Pasiones 

Casi 50 años antes de que el primer Taycan llegara a España, aquel Porsche eléctrico a escala 1:32 seguro que ya hizo soñar a más de uno de los actuales propietarios del Taycan, el que se ha convertido en el referente de los vehículos deportivos cero emisiones. El Scalextric pasó a ser el sueño de muchos niños y niñas, entre ellos el que escribe estas líneas. La petición principal, y en la mayoría de los casos la única, de la carta a los Reyes Magos, año tras año. También se convirtió en el nombre genérico (y erróneo) con el que pasamos a denominar todos los coches eléctricos a escala 1:32 que circulan por una pista de la que reciben la electricidad.

El slot, que es como debe llamarse esta afición, sigue siendo la pasión para muchos adultos de hoy en día. Una afición/pasión que ha ido mucho más allá de la idea con la que surgió hace varias décadas de ser un juguete más o menos sofisticado. Aquel (caro) juguete de los años 60 ha evolucionado hasta convertirse en una afición que también se ha hecho más sofisticada y realista gracias a la tecnología.

Porsche y el slot, una relación muy estable

Alrededor del slot han surgido espacios y comercios especializados, como Diego Colecciolandia de Madrid, que nos ha proporcionado la selección de los vehículos para este reportaje, muchos de ellos ya descatalogados. Estos especialistas son también «preparadores» a escala ya que asesoran a sus clientes y comercializan recambios, piezas especiales para los campeonatos nacionales de slot. Incluso fabrican cortas series limitadas de modelos que no se encuentran en los catálogos de las marcas habituales.

Los Porsche ‘made in Spain’

Los que no son aficionados al slot pueden pensar que la única marca española fabricante de estos pequeños bólidos eléctricos es la que nos hizo soñar desde los años 60, pero existen otras ocho empresas dedicadas a alimentar esta pasión. Scalextric-Exin fue la primera, pero tuvo que pasar una década desde que empezaron a vender sus pistas y coches en España, hace 61 años, hasta que se puso a la venta el primer Porsche fabricado en nuestro país. Ese primer Porsche español y eléctrico fue el mítico 917 en varios colores y sin ninguna decoración más que los números situados en los laterales y el capó delantero.

A partir de ese momento Porsche se convirtió en una de las marcas protagonistas de la firma, que ha ido cambiado de propietarios y de nombre a lo largo de estos años. Los Porsche de todas las disciplinas deportivas son numerosos en el catálogo de esta marca que todo el mundo conoce. Durante alguna de sus etapas, sus coches estaban más cerca de ser catalogados como juguetes por su calidad, ya que no estaban realizados con la fidelidad que exigen los aficionados al slot. Años más tarde firmas como Ninco, Fly Car Model, Spirit Hobby Models (inactiva), Fly Slot Cars (inactiva), SRC Solt Racing Company, Cartrix, Falcon Slot (inactiva), Avant Slot y Slotwings empezaron a fabricar en nuestro país diferentes modelos Porsche eléctricos a escala 1:32, siguiendo la estela de la mítica Scalextric.

Pilotos y patrocinadores españoles

Aunque las marcas españolas de slot hayan reproducido los Porsche más famosos de la historia, también han dado vida a otros menos conocidos internacionalmente pero que han tenido a pilotos o marcas españolas como protagonistas. Valgan como ejemplos dos modelos de Fly Car Model, los 911 de rally de Beny Fernández o el 934 con publicidad de Lois, la marca española de vaqueros, que en 1979 corrió las 24 Horas de Le Mans con una mujer, la francesa Anny-Charlotte Verney, como piloto principal, y que acabó en el 19º puesto de la general. Otro Porsche poco conocido es el 907 L de las 24 Horas de Le Mans 1968, que fue pilotado por Alex Soler Roig y que reprodujo fielmente la marca SRC.

Scalextric también dio forma a los Porsche 962 C de Jesús Pareja en Le Mans 1986 y 1987 con las publicidades de Repsol y Fortuna respectivamente. Estos fabricantes españoles han recogido una parte de la historia de Porsche en España, aunque sea a escala, alimentando la ilusión de varias generaciones. Más de cinco décadas después de que aquel primer Porsche eléctrico apareciera en España, los deportivos de Stuttgart movidos por electricidad siguen haciendo soñar a niños y adultos con un mundo de pasión y emoción que no sabe de escalas.