(No) es uno de los nuestros

Corazón de la marca. Centro del mundo Porsche. Todo eso es el 911. Pero cada nueva generación debe, sobre todo, convencer a los aficionados. Por eso la ruta con el nuevo 911 conduce ahora a Weissach para ver a los «Amigos de los Motores Bóxer Refrigerados por Aire».

km 035–038
2. Weissach
3. Weissach

En Weissach Porsche desarrolla los deportivos del futuro. Pero en esta pequeña localidad situada al noroeste de Stuttgart también se cuida la tradición de la empresa. Aquí tienen su hogar los «Amigos de los Motores Bóxer Refrigerados por Aire» (FLB son sus siglas en alemán): un grupo deportivo empresarial para empleados de Porsche en activo o retirados que viven juntos su pasión por los deportivos clásicos de Zuffenhausen. Fundado en 2010 como un grupo recreativo de la empresa para organizar salidas tranquilas en coche, hoy los FLB son toda una institución en el universo Porsche. En sus encuentros y salidas se reúnen aprendices y leyendas de las carreras, directivos y jubilados.

En la clandestinidad:

En la clandestinidad:

los nuevos faros delanteros asoman curiosos bajo la lona.

Bernd Stadler, que dirige el desarrollo para la Exclusive Manufakturs, disfruta de los minutos previos al gran acontecimiento y cuenta que «en la empresa había grupos para todo tipo de actividades: ajedrez, yoga, voleibol… Pero curiosamente no había ninguno que se ocupara de los deportivos y de la historia de Porsche». Por eso Oliver Berg, director del proyecto Deporte del Motor para Vehículos GT de Carretera, fundó el grupo deportivo empresarial «Amigos de los Motores Bóxer Refrigerados por Aire». En 2011 creó la asociación del mismo nombre junto con Bernd Stadler: «De un día para otro, teníamos 100 miembros. Hoy son casi 600». Herbert Linge, ex piloto oficial de la marca y director de desarrollo con 90 años cumplidos, consiguió la nave para el taller y la sede del club correspondiente en la periferia de Weissach.

«De un día para otro, teníamos 100 miembros. Hoy son casi 600». Bernd Stadler
Auténticos entusiastas:

Auténticos entusiastas:

El grupo deportivo empresarial «Amigos de los Motores Bóxer Refrigerados por Aire» existe desde 2010. Sus copresidentes Oliver Berg y Bernd Stadler (dcha.) presentan orgullosos el espacio del club, al que ya han acudido grandes nombres del mundillo como Walter Röhrl o Magnus Walker.

Poco a poco se va llenando el recinto. Se han juntado más de dos docenas de miembros del club, la mayoría de los cuales ha traído un Porsche 911 clásico. Llega el gran momento. Stadler los congrega a todos con señas y les hace entrar en la nave. Allí, entre todos los demás deportivos, hay un coche cubierto por una lona negra. Hay quien frunce el ceño: ¿será que uno de los miembros no ha tenido cuidado al aparcar y ahora quiere ocultar los vergonzosos daños de la chapa? Stadler sonríe mientras retira la lona con la ayuda de Berg. Es el nuevo 911. Miradas perplejas, aplausos espontáneos… los entusiastas de Porsche se arremolinan en torno al invitado sorpresa.

«Hoy veo el nuevo Porsche 911 por primera vez», dice Herbert Linge visiblemente emocionado. Retrocede dos pasos y examina las proporciones del vehículo. «El arte de los diseñadores es que el nuevo nueveonce sea totalmente distinto y que no obstante en él se reconozca en seguida un Porsche 911. Es extraordinario que cada vez lo consigan de nuevo. Estoy ansioso por saber cómo se comporta en carretera».

Linge, que comenzó su carrera profesional como aprendiz en Porsche en 1943, tiene un Porsche 911 Targa de los años setenta y aún disfruta participando en las salidas que organiza el club. Entre los «Amigos de los Motores Bóxer Refrigerados por Aire» hay muchos otros coetáneos que antaño participaron decisivamente en el desarrollo de los modelos históricos. «Aquí tenemos gente fantástica que por ejemplo estuvo en las carreras de Le Mans en los ochenta», añade Peter Bäuerle, que fue responsable de Construcción Ligera en el Departamento de Desarrollo de Carrocerías y hoy organiza los encuentros como anfitrión de la peña.

Retirando la lona:

Retirando la lona:

los dos fundadores del club desvelan por fin el misterio que rodeaba al nuevo 911. Se palpa la emoción, todos los ojos están puestos en el invitado sorpresa.

«Cuando vienen aquí, traen álbumes de fotos y cuentan sus historias de entonces. Todos, desde el trabajador en prácticas hasta el gerente de proyectos, los escuchan absortos». Hans-Joachim Stuck y Walter Röhrl ya estuvieron como invitados en Weissach, al igual que el antiguo director de carreras Peter Falk. También el entusiasta californiano de Porsche Magnus Walker se ha sentado en repetidas ocasiones en el sofá del club.

«El nuevo 911 me gusta sin reservas», dice Rolf Sprenger, que llegó a Porsche en 1967 como ingeniero de motores, luego dirigió el centro para clientes, fundó el departamento de peticiones especiales «Porsche Exclusive» y, una vez jubilado, restauró su Porsche 911 Carrera RS 2.7 blanco. «La distancia entre ejes, más larga, seguramente favorecerá la estabilidad de conducción. También la nueva parte trasera está muy lograda. Le deseo mucho éxito». A Gabriele Mahler-Kurzenberger le parece «genial cómo los diseñadores han mantenido la forma típica». Esta empleada del Museo Porsche posee junto con su marido dos Porsche 911 Carrera RS 2.7 que antaño participaron en el rally East African Safari. Se acerca al deportivo y mira por la ventanilla lateral: del nuevo Porsche 911 le gustan especialmente los faros frontales y los elementos pespunteados del interior.

«El arte de los diseñadores es que el nuevo nueveonce sea totalmente distinto y que no obstante en él se reconozca en seguida un Porsche 911». Herbert Linge
A examen:

A examen:

se puede mirar... y tocar. Los FLB inspeccionan todos los detalles y las novedades.

El calor de los Porsche circundantes impregna el aire de un olor a caucho y aceite. Los miembros del club se agachan, pasean la mirada por las líneas de la carrocería, exploran el habitáculo, comparan detalles y tocan levemente las lunas de construcción ligera. Mathias Fröschle es el único para quien el nuevo Porsche 911 es ya un viejo conocido. Lo conoce hasta la «ropa interior»: así llaman en su departamento a todo lo que se esconde bajo la lisa chapa de la carrocería. Como jefe del Departamento de Desarrollo Preliminar de Carrocerías, su relación con el nuevo modelo se remonta a algunos años atrás. «Yo, que he trabajado desde hace años en la planificación del nuevo 911, acompaño ahora a los otros miembros del club a ver el coche por primera vez y compruebo cómo reaccionan. Se hace raro. Los antiguos empleados que han trabajado en generaciones anteriores del 911 a menudo son especialmente críticos. Por eso es interesante ver en qué se fijan y qué les llama en seguida la atención. Hoy ha tenido buena acogida sobre todo el nuevo interior, que ha sido claramente perfeccionado, pero retomando la tradición». Como contrapunto a su trabajo de desarrollo en el Porsche del mañana, lo que más le gusta a Fröschle es apretar tornillos en su Porsche 911 Targa de 1971, que trajo de Nueva York en su estado original y con el que habitualmente se va de vacaciones.

Pasado y futuro, permanencia y cambio… para los FLB no son conceptos opuestos, sino partes de un todo. Porque han comprendido lo que es Porsche.

Mediodía:

Mediodía:

ante las puertas del recinto del club se produce el contacto visual directo. La versión moderna se encuentra con los modelos refrigerados por aire.

Los copresidentes Stadler y Berg se alegran visiblemente de haber podido sorprender hoy a los miembros con el nuevo 911, que parece haber encontrado la compañía perfecta en medio de sus ancestros. «Mirando la galería de antepasados reunida aquí», dice Stadler, «y viendo cómo el Porsche 911 ha seguido mejorando siempre, uno piensa que ya no hay nada que mejorar… pero nuestros ingenieros siempre dan un paso más hacia delante. Si uno echa un vistazo alrededor y compara los 911 de distintas épocas –el modelo original, el modelo G, el 964 y el 993– se reconoce un lenguaje de formas cuidadosamente perfeccionado». Pero pese a su entusiasmo por esta evolución, el director de desarrollo, que en privado conduce un Porsche 911 modelo G y un 914, también se deleita en las reminiscencias históricas. «Muchos elementos estilísticos del nuevo 911 están inspirados en los modelos antiguos, por ejemplo el reborde del capó delantero, los paneles de mando y de las puertas interiores, o las luces traseras con la banda de luz continua, que recuerda los deportivos de los años ochenta y noventa. Es formidable cómo los diseñadores logran una y otra vez reinterpretar y continuar la historia de Porsche».

Muchos elogios por parte de un grupo deportivo empresarial que lleva en el nombre su predilección por los desarrollos de Porsche refrigerados por aire del pasado. ¿Es o no es uno de ellos el nuevo Porsche 911? Stadler no ve en ello contradicción alguna: «El motor bóxer refrigerado por aire definió la marca Porsche durante décadas desde 1948. Pero el tiempo no se detiene. Naturalmente, muchos de nuestros miembros conducen también Porsche más modernos, desde el 968 o el Boxster modelo 986 hasta el Cayenne. Y, por supuesto, también la última generación forma parte de la familia y podrá unirse a sus antepasados en nuestra próxima salida».

Jan Baedeker
Jan Baedeker