El equipo Ikuzawa

La diseñadora Mai Ikuzawa reside en Londres con su familia desde hace décadas, pero conserva intacto el vínculo con la ciudad que la vio nacer, Tokio. Allí vive su padre, la leyenda del automovilismo Tetsu Ikuzawa. Ambos comparten su excéntrica pasión por los automóviles.

   

Marca de la casa:

Marca de la casa:

la grulla de Tetsu Ikuzawa, de viaje por el mundo.

La corona roja de una hermosa y singular ave es la responsable de su nombre en inglés: red-crowned crane. La grulla japonesa es un ave acuática que habita entre los esbeltos juncos de las áreas pantanosas de Hokkaido, la isla septentrional de Japón. En comparación con otras grullas, la japonesa no es muy amiga de los desplazamientos. Su imagen, sin embargo, se pudo ver en los años sesenta y setenta por todo el planeta en los circuitos de Silverstone, Le Mans y Nürburgring. Era el símbolo de Tetsu Ikuzawa.

La vida del ex piloto oficial de Porsche y propietario de equipo de la Fórmula 1 ha inspirado varios libros e incluso alguna película. Su colección de automóviles cuenta con coches de carreras famosos, entre los que se cuentan varios Porsche 911 de la generación 964. Tetsu los tiene en una nave de Tokio junto con otros objetos de su época de piloto, que guarda cuidadosamente archivados como oro en paño. Unos recuerdos que, algún día, heredará su hija Mai. Ella ya ha empezado a recopilar las historias de su célebre progenitor con vistas a conservarlas para el futuro. @teamikuzawa su altavoz en Instagram. El emblema del «equipo Ikuzawa» es de color rojo. ¿Cuál si no? Acompañando la descripción de los productos de la tienda se puede leer la frase «Choice of Racing Enthusiasts».

Cuando Mai nace, su padre, Tetsu, se encuentra luchando por el primer puesto en el circuito internacional de Fuji. La feliz nueva resuena a través de los altavoces: «¡Es una niña!». El padre celebra el nacimiento ganando la carrera.

«Estoy convencida de que, en realidad, él quería un niño. Un niño que siguiera sus pasos y con el que poder correr en el futuro», asegura Mai Ikuzawa. «Pero al no ser así, no le importó», apostilla. Mai creció como hija única de la pareja y se crió al albor del rápido estilo de vida y las extravagancias de su progenitor. «De niña siempre acompañaba a mis padres a las carreras. Pasé mucho tiempo en el box y la casa rodante del equipo. Mis niñeras eran los mecánicos de mi padre», explica. Tetsu poseía ya entonces una llamativa flota de vehículos. «Parece que aún estoy viendo la expresión de asombro en los rostros de los otros padres cuando, el día del deporte, nos presentamos en mi escuela en un coche con el diseño negro y dorado de John Player Special como ‹equipo Ikuzawa›», cuenta con una sonrisa. La preparación para distintos tipos de pruebas también es parte de su educación desde bien temprano: «Cada salida en bici, aunque fuera al supermercado, terminaba en una carrera con mi padre». Por su parte, Tetsu, que hoy tiene 79 años, es hijo del artista Rou Ikuzawa y creció rodeado del amor por el arte y el diseño. Estudió diseño automovilístico en la Universidad de Nihon de Tokio en 1961 y llegó a diseñar un prototipo estilo coupé que denominó TETSU 1000 GTR.

Una fotografía legendaria es la llamativa prueba de su excéntrico estilo y sus inclinaciones cromáticas. La instantánea fue tomada en 1969 en Londres, cerca del Regent’s Park, el mismo lugar donde hoy se encuentra su hija con un Porsche Cayenne E-Hybrid Coupé. En la imagen se puede ver a un joven Tetsu apoyado en su 911 Targa de color amarillo. Melena larga, gafas de sol y un voluminoso abrigo de piel afgano por debajo de las rodillas. Aunque podría parecer la portada de una revista, es solo una fotografía privada que le hizo un amigo que simplemente quería probar su cámara nueva. La casa de entonces de Ikuzawa estaba justo detrás del parque. Se acababa de trasladar a Europa justo después de ser nombrado piloto oficial de Porsche. El Targa amarillo era un regalo que se había hecho a sí mismo. No supo cuánto significaba para él hasta muchos años después de venderlo. Entonces comenzó a buscarlo por tierra, mar y aire, y lo encontró, por fin, pintado de negro en un viejo granero. La historia de amor por un 911 que Mai ha querido recordar recreando la pose de su padre para el Christophorus.

1969 y 2021:

1969 y 2021:

dos Ikuzawa y dos Porsche en el Regent’s Park de Londres.

Tras la temprana separación de sus padres, Mai se muda con su padre a Inglaterra a la edad de nueve años. Asiste a la elitista Charterhouse School y se licencia con matrícula en diseño gráfico en la Central Saint Martin’s, una renombrada escuela de arte. Padre e hija viven a caballo entre Londres y Tokio durante mucho tiempo. Al final, Mai se establece en la metrópoli inglesa por ser un referente internacional para gente joven en cuanto a creatividad y vídeos musicales. Su trabajo en una agencia de publicidad no la satisface: «Demasiado convencional». Todavía muy joven, funda su primera empresa. Lo que empieza como una pequeña start-up en su propio salón, pronto se convierte en una agencia con 15 empleados. «Nuestro estudio de Clerkenwell era grande y con estilo. Diseños de Dieter Rams por todas partes. Yo trabajaba prácticamente 24 horas al día, muy a la japonesa. Sin embargo, me parecía un éxito muy de cliché». El esperado nuevo comienzo la lleva de vuelta a sus raíces: su padre y ella comparten una creatividad muy innovadora, amplios conocimientos técnicos, una imagen moderna de la mujer y una red internacional de talentos independientes. «Las personas más brillantes no suelen encajar bien en los corsés de nueve a cinco», explica Mai. Se ha labrado un nombre como directora creativa, diseñadora y gestora de marca. Dirige su exitosa agencia, Bow Wow International, de un modo muy distinto. Pone en contacto a artistas de renombre, gente pionera, precursora, vanguardista. Está especializada en el sector automovilístico, los deportes de acción y las marcas de lujo. «La cultura automovilística de Londres es una inspiración maravillosa. La gente usa sus coches clásicos en su día a día, aceptan sus pequeñas faltas». Conoce a los frikis de los coches de la ciudad, como, por ejemplo, Benedict Radcliffe, un artista que utiliza una técnica especial para crear siluetas de coches mediante alambres. Mai tiene una de las obras de su amigo en la oficina.

«Las personas más brillantes no suelen encajar bien en los corsés de nueve a cinco». Mai Ikuzawa
Amigo y fan de Porsche:

Amigo y fan de Porsche:

Mai Ikuzawa en el taller londinense de su amigo el artista Benedict Radcliffe.
«Es un regalo haber podido crecer paralelamente entre Inglaterra y Japón». Mai Ikuzawa
Remanso de paz:

Remanso de paz:

Mai Ikuzawa con sus hijos en la pagoda de la paz del parque de Battersea, en Londres.

«Es un regalo haber podido crecer paralelamente entre Inglaterra y Japón. Eso sí, tienes que enfrentarte a mucho elitismo y sexismo, pero eso te ayuda a desarrollar un estupendo sentido para la ironía y el humor negro», analiza mientras maniobra con el vehículo hasta situarlo exactamente en el mismo lugar donde posara su padre hace 52 años. Mientras el fotógrafo se prepara, vuelve a posicionarse: «Mi pasado cultural y mi presente, combinados con mi responsabilidad como madre, me abren los ojos para apoyar a mantener o establecer el contacto de las marcas con sus clientes en un orden mundial nuevo».

El tema de la igualdad de género ocupa gran parte de su discurso: «La industria sigue estando dominada por hombres y no termina de encontrar un mejor equilibrio. Para mí, es totalmente incomprensible. Nunca me he acobardado a la hora de enfrentarme con los mayores». Mai ha competido en carreras y es conductora especialista amateur. Más de un cliente ha vivido un viaje inolvidable al aeropuerto con ella al volante. «Desde que soy madre me he vuelto más prudente», admite. «¡Pero me gusta que mis hijos piensen que soy la madre más cool del mundo!».

Mai Ikuzawa mueve coches y motos siempre que puede. «Hablo, escribo y sueño con ello». Es miembro de renombrados tribunales del ramo, es una oradora buscada, e inicia y modera debates de discusión sobre vehículos y diseño.

Dice que de niña no sabía que su padre era una celebridad. No fue hasta la adolescencia cuando se dio cuenta del piloto pura sangre y pionero que tenía en casa: «En los años sesenta, un japonés alcanzando el éxito internacional en automovilismo era algo inaudito. Los prejuicios eran entonces más pronunciados que hoy, y pilotar coches de carreras, mucho más peligroso. Mi padre sobrevivió a la época más romántica y, al mismo tiempo, más mortal del automovilismo, con coetáneos como Jackie Stewart, Emerson Fittipaldi, Graham Hill y Jochen Rindt».

Equipo Ikuzawa:

Equipo Ikuzawa:

Mai guarda una pequeña parte de los recuerdos en su casa londinense.

La pandemia ha interrumpido el eje personal Londres-Tokio y ha reducido el contacto visual. Tetsu vive en un mundo mayoritariamente analógico: ambos se llaman mucho por teléfono y se escriben cartas. «Hace tiempo que no ceno con mi padre en pijama frente al televisor», lamenta. «Si estuviera aquí, estaría arreglando las bicis de mis hijos, como siempre», comenta mirando a sus hijos. Arto tiene 10 años, su hermano Milo, dos. «A Arto le encanta su abuelo... Aunque la trayectoria de su padre no se queda atrás», añade Mai. Su marido, Camille Jaccoux, fue doble de Pierce Brosnan en la película de James Bond El mundo nunca es suficiente y compitió con el equipo francés en los mundiales de esquí antes de crear su propia marca de esquí.

«Apellidarme Ikuzawa me ha abierto puertas, pero mi ámbito es muy competitivo y está dominado por hombres. He tenido y tengo que trabajar muy duro», enfatiza. Ha encontrado su sitio en la vibrante ciudad de Londres. Desde hace casi 10 años reside en Battersea. «Me encanta el entorno donde vivo». Es el mismo barrio de Vivienne Westwood y Lord Norman Foster. No muy lejos de allí se encuentra la Thomas’s Battersea School, donde van Jorge y Carlota de Cambridge, los bisnietos de Isabel II. Pero Mai se siente igual de apegada a la capital japonesa. «Tokio forma parte de mí. Estoy deseando poder volver. Aunque tenga que llevar un millón de zapatillas», comenta riendo. «Mi padre tiene unas zapatillas distintas para cada habitación. Sigue a pies juntillas esa parte de la cultura japonesa y es muy quisquilloso con la limpieza y el orden».

Visibilidad esporádica:

Visibilidad esporádica:

las vídeollamadas entre padre e hija no son habituales. Tetsu Ikuzawa prefiere las cartas.

Mai extiende el mono de carreras de su padre en el salón. Mentalmente, está a 6.000 millas de distancia. Cuando Tetsu vuelva a poner jazz en casa y Mai esté admirando las últimas conquistas de su archivo junto a su familia, todos habrán vuelto a estar de nuevo en el «equipo Ikuzawa» bajo el símbolo de la grulla japonesa. «Espero poder participar con mi padre en una carrera o un rally al volante de algún Porsche histórico. Queremos inspirar a otros», explica mientras dirige la mirada a su móvil, que ha empezado a sonar. «Oh, ¡mi padre! Parece que nos hubiera oído».

Bastian Fuhrmann
Bastian Fuhrmann