Lap Time: incertidumbre hasta el final

Doce victorias en 16 grandes premios: el Campeonato Mundial de Fórmula 1 de 1984 fue una marcha triunfal para los McLaren-TAG-Porsche. 

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Propulsados por el biturbo V6 compacto de 1,5 litros obra del constructor de Porsche Hans Mezger, los compañeros de equipo Niki Lauda y Alain Prost se batieron en un reñido duelo por la corona del campeonato mundial. Ya en su primera temporada completa, el paquete de potencia salido del centro de desarrollo de Porsche en Weissach arrasó a los competidores con una potencia superior en torno a los 750 CV, combinada con un bajo consumo de combustible y unas magníficas características en cuanto a fiabilidad y maniobrabilidad.

Los compañeros de equipo se convirtieron en acérrimos rivales. Al inicio de la temporada, el experto Lauda ya tenía en su haber dos títulos de campeón a sus 35 años y acababa de regresar a la categoría reina tras la insistencia del jefe del equipo, Ron Dennis. Prost, seis años más joven, ansiaba su primer título y dejaba casi siempre atrás a Lauda en las rondas de clasificación. Una vez superadas 15 de las 16 carreras del mundial, Lauda tenía cinco victorias en su haber y Prost se había impuesto seis veces. En la clasificación de pilotos, Lauda iba por delante con 66 puntos frente a los 62,5 del francés. Por tanto, todo quedó en el aire para el emocionante desenlace de la temporada en el circuito portugués de Estoril.

Para acabar victorioso toda una temporada jugando al gato y el ratón, Lauda tenía que llegar a meta segundo en caso de que Prost se hiciera con el triunfo. Sonaba factible. Sin embargo, la ronda de clasificación fue un desastre para el austríaco: saldría el undécimo en la parrilla. Por su parte, Prost había obtenido el segundo lugar. El patrocinador principal de la escudería creía en las posibilidades del francés y ya había impreso pósteres con Prost como campeón.

¿Y Lauda? Lauda creía en sí mismo.

Y así empezó un thriller apasionante. Prost se puso en cabeza tras adelantar a Nelson Piquet, que había salido desde la pole, y también ganó sendos duelos contra Nigel Mansell y Keke Rosberg. Lideró la carrera a partir de la novena vuelta. Lauda, sin embargo, estaba en problemas. Parecía que justo aquel día el turbo había decidido no desplegar toda su potencia. Con espíritu de lucha, Lauda consiguió hacer los primeros adelantamientos, y en la vuelta 18 ya ocupaba la séptima posición. Más tarde, él mismo contaría cómo su coche había ido cada vez más y más rápido en la fase decisiva de la carrera. Tras poner toda la carne en el asador, después de 33 vueltas fue acortando el hueco que le separaba de Mansell, el segundo clasificado. Entonces llegó la vuelta 51, donde el británico tuvo problemas: los frenos de su Lotus fallaron y tuvo que entrar a boxes, lo que le permitió a Lauda ganar una posición y colocarse segundo detrás de Prost.

«Portugal 1984 fue la carrera de mi vida.»

Niki Lauda 

Pero aún no había nada decidido. Las 19 vueltas restantes no despejaron la incertidumbre hasta el final. El problema con el turbo había hecho mella en la aguja del depósito. ¿Tendría gasolina suficiente? Lauda no podía saberlo, solo le quedaba esperar. Por fin, tras 70 vueltas, cruzó segundo la línea de meta. Lauda se convirtió en campeón del mundo con una ventaja de solo medio punto, la más ajustada de la historia, un récord vigente hasta el día de hoy. Fue para él su tercer y último título de Fórmula 1. El equipo también se impuso en la clasificación de constructores con 143,5 puntos, seguido por Ferrari con solo 57,5.

Comenzó así una época triunfal para McLaren-TAG-Porsche. El equipo se alzaría con el título en el Campeonato Mundial de Fórmula 1 también los dos años siguientes. Había llegado por fin la era de Alain Prost.

21.10.1984

Gran Premio de Portugal, Estoril 
Niki Lauda
4,35 kilómetros,
longitud del circuito
McLaren-TAG-Porsche MP4/2

Heike Hientzsch
Heike Hientzsch