La tierra natal como inspiración
El mundo del arte internacional se rinde entusiasmado ante Nelson Makamo. Sus expresivos cuadros se pueden apreciar en las paredes de museos de renombre y de destacadas colecciones privadas. Y acaba de hacer realidad uno de sus sueños: comprarse un Porsche 911… que ha usado para crear una obra de arte y lanzar un mensaje.
«Cada persona que conocemos nos influye de algún modo». Nelson Makamo
El viaje a las raíces del poético arte de Nelson Makamo nos conduce hasta Modimolle, en la provincia de Limpopo, al norte de Sudáfrica. La localidad, que se aposta bajo el macizo de Waterberg, es la tierra natal de Nelson Makamo. Aquí nació en 1982 y por aquí conduce ahora su nuevo Porsche 911 Carrera radiante y cauteloso por la pista de tierra.
Al llegar a casa da un abrazo a su madre. «Quiero que ella sea la primera en sentarse en el asiento del copiloto». No en vano, fue ella, Emily Mapula Maoto, quien detectó su talento creativo a temprana edad. Fue ella quien le compró sus primeros utensilios de pintura y quien le apoyó económicamente hasta donde su modesta situación se lo permitió.
«Quiero que los niños entiendan que sus sueños tienen una oportunidad». Nelson Makamo
Makamo pudo estudiar diseño gráfico en el reputado Artist Proof Studio de Johannesburgo, unos 200 kilómetros más al sur. Encontró un estilo propio. Tras varias exposiciones regionales, sus obras han viajado también a Europa y Estados Unidos. Personalidades como Oprah Winfrey, Annie Lennox o Giorgio Armani han adquirido cuadros suyos. En 2019, fue el autor de una cautivadora portada para la revista Time. Titulada The Art of Optimism («El arte del optimismo»), muestra a su primo Mapule Maoto, de 11 años. Enmarcada por la fina montura de unas grandes gafas, el símbolo universal de la sabiduría, su mirada atrapa al espectador de inmediato.
Durante mucho tiempo, el trabajo de Makamo se centró en representar niños. Tiene la convicción de que todo ser humano nace con rasgos de genio y que es el entorno en el que crecemos lo que determina el desarrollo de esas aptitudes innatas. «A lo largo de la vida, muchas veces vamos olvidando el milagro que supone ser un ser humano», explica. «Los niños ponen de manifiesto precisamente eso cuando aún no están condicionados». Con sus obras no busca un resultado naturalista, lo que pretende es capturar la belleza de ese primer instante al encontrarnos con alguien. Esos rostros infantiles con gafas es lo que le ha granjeado la fama mundial. Y, del mismo modo que sus modelos han ido creciendo en la vida real, también su arte ha evolucionado. Lo que ha permanecido intacto es su intensa observación de las personas y la espontaneidad en la creación. La ausencia de planificación le permite transmitir emotividad con autenticidad.
En Modimolle, el 911 no es lo único que atrae las miradas. A su sonido y su exclusividad, se suma ahora el arte. Alegres figuras de colores alineadas adornan la zaga del vehículo. Makamo las diseñó expresamente para su recién adquirida joya. «La idea es que esas figuras saluden a todo aquel que circule detrás de mí, que le digan que la vida es maravillosa», explica. «La vida es un viaje: las personas representan la vida».
El artista se enamoró de las formas de los 911 cuando aún era un niño. «Siempre tuve claro que, si algún día podía permitirme un deportivo, sería un Porsche». Ese día ha llegado. Las opciones del configurador se le quedaron cortas, así que Makamo convirtió el coche de sus sueños en el lienzo más preciado sobre el que jamás había posado su pincel. Tras la llegada del Carrera a Johannesburgo, el artista hizo desmontar algunas piezas para poder transformarlas en su estudio. El difusor trasero y los retrovisores exteriores son los elementos cuya decoración es visible desde el exterior. En cuanto al interior, pintó en gran formato la parte posterior del respaldo de los asientos y colocó obras de arte en el salpicadero, la consola central y las puertas. La idea inicial de representar estaciones de su vida fue rápidamente descartada. Mientras celebraba su cumpleaños en Modimolle con su madre, se dio cuenta de que eran las personas más importantes de su vida quienes debían acompañarle en sus viajes. Las figuras son para él personas concretas, pero a través del proceso de abstracción las ha convertido en representantes de todos los seres humanos para que todos podamos vernos reflejados en ellas.
«Dediqué mucho tiempo a pintar cada una de ellas. Este proceso hizo crecer aún más mi apego por el coche». Recuerda el instante en que destapó el vehículo tras haber montado de nuevo las piezas como uno de los mejores momentos de su vida. «Una experiencia emocionante, imposible de pagar con dinero».
Desde el primer momento tuvo claro que el primer paseo con su recién creada obra sería por Modimolle. Con una buena razón: «No siento la necesidad de demostrar mi éxito ni a mi madre ni a nadie. Lo que sí quiero mostrar a todo el mundo es cuánto me inspira mi tierra natal. Aquí todo el mundo me conoce, y yo los llevo a todos dentro de mí. Con esta nave espacial quiero transmitirles a los niños algo muy bonito. Quiero que entiendan que soy parte de ellos, que comprendan que sus sueños están justificados, que tienen una oportunidad». Makamo ha denominado su proyecto 911 My Life in Motion («Mi vida en movimiento»). Porsche acompaña el proceso artístico bajo el lema Paint Your Passion («Pintad vuestra pasión»).
«La vida es un viaje: las personas representan la vida». Nelson Makamo
El mensaje de Makamo no es en absoluto que en la vida todo sea fácil, que solo con desearlo puedas conseguirlo todo. «Picasso, Van Gogh, deportistas de élite o músicos famosos: todos ellos lucharon y luchan muchísimo y tienen momentos en que lo pasan francamente mal. Lo que yo quiero es motivar a los niños para que aprendan y se esfuercen». Y no solo en la escuela, sino también en la vida, guiados por su propia curiosidad. «Cada persona que conocemos nos influye de algún modo, por poco que sea. Son precisamente las diferencias entre nosotros las que nos hacen interesantes de cara a los demás».
Nelson Makamo entiende el concepto de hogar como un lugar de libertad para el desarrollo individual. Así es como creció él. «De quien más he aprendido en la vida es de mi madre. Tiene un corazón enorme, nunca me ha juzgado, me enseñó a apreciar el valor de las personas». En cierto modo, ella ya está a bordo de la obra de arte rodante incluso antes de montarse en ella: al abrir la puerta, ahora en Modimolle, se puede leer la palabra Mma, «madre» en sepedi, una de las 11 lenguas oficiales de Sudáfrica y la voz de su tierra natal.
Datos de consumo
911 Carrera
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10.8 – 10.3 l/100 km
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245 – 233 g/km
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G Class