Lap Time: 2:00,800 min.

En 1966, a 120 kilómetros al suroeste de Tokio, se inaugura una instalación internacional muy especial: el Fuji Speedway. Dos años antes, Tokio acogió los Juegos Olímpicos de Verano, que en 2021 deben volver a celebrarse aquí. 

El Fuji Speedway es un espectacular circuito de alta velocidad. A una recta de 1,5 kilómetros le sigue una curva de máxima velocidad hacia la derecha con un peralte de 30 grados. Medirse con esta fuerte pendiente ondulada, llamada Daiichi, es pasear por el filo de la navaja. Sin embargo, al joven Tetsu Ikuzawa no le asusta. Este tokiota hijo de artista tiene un talento innato. Ha sido el primer japonés en atreverse a dar el salto a la Fórmula 3 británica. Para financiar la temporada allí, en mayo de 1967 espera que el Gran Premio de Japón le permita ganar la atractiva cantidad de 1,75 millones de yenes (en esa época unos 5.000 dólares americanos). A través del importador Mitsuwa alquila un Porsche 906 Carrera 6. Este coche de carreras de Zuffenhausen, homologado para carretera y con un motor de seis cilindros y dos litros, es ideal para ese circuito. Con un excelente tiempo por vuelta inferior a los dos minutos, Ikuzawa conquista la pole position.

Se produce un emocionante duelo entre Ikuzawa y Tadashi Sakai, que también conduce un Porsche 906. Ambos pilotos tienen 24 años, un gran talento y una enorme ambición. Son la esperanza nacional. Sakai logra una mejor salida, pero Ikuzawa lo doblega y lidera la carrera hasta la vuelta 18 de un total de 60. Entonces, Ikuzawa comete un error con las marchas: en lugar de pasar a tercera, mete la primera. Su inevitable trompo coloca a Sakai en cabeza mientras Ikuzawa pone rumbo al box para repostar. Sakai sigue una estrategia distinta de la de su rival. Conduciendo de manera más cautelosa espera poder superar la distancia de 360 kilómetros sin tener que repostar. Ikuzawa, que por el contrario no tiene que preocuparse por el consumo, ataca y vuelve a adelantar a Sakai en la vuelta 34. Sin embargo, cuatro vueltas después, Sakai vuelve a tomar la delantera. Ikuzawa contraataca en una peligrosa maniobra al comienzo de la monumental curva escarpada: amaga hacia la derecha, sorprende a Sakai por la izquierda ciñéndose al borde superior de la pendiente y le adelanta. Con ello logra un nuevo récord de vuelta de carrera: ¡2:00,800 minutos!

Para Sakai, la carrera termina cuando se le pincha una rueda a 250 km/h y da una vuelta de campana de la que sale prácticamente ileso. La suerte de Ikuzawa no solo radica en el dinero del premio, sino que, tras esta demostración de maestría, en la temporada de 1968 le confían los mandos de un vehículo oficial de Porsche.