¿Cómo hacer los eFuels realmente sostenibles?

Gracias a los combustibles sintéticos regenerativos, los motores de combustión pueden funcionar potencialmente de forma casi neutra desde el punto de vista del CO₂, siempre que los eFuels se produzcan con energía renovable.

   

Condiciones ideales:

Condiciones ideales:

el viento sopla casi sin descanso sobre el árido paisaje del sur de Chile. La energía regenerativa obtenida se utiliza para la producción de combustibles sintéticos.

Nuestro planeta es rico en energía. En general, el sol y el viento son recursos inagotables. Pero a nivel local las cosas se ven distintas. Las regiones donde no hay mucho viento o sol no pueden cubrir su demanda energética con estas fuentes o solo lo hacen de forma parcial. En Alemania, las turbinas eólicas solo funcionan de media unos 66 días al año a plena carga. Según la Agencia Federal de Redes, en 2022 constituyeron el 25,9 % de la corriente consumida. En los vehículos eléctricos, parte de esta energía renovable hace una importante contribución al balance ecológico de la movilidad. Sin embargo, en todo el mundo existen 1300 millones de vehículos que van a seguir circulando muchos años con motor de combustión, y se necesitan otras soluciones para usarlos de forma ecológica. Por ejemplo, combustibles producidos sintéticamente y neutrales para el clima, conocidos como «eFuels». Porsche se compromete a ello con una nueva planta de producción en Sudamérica.

Todo listo:

Todo listo:

en la planta de producción de Haru Oni, en la localidad chilena de Punta Arenas, se deben producir al año durante la fase piloto unos 130 000 litros de eFuels.

Proyecto piloto en la Patagonia

Punta Arenas está en el extremo sur de Chile, en la región de la Patagonia. La gran ciudad más meridional del mundo, con sus aprox. 130 000 habitantes, se considera el centro comercial más importante en la costa oeste del estrecho de Magallanes y destaca por su emplazamiento ventoso. Allí soplan incesantemente fuertes vientos casi siempre desde la misma dirección sobre el paisaje árido. Su fuerza convierte en extrañas esculturas a los árboles, que se conocen como «árboles bandera». 

Pero hasta ahora no se utiliza la energía eólica. Sin embargo, podría impulsar turbinas eólicas a máxima capacidad 270 días al año. Porsche desea aprovechar este tesoro con socios internacionales y ha adquirido una participación del 11,6 por ciento en la empresa chilena Highly Innovative Fuels (HIF). El objetivo es emplear la energía eólica local para producir combustibles sintéticos. La planta de producción inaugurada en diciembre de 2022 en Punta Arenas se llama Haru Oni, que en el dialecto local significa «tierra de los vientos». Ya en la fase piloto actual figuran en el plan de producción 130 000 litros de eFuels al año.

Circular:
durante el proceso de producción se filtra dióxido de carbono (CO₂) directamente del aire ambiente. En último término, el combustible final está formado solo por CO₂ y agua y se puede repostar en un surtidor normal.

Combustible a partir del aire y el agua

La disponibilidad permanente de electricidad verde es tan importante porque en el primer paso de fabricación de los eFuels se necesita una gran cantidad: la electrólisis para la obtención de hidrógeno. El agua (H₂O) es un compuesto químico muy estable. Dos átomos de hidrógeno (H) componen una molécula de agua junto con un átomo de oxígeno (O). Para separar el hidrógeno de esta relación se requiere mucha energía. Dado que el viento patagónico la ofrece incesantemente, allí se puede generar hidrógeno sostenible y a buen precio, mientras que en las regiones con menor riqueza energética se debe emplear la corriente generada directamente en aras del bien común.

Además de hidrógeno, para la producción de eFuels se necesita otro componente: dióxido de carbono (CO₂), el gas de efecto invernadero que fomenta el calentamiento global si hay demasiada concentración en la atmósfera. Este CO₂ se puede filtrar mediante Direct Air Capture (lo que equivaldría a «obtención directa del aire ambiente»). Para ello, el aire fluye por un filtro de cerámica similar al catalizador de gas de escape de un coche. Por otra parte, los canales de flujo no se cargan con metales preciosos, sino con una sustancia química que liga moléculas de CO₂. Una vez que están ocupados todos los puestos donde puede acoplarse CO₂, el filtro se cierra, se somete a vacío y se calienta. El CO₂ se disuelve en el calor y puede absorberse en un depósito. En concreto, para un litro de eFuel se extrae el hidrógeno de tres litros de agua marina desalinizada y el CO₂ de 6000 metros cúbicos de aire.

Preparación y uso de eFuels

A continuación, una planta de síntesis se encarga de unir el hidrógeno y el CO₂. Así surge el metanol. Presenta buenas propiedades para el almacenamiento y el transporte y es resistente al envejecimiento. Actualmente se están remodelando los motores de los barcos para el funcionamiento con metanol. Para el uso en turismos, sin embargo, debe reprocesarse e incorporar compuestos de carbono adicionales en la síntesis final de metanol a gasolina. Los productos finales son sustitutos de la gasolina y el gasóleo y los eFuels que se mezclan en los combustibles convencionales basados en petróleo para que tengan una proporción cada vez mayor de sustancias inocuas.


La idea

Esta misma década, la producción en Punta Arenas debe subir hasta 550 millones de litros de eFuels al año.

Por tanto, el combustible producido en Chile está hecho íntegramente de aire y agua. Se puede comercializar en la red de gasolineras mundial. También es muy importante el hecho de que todos los motores de combustión pueden repostar eFuels, desde coches de época hasta modernos coches de carreras. Cuando haya suficiente disponibilidad, en la combustión ya no se emitirá más CO₂ del que se toma del aire ambiente en el proceso de producción. Esto cerraría el círculo. De aquí a mediados de la década, en Punta Arenas se debe aumentar la producción anual a 55 millones de litros de eFuels. Dos años después, la capacidad debe ser ya de 550 millones de litros y seguir ampliándose continuamente. Al fin y al cabo, esto equivale al 1,2 por ciento del consumo de carburante de los turismos en Alemania. Un inicio con un gran potencial.

Heike Hientzsch
Heike Hientzsch