Nivel 6
Nivel 5, el más alto de la conducción autónoma: sin conductor, sin volante. Se espera que la tecnología necesaria esté lista en menos de 10 años. ¿Y después?
¿En qué medida cambiará nuestra comprensión del automóvil cuando, en el futuro, el conductor pueda elegir entre conducir y dejar conducir?
Nivel 1: Asistido
El conductor cuenta con la ayuda de sistemas como el Tempomat o el asistente de frenada de emergencia, pero no debe quitar las manos del volante.
Serán los coches del futuro salones rodantes? ¿habrá otro nivel más allá de la escala actual de la conducción autónoma?
«Vayamos por pasos»,recomienda, tranquilizador, Albrecht Böttiger, «para empezar bastante tenemos con hacer técnicamente posibles los niveles 3, 4 y 5». Böttiger, físico de formación, dirige el centro de proyectos «Sistemas de asistencia/Conducción altamente automatizada» que Porsche tiene en Mönsheim, cerca de Stuttgart. Allí trabajan unos 150 especialistas que desarrollan tecnologías para la conducción autónoma aplicando múltiples disciplinas y recursos. En las oficinas trabajan ingenieros jóvenes. Casi ninguno parece pasar de los 35. En los espacios se respira un ambiente de laboratorio que hace pensar en Silicon Valley. Böttiger y sus colegas tienen un objetivo claro: allanar el camino hacia el coche sin conductor y desarrollar soluciones para los niveles de automatización 3 y 4, altamente complejos. Los primeros vehículos deben dominarlos a partir de principios de los años 2020. Con ello se prepararían las bases técnicas para hacer realidad el Nivel 5, el coche-robot autoconducido.
¿Esto sigue siendo conducir?
Nivel 2: Parcialmente automatizado
Funciones como el asistente de mantenimiento en carril o el asistente para atascos ayudan al conductor, que, no obstante, siempre debe vigilar los sistemas.
Una vez superado el hito del Nivel 5, ¿estaría concluida la tarea según el modelo de niveles? «Naturalmente no es tan fácil. Y en absoluto lo es para Porsche. No se trata de conseguir taxis robotizados del modelo 911», aclara Böttiger. Entonces, la conducción totalmente autónoma, ¿es en general compatible con Porsche? Sí, siempre y cuando la marca siga su propio camino.
Böttiger y su equipo deben pensar más allá de lo que el ramo de la automoción ha definido como Nivel 5: el Nivel 6. Este concepto, sin embargo, no designa un grado técnico ni un escenario concreto regido por criterios claros, ni siquiera es forzosamente una continuación lineal del Nivel 5. En vez de esto, el siguiente nivel podría consistir en un cambio de conciencia que responda a esta pregunta: ¿en qué medida cambiará nuestra comprensión básica del automóvil cuando, en el futuro, el conductor pueda elegir entre conducir y dejar conducir? ¿O mejor volar?
Desplazamiento autónomo en las megaurbes
Nivel 3: Automatizado con restricciones
El ordenador toma el control en determinados trayectos, pero el conductor no debe perder de vista lo que sucede y debe volver a agarrar el volante en cuanto se le pida.
También se trata de responder a la siguiente pregunta: ¿cómo querremos desplazarnos mañana y pasado mañana? A fin de rastrear los estados de ánimo y las expectativas de los compradores, ya hoy existen legiones de investigadores que analizan las tendencias y el futuro, también para Porsche. «Esto nos permite saber a dónde queremos llegar de aquí a 2025», dice Böttiger. Para entonces, los interiores pueden cambiar tanto que los ocupantes de los vehículos se dediquen cómodamente a actividades distintas de conducir. «Pero cuando uno intenta pensar a 10 años vista, hay demasiadas circunstancias imprevisibles». Por ejemplo, ¿quién podría haber previsto hace una década el cambio radical que los teléfonos inteligentes iban a introducir en los hábitos de comunicación humanos? A ello se suma que, ante la digitalización y urbanización del mundo, los mercados principales y sus conceptos de movilidad se deben contemplar de forma aún más diferenciada.
Nivel 4: Altamente automatizado
El sistema realiza de forma totalmente independiente determinadas tareas (circular por la ciudad, conducir en carretera, aparcar), durante las cuales el conductor puede dedicarse a otras cosas.
Los expertos como Böttiger creen muy probable que la conducción autónoma se inicie en megaurbes asiáticas, en zonas exclusivamente habilitadas para vehículos de Nivel 5. «Para Occidente, para los próximos 15 a 20 años, los estudios muestran sobre todo tendencias de desaceleración y un estilo de vida progresivamente individualista». Esto incluye también el deseo de simplificar la conducción, por ejemplo haciendo que el coche sustituya al conductor a la hora de recorrer determinados trayectos, dirigirse por sí solo al aparcamiento más próximo o recoger cada mañana autónomamente a su propietario para llevarlo a la oficina. «Más tiempo y más libertad», resume Böttiger. En el futuro a los conductores no se les quitará nada, sino que se les sumarán nuevas opciones. «Para una marca como Porsche, es decisivo dar el salto técnico sin dañar la tradición de la empresa».
«El tacto y el diseño, es decir, la sensación que transmite un Porsche, no deben resultar afectados por la tecnología que necesitemos integrar». Albrecht Böttiger
Disfrutar conduciendo a pesar de la automatización
Nivel 5: Totalmente automatizado
El automóvil circula sin volante y realiza todas las tareas de conducción de forma autónoma en cualquier circunstancia.
¿Podría suceder que el nacimiento de la conducción autónoma causara una reacción contraria e iniciara un renacimiento de la conducción personal? «Es muy posible», opina Böttiger. Su tesis es que nos hallamos ante una polarización en el uso del automóvil. Por un lado, los procesos de conducción automatizados reducirán el trabajo de las personas, y por el otro, ganará importancia el puro placer de conducir: desde las escapadas por rutas llenas de curvas hasta la participación en carreras de motor.
Según Böttiger, lo que no debe pasar es que nos quedemos con ganas de disfrutar de la conducción por el mero hecho de ir en un vehículo autónomo. «Estamos investigando a fondo qué prestaciones puede aportar Porsche incluso en condiciones de Nivel 4 y 5, es decir, cuando el conductor se desplace pasivamente». Por ejemplo en cuanto a comodidad, oferta de entretenimiento digital o interiores de alta calidad. Una prueba para modelos futuros sería por ejemplo la capacidad de un Porsche de defenderse ante un puerto de montaña de modo autónomo. Curvas, un trazado estrecho y bruscas diferencias de altura se suelen considerar entre las exigencias técnicas más difíciles. «La manera en que el vehículo afronte esta tarea: deportiva, dinámica, es decir típica de la marca… en eso debería ser reconocible el camino de Porsche», prevé Böttiger. «Exactamente esa podría ser nuestra interpretación de un Nivel 6». Y no obstante, los propietarios de un Porsche deben seguir teniendo la posibilidad de conducir ellos mismos por un puerto de montaña.