo 911 como Karma Carrera. «Este coche representa el tiempo que hemos pasado juntos», afirma entusiasmado. «Un ejemplar único que legaremos a nuestro hijo. Una reliquia».

Hasta entonces, John Oates seguirá acudiendo a menudo con el Karma Carrera a eventos de la comunidad Porsche. «Siento un vínculo especial y me encanta formar parte de ello». Cuando quiere desconectar, recorre la extensa campiña de Tennessee. «Conducir es como una terapia. Salgo temprano por la mañana y despejo la mente. Sin radio, solo los sonidos del coche». Porque eso también es música para sus oídos.