El guardián del tesoro
En un garaje lleno de leyendas, una destaca sobre las demás: el Porsche 935, con 800 CV y sin sistemas de asistencia.
Al lado de Le Mans, casi todo lo demás queda ensombrecido», deja claro Bruce Meyer desde el principio. Exactamente cien años después de que se celebrara por primera vez la carrera de 24 horas, el californiano quiere mostrarnos un vehículo muy especial: el ganador absoluto de 1979. Pero el inversor inmobiliario, que se ha labrado un nombre en la industria del automóvil, nos enseña antes su garaje. Allí se encuentran algunos de los vehículos más significativos del mundo.
«Siempre me ha fascinado la competición», revela Meyer. «La idea de la competición despertó directamente mi entusiasmo por Porsche». Tras la entrega de su primer modelo, un 356, comenzó su historia de amor con la marca. Meyer, de 81 años, ha poseído y conducido innumerables modelos de Porsche a lo largo de más de seis décadas, desde coches de carretera como el 356 A Speedster, que más tarde vendió a Steve McQueen, hasta un 911 Turbo (993) del año 1996, pasando por el 911 GT3 (992) con paquete Touring.
Su garaje de Beverly Hills es la prueba de su pasión por los coches en general y por Le Mans en particular, incluido un gran número de destacados Porsches, algunos de los cuales también se expusieron en el Petersen Automotive Museum, del que Meyer fue cofundador en 1994.
Como el 911 Carrera RSR 2.8 del año 1973: con este bólido de Brumos, Peter Gregg y Hurley Haywood se hicieron con la victoria en las 24 Horas de Daytona de ese mismo año y consiguieron así la primera victoria internacional de resistencia con un 911. Al final de la temporada se logró la victoria en la general de la serie de carreras Trans-Am y en el IMSA GT Championship. Hoy, sin embargo, nos interesa otro coche del garaje de Meyer: el Porsche 935 K3 de Kremer. Con Klaus Ludwig, Don Whittington y Bill Whittington al volante, el 935 se convirtió en 1979 en el primer coche con motor trasero en conseguir el primer puesto en Le Mans. Y el único bólido basado en el 911.
Con su frontal anguloso, sus agresivas aletas, su zaga fuertemente definida y su llamativo alerón trasero, el 935 tiene un aspecto impresionante. «Kremer habría hecho cien cambios para ganar siquiera un uno por ciento de ventaja», afirma Meyer. Un sinfín de pequeños detalles ayudaron a alcanzar velocidades máximas, desde los retrovisores ajustados hasta el diseño con vierteaguas.
No obstante, por importantes que sean los detalles, el alma de esta máquina es su motor bóxer biturbo de 6 cilindros y 3,0 litros. Tenía que ser capaz de sustentar maniobras de adelantamiento explosivas, ofrecer altas velocidades durante horas y horas y ser sensible al mismo tiempo. «El 935 tiene unos 800 CV y carece de sistemas de asistencia», explica Meyer. «Para mí no hay mejor coche de carreras 911 refrigerado por aire». Como todos los coches de la colección de Meyer, también hay que mover el 935 y aparece en encuentros importantes como el Pebble Beach Concours y el Amelia Island Concours, donde ha ganado varios premios.
En su juventud, Meyer compitió en carreras tanto de coches como de motos. Por eso conoce sus límites. «El 935 ya ganó Le Mans, así que no puedo añadir nada mejor a su historia», dice. «Cuando lo conduzco no piso a fondo, eso seguro».
Como gran aficionado a los coches, Meyer también vive el estilo de Porsche más allá de los bólidos extravagantes. Él, su esposa Raylene —con la que lleva casado 53 años— y sus tres hijos también disfrutan en su vida cotidiana utilizando modelos de Porsche más recientes. Sin embargo, cuando Meyer sale a la carretera en uno de los ejemplares que han hecho historia en el automovilismo, siente un placer especial. «Ya he recorrido todo el país dos veces con el 935», comenta Meyer. «Y en septiembre participará por tercera vez en la Porsche Rennsport Reunion». El evento que se celebra en el WeatherTech Raceway Laguna Seca, en California, es el mayor encuentro del mundo de bólidos clásicos de Porsche. «Me siento muy honrado de poder cuidar este coche», afirma Meyer, que tiene su propia filosofía como coleccionista. «Nadie se lleva estos coches al más allá, así que no somos dueños de nada de ellos. Aunque sí podemos disfrutarlos mientras vivimos».
75 años de Porsche
El Museo Petersen de Los Ángeles celebra los 75 años de los deportivos Porsche.
¡Descubra la exposición WE ARE PORSCHE y a Bruce Meyer en el vídeo!
Datos de consumo
911 GT3 Touring
-
12,9 l/100 km
-
293 – 292 g/km
-
G Class
-
G Class